Carolina Aguirre, una argentina con madera de guion

“Si me escribe una persona más para averiguar cómo puede “hacerse rica” con su blog, me vuelo la tapa de los sesos”, amenaza en su Twitter Carolina Aguirre, la autora del blog Bestiaria. Otro blog suyo, Ciega a Citas, se convirtió en libro y después se hizo serie de TV (que se vio en Uruguay). Después vino la novela El efecto Noemí, una historia tragicómica sobre un hombre que se separa después de muchos años de matrimonio.

Actualizado: 06 de mayo de 2012 —  Por: María Eugenia Martínez

Carolina Aguirre, una argentina con madera de guion

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No le gusta hablar de dinero y justo el día en que publicó ese tuit le llegaron las preguntas de esta entrevista (iba una sobre el tema) y se quejó: "¡Encima en una entrevista me preguntan si hice buen dinero!".

Respondió: "eso no le interesa a nadie", y se concentró en las otras:

—Yo creía que la historia de Ciega a Citas era autobiográfica. Alguien me lo dijo... Pero no sos vos, ¿no? ¿No te costó tener pareja ni luchas con la comida?

—La ficción y la realidad no son dos compartimentos estancos. En un texto no hay nada que sea una mentira pura ni tampoco nada que sea tan real como uno lo cuenta. Es algo en el medio, supongo, una suerte de nebulosa. Tampoco sé bien hasta dónde sirve o colabora con el relato hacerle esa clase de autopsia. ¿Importa? ¿A quién y para qué? ¿Una historia es mejor o peor si está basada en hechos reales? A mí no me pasa. Yo estoy casada hace diez años, no tengo hermanas y no, nunca bajé de peso para ningún evento. Y tampoco tengo el mismo punto de vista que tiene mi personaje sobre el amor o el sobrepeso. Ella es otra, no soy yo.

@aguirrecaro Lo siento por los cínicos, pero lo único importante en la vida es querer llegar a ser viejito con alguien.

—¿Tuviste una vocación por la escritura o la vida te llevó por ese camino?

—Siempre escribí y siempre quise ser guionista, desde que cumplí doce años. Después la vida me llevó a escribir otras cosas. Nunca pensé que iba a escribir novelas o que iba a ser crítica gastronómica. Surgió en el camino, porque supongo que todos cambiamos y vamos desarrollando nuevos intereses. O quizás no, siempre estuvieron ahí y yo no lo sabía. Nunca me propuse nada, salvo escribir todos los días. Lo demás, vino solo.

Mientras estudiaba cine, cuenta en su Twitter, trabajaba en una carpintería, un trabajo que, según dice, le dejó algunas destrezas:

@aguirrecaro Yo trabajaba 9 horas en obra y la carpintería en Victoria y después me iba a la ENERC a cursar. SIEMPRE estaba llena de aserrín. Pero además, como hacía carpintería comercial, tenía herrero, matricero, vidriero, pintor, lustrador, tapicero. Yo iba a todos los talleres.

@aguirrecaro Por eso ahora en casa hay taladro, caladora, cepillo eléctrico y amoladora. Te armo y desarmo un ropero provenzal antiguo en 20 minutos

En Ciega a Citas, la protagonista se pone un plazo para conseguir novio: tiene que hacerlo antes del casamiento de su hermana. En El efecto Noemí el protagonista decide irse de su casa a hacer la vida libre y empieza a darse ciertos “gustos”, como tener sexo con prostitutas o no cuidarse en las comidas. Pero se le va el sueño, no puede dormir más.

—¿Cómo es la rutina de escritura? ¿Tenés una exigencia de mínimos diarios?

—Escribo todos los días, incluidos domingos y vacaciones. En general, por la mañana hago trámites, envío mails y leo. A la tarde, escribo. Pero como colaboro para distintos medios y escribo diferentes guiones, todos los meses son distintos. A veces tengo muchísimo trabajo y no puedo ni salir de casa. Pero en otros momentos no tengo cosas urgentes para hacer y me tomo el día para leer o para hacer los trámites que no hice cuando tenía mucho trabajo. Trabajo muchísimo, pero no me quejo. Sé que soy una privilegiada porque hago algo que me gusta mucho.

@aguirrecaro Lo lindo de los feriados es que los clientes no te interrumpen la escritura pidiéndote reuniones para ver si estás escribiendo y cómo vas.

—¿Trabajas en tu casa?

Trabajo un poco en casa y otro poco en bares. El bar va rotando, ahora no tengo ninguno y estoy desolada.

—¿Cómo ves a los talleres literarios? ¿Has ido a alguno?

—Nunca fui, me encantaría haber ido o ir a uno. Ahora es muy complicado para mí porque todos se preguntan qué hago ahí si ya publico y tengo mi columna en el diario, cosa que yo no entiendo bien. Para la mayoría, ir a un taller tiene como fin último publicar. Están todos obsesionados con publicar, con ver su nombre en el lomo de un libro. Yo pienso que es al revés, es para escribir menos solo. Me gustaría estar menos sola, pero tendría que encontrar un taller al que todos vayan con ese mismo deseo. Ojalá alguna vez me pase.

—¿Respondes "escritora" cuando te preguntan tu profesión?

—No, soy guionista porque eso estudié, pero más que nada porque pienso y siento de esa manera, aún cuando estoy escribiendo una novela o un artículo para el diario. Si nunca más volviera a escribir un guión, seguiría siendo guionista.

@aguirrecaro Hoy voy a sacar un guión de media hora + tres teasers y a terminar una nota de risottos. No me dejaré ver Mad Men hasta entonces.

—¿Qué lees en vacaciones?

—No tengo una agenda de lectura, leo lo que van recomendando mis amigos, o algo que me despierta interés después de leer un artículo en el diario. Este verano leí dos libros de Johnattan Franzen que me gustaron mucho y ahora voy por uno de David Lodge. En el medio voy a leer el número 5 de revista Orsai que tiene autores que me gustan muchísimo. También leo bastante en Internet, todo el tiempo alguien está linkeando crónicas, artículos, entrevistas. Al menos dos o tres por día terminás leyendo aunque no lo hayas planeado.

@aguirrecaro No bebo, no voy a fiestas, no tengo aventuras amorosas. Me la paso escribiendo, leyendo, yendo a comer afuera y viendo series todo el día.

—¿La gente te reconoce en las calles en Buenos Aires? ¿Cuál ha sido el elogio más lindo sobre tus libros?

—No, nadie me reconoce. No recuerdo ningún elogio específico, siempre son cosas cariñosas y alentadoras, pero no recuerdo las frases. Menos todavía recuerdo las cosas feas, por suerte. No me googleo nunca y es más raro que alguien te insulte a la cara. Si lo hace, detrás de un seudónimo, siento un poco de pena. Me imagino lo triste y gris que debe ser su vida como para tener que sacarse una cuenta e ir insultando a gente que es feliz con lo que hace.

@aguirrecaro Este año me toca escribir casi todo ficción en cine, en tele y en publicidad. Y con muchos actores que me gustan. Así que estoy contenta.

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twitter:@aguirrecaro