Crisis alienta nacionalismos en Europa

El auge de los Verdaderos Finlandeses en las elecciones del domingo ilustra un avance generalizado de los partidos nacionalistas y euroescépticos en el viejo continente, desde Suecia a Francia pasando por Austria, en un contexto de crisis económica.

Actualizado: 18 de abril de 2011 —  Por: AFP

Crisis alienta nacionalismos en Europa

Sin datos (Todos los derechos reservados)

Los nacionalistas finlandeses se convirtieron en la tercera fuerza política del país, un logro que se "inscribe en un movimiento de repliegue nacional y populista en Europa que afecta a todos, incluso a los países más ejemplares", destaca el presidente de la Fundación Robert Schuman, Jean-Dominique Giuliani.

Con su eslogan "Los finlandeses primero", la formación se valió de la preocupación que el fenómeno de la inmigración suscita en Europa -- pese a que sólo el 3,1% de la población del país es extranjera -- para atraer el voto, así como de la crisis económica que afecta a algunos Estados de la Eurozona y que ha forzado a que el resto de los países aprueben ayudas.

Así, los Verdaderos Finlandeses, liderados por Timo Soini, rechazaron durante su campaña la ayuda económica que la zona euro prepara actualmente para Portugal, tras rescatar el año pasado a Grecia e Irlanda.

Finlandia es "la prueba de que el euroescepticismo puede ganar y mucho", se entusiasma Nigel Farage, presidente del Partido por la Independencia de Gran Bretaña (UKIP), integrante del grupo euroescéptico "Europa, Libertad, Democracia" del Parlamento Europeo.

"Hay motivos para inquietarse", admite por su parte el ministro sueco de Relaciones Exteriores, el conservador Carl Bildt, exhortando al vencedor de las elecciones legislativas finlandesas, el pro-europeo Jyrki Katainen, a no dejarse influir por los nacionalistas.

También en ese país nórdico los "Demócratas de Suecia" ingresaron el año pasado en el parlamento nacional, tras cambiar sus uniformes paramilitares por una carrera política detrás de un joven líder carismático, Jimmie Aakesson.

En Francia, la nueva presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, agita un programa anti-europeo y de retórica identitaria de cara a las elecciones presidenciales de 2012, mientras en Austria, el líder del Partido de la Libertad (FPO), Heinz-Christian Strache, entona raps de rechazo a la Unión Europea y el holandés Geert Wilders milita por prohibir el Corán.

Pese a mostrarse "profundamente convencido" de que Finlandia se mantendrá fiel a los valores europeos, el presidente del Partido Popular Europeo (PPE, conservador), Wilfried Martens, abogó el lunes por "reflexionar sobre esta evolución (política) y examinar sus causas".

Ya dividida sobre la respuesta común que debe aportar a la inmigración que desembarca en los países sureños procedente de África del Norte, Europa topa también con muchas dificultades a la hora de superar los egoísmos nacionales frente a la crisis del euro y las finanzas públicas.

"La idea del federalismo europeo era bella, yo mismo creí en ella. Pero es un hecho que el concepto de Estado nación ganó fuerza" en los últimos tiempos, afirma el ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Janos Martonyi, en una entrevista con el diario alemán Die Welt.

El partido de Martonyi, el Fidesz, recurre con frecuencia a la retórica nacionalista para competir con la extrema derecha en su país, conocida por sus diatribas contra los gitanos.

Para Jean-Dominique Giuliani, Europa debe aportar respuestas ante la tentación de un repliegue nacional: asumir, por ejemplo, "una inmigración controlada, aceptada, y concentrarse en la integración".

En el plano económico, los dirigentes europeos necesitan políticas "más positivas", "de integración económica" por parte de Bruselas, que hasta ahora envió mensajes "muy severos y punitivos" a las capitales, especialmente con la reciente crisis de deuda soberana.