Aborto: “el Misoprostol sin asesoramiento es inseguro”

La semana pasada murió una mujer después de practicarse un aborto. Hacía cinco años que no ocurría una muerte así en Uruguay. Francisco Coppola, presidente de la Sociedad de Ginecotocología, dijo que el uso de Misoprostol sin asesoramiento es un método inseguro. Además señaló la contradicción que implica poder recomendar un medicamento pero no recetarlo porque su circulación es restringida.

Actualizado: 13 de marzo de 2012 —  Por: Redacción 180

Aborto: “el Misoprostol sin asesoramiento es inseguro”

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Coppola dijo a No toquen nada (Océano FM) que en Uruguay hay una contradicción. Los médicos pueden aconsejar la medicación adecuada para que las mujeres se practiquen un aborto (Misoprostol), pero no pueden recetarlo. El jerarca sostuvo que si no se despenaliza el aborto, debería liberarse la venta de la medicación.

Hasta el momento hay poca información pública sobre esta muerte de hace una semana. El Ministerio de Salud Pública (MSP) está esperando el informe del Hospital de Clínicas. Cada vez que hay una muerte vinculada a un embarazo o a un aborto el centro hospitalario correspondiente realiza una auditoría y la envía al área de Salud Sexual y Reproductiva del MSP.

Según Coppola, se sabe que la mujer se practicó un aborto voluntario, utilizó misoprostol, pero que lo combinó con algo más. También se verificó que la mujer no realizó ninguna consulta médica. “Tenemos información de que ha habido una muerte por un embarazo no deseado. La mujer decidió interrumpir el embarazo. Ella no había pasado por un asesoramiento previo al aborto y tenemos la información de los médicos que intervinieron sobre que hubo una combinación de métodos abortivos. Vamos a esperar el estudio necrópsico que va a determinar cuáles los métodos y la causa final de muerte”, explicó.

Coppola es presidente de la Sociedad de Ginecotocología del Uruguay y profesor agregado de la Clínica Ginecotológica de la Facultad de Medicina.

El médico confirmó que hacía casi cinco años que no moría una mujer por aborto. Según el especialista, en ese proceso fue clave que las mujeres no se practicaran legrados en clínicas clandestinas. Coppola sostiene que ya no se realizan legrados clandestinos en Uruguay.

“Lo que se ha suprimido en el Uruguay, afortunadamente, y ha llevado a que pasaran casi cinco años sin muertes maternas, son los curetajes, es decir los raspajes o legrados. Ese era el método clásico, las mujeres iban a una clínica, se provocaban un aborto y muchas de ellas se morían. Y muchas más quedaban con secuelas, problemas en el útero o complicaciones mayores”, recordó.

El especialista dijo que el aborto por legrado es la práctica más riesgosa. Pero afirmó que el uso de Misoprostol sin control médico también lo es. “El uso indiscriminado o por cuenta propia del Misoprostol es más seguro que el curetaje pero no tan seguro como el asesoramiento integral. Esto implica no solamente el método sino cómo usarlo, las complicaciones, el control inmediato y el tratamiento precoz. No es solo el uso del Misoprostol lo que asegura que un aborto no tenga complicaciones sino que es el uso de ese medicamento en el contexto de un asesoramiento. El Misoprostol solo, sin el asesoramiento, es un método inseguro”, afirmó.

Según el doctor Coppola, Perú es un ejemplo de la necesidad de que haya asesoramiento médico. “La venta es libre pero los médicos no hacen asesoramiento pre y post aborto. En Perú hay muchas muertes por el aborto provocado porque el uso de Misoprostol sin la intervención del equipo de profesionales médicos no asegura la reducción de riesgo”, explicó.

El médico insistió en la importancia de que las mujeres consulten y recordó que las policlínicas tienen la obligación de asesorar. “Las instituciones tienen la obligación de tener una policlínica de salud sexual y reproductiva. Independientemente de eso, cualquier ginecólogo puede asesorar en el ámbito de su policlínica a un paciente. Si tiene objeción de conciencia, que también es posible, debe derivar a la paciente a otro médico”, afirmó.

Ante la consulta de una paciente, los ginecólogos tienen que asesorar sobre los métodos más seguros y los controles para practicarse un aborto. Pero los médicos no pueden recetar la medicación recomendada.

Coppola insistió en que allí se plantea una contradicción, porque las pacientes deben obtener el Misoprostol en el mercado clandestino, lo que agrega un riesgo. “El acceso al Misoprostol es restringido, clandestino, no tenemos seguridad de lo que se le venden a las mujeres. Ese es un problema que reconocemos”, dijo.

Para el especialista, si no se despenaliza el aborto, debería permitirse la venta libre de la medicación. “El Uruguay está en dos aguas. Si se va a la despenalización es un camino. Si eso no ocurre debería liberarse el uso de Misoprostol y permitirle a los ginecólogos recetarlo hasta que haya un cambio legal. Mientras tanto es una contradicción recomendar algo que no se puede recetar. La ley nos obliga a asesorar a la mujer sobre que el mejor método es el Misoprostol pero luego nos prohíbe recetarlo. Es una contradicción”, señaló.