El comandante comenzó agreciendo la presencia de las personas que concurrieron al acto y resaltando la importancia que tiene para el Ejército la fecha 18 de mayo, por ser cuando comenzó la gesta artiguista, hace 201 años. Anunció que sobre esta fecha patria se referirá “extensamente” la próxima semana en el departamento de Durazno.
“Estamos reunidos para recordar a cuatro camaradas que fueron muertos en acción el 18 de mayo de 1972, mientras custiodiaban la casa del comandante en jefe de esa época, a pocos metros de este lugar”, continuó Aguerre, que recordó los nombres de los soldados (Saúl Correa, Gaudencio Núñez, Ramón Ferreira y Osiris Núñez) y saludó a los familiares presentes. “Su recuerdo continúa imborrable en nuestros corazones por el dolor de su pérdida y permanente en nuestras mentes por las enseñanzas que ese sacrificio nos legó”, añadió.
Aguerre “aprovechó” la oportunidad para “recalcar que el Ejército Nacional es uno solo, desde Las Piedras en 1811”, y recordó que los militares no se jubilan, sino que se retiran y pasan a ser parte de la reserva, como lo establece la ley, por lo que son soldados desde que adquieren el estado militar hasta que mueren.
“Desde el general Artigas estamos para cumplir con la misión que establezca la Constitución y las leyes respectivas para servir a la patria y, por lo tanto, a todos los orientales sin mirar credo alguno. El Ejército Nacional no considera en su educación profesional tratar de enemigo a sus connacionales. El uso de ese término es muy fuerte”, afirmó Aguerre en su discurso.
“Con sentimiento los convoco a continuar apegados a las leyes y a la Constitución de la República, demostrando que tenemos un lugar de respeto y legitimación en este bendito país”, finalizó Aguerre entre aplausos, luego de lo que colocó una ofrenda floral al pie del monolito que recuerda a los soldados caídos. Mientras lo hacía, se escucharon gritos de “viva el Ejército” entre los concurrentes.
Tanto el acto como el discurso del comandante, que había sido leído y aprobado previamente por Presidencia, fueron breves. Concurrieron unas 1000 personas, entre las cuales había miembros actuales del Ejército y militares retirados.
Aguerre había tomado la decisión de ser el único orador para desplazar el discurso tradicional de los militares retirados y para que los comandantes no asistieran a un discurso siempre incendiario de los retirados del Círculo Militar, según dijeron fuentes del gobierno a No toquen nada (Océano FM).
El acto se realizó en el cantero central de Avenida Italia a la altura de la calle Abacú, porque allí fue donde en 1972 un comando del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros mató a los cuatro soldados a los que se les rindió homenaje este viernes. Los soldados se encontraban custodiando el domicilio del entonces jefe del Ejército, Florencio Gravina.
En concordancia con la orden del presidente José Mujica, los concurrentes fueron voluntariamente y vestidos de civil, a diferencia de lo que establecía una convocatoria anterior que implicaba la asistencia obligatoria de uniforme y la concentración de todo el personal superior en el cantero central de Avenida Italia.
El gobierno entiende que hubo un mal entendido en la primera orden. La explicación de Aguerre fue que él pidió la convocatoria y un subalterno convocó a una misión con toda la parafernalia militar.
La Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos se había quejado en una carta pública por esa primera convocatoria y el ministro Eleuterio Fernández Huidobro la había defendido. El PIT-CNT había considerado los dichos del ministro de Defensa como un retroceso.
