Uruguay debe trabajar en riesgos ambientales

Uruguay ha registrado mejoras sociales, como la reducción de la pobreza, de la indigencia y del desempleo, pero persisten las desigualdades y el país tiene en el debe incrementar las políticas ambientales, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que fue presentado el viernes.

Actualizado: 25 de mayo de 2012 —  Por: Redacción 180

Entre 2010 y 2011 Uruguay subió cuatro sitios en el índice de desarrollo humano, hasta el lugar 48, encabezando el segmento del PNUD dedicado a los países con "alto" índice de desarrollo humano, en el que hay naciones como Cuba, México, Costa Rica, Perú o Brasil, entre otras.

En Latinoamérica solo Chile (45) y Argentina (44) están incluidos en el grupo de naciones con "muy alto" índice de desarrollo.

No obstante, si se ajusta el índice incluyendo la desigualdad Uruguay baja siete lugares en la clasificación, observa el informe "Uruguay: sustentabilidad y equidad", un material complementario del Informe sobre Desarrollo Humano 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El Informe sobre Desarrollo Humano fue elaborado por primera vez en 1990, y fue bastante “revolucionario” por rechazar el PBI per cápita como indicador de desarrollo, contó durante el lanzamiento del informe la coordinadora residente de las Naciones Unidas en Uruguay Susan McDade. “PNUD lanzó la idea de que realmente la calidad de vida que el ser humano tiene y la forma en que vive dice mucho más sobre condiciones de desarrollo que el nivel de ingreso promedio”, afirmó, y explicó que por esa razón se consideran también como indicadores el nivel de alfabetización del país y la esperanza de vida, por ejemplo. Esto, aseguró McDade, cambia por completo el orden de los países según nivel de desarrollo.

La coordinadora residente de las Naciones Unidas en el país también explicó que actualmente hay 1.700.000 personas pobres más de las que se pensaba, porque ahora se considera pobreza también la falta de acceso a agua, a electricidad y a combustibles para cocinar, y no solo el nivel de ingreso, lo que aumenta los números.

Este año el informe se centro en sostenibilidad y equidad, y sobre esto McDade señaló que América Latina es una de las zonas menos equitativas del mundo, y que Uruguay, si bien tiene buenos índices comparado con la región, no los tiene comparado con el resto del mundo.

"Ha habido mejoras importantes en el país: reducción de la pobreza, la indigencia, el desempleo. Lo que se mantiene es el desafío de la segmentación territorial y la persistencia de desiguadades", indicó Ana Agostino, consultora en temas de desarrollo y autora del informe, en un encuentro con periodistas esta semana previo a la presentación oficial del reporte.

También hay materias pendientes en materia de género: aunque el país tiene la segunda tasa de mortalidad materna más baja de América Latina, aún registra una baja participación de las mujeres (14,6%) en el Parlamento, por debajo del promedio regional de 21%.

Además, "la integracion de las políticas ambientales todavía no es parte del discurso incorporado desde el Estado", indicó Agostino, y observó que la asignación presupuestaria para temas medioambientales en 2011 repesentó apenas 0,196% del presupuesto total del país.

Así, "la dimensión ambiental tiene mayores debilidades que las otras áreas", indicó.

Agroquímicos, especies amenazadas y tierras degradadas

Según el informe, la huella ecológica (superficie biológicamente productiva que un país necesita para producir los recursos que consume y absorber los desechos que genera) es la más alta de América Latina, "reflejo de su producción asociada a los recursos naturales y a su reducida población".

Además, las emisiones de dióxido de carbono per cápita (2,5 toneladas en 2008) muestran una tendencia al crecimiento y las emisiones de los demás gases de efecto invernadero per cápita (8,1 toneladas) son las más altas de Latinoamérica debido fundamentalmente a las altas emisiones de metano del sector agropecuario, que ocupa el 90% del territorio.

El informe también destaca el incremento del uso intensivo de fertilizantes, donde Uruguay está tercero en la región, y la fuerte presión sobre los ecosistemas costeros, fundamentalmente debido al aumento del turismo.

Otro dato llamativo es el alto porcentaje de especies amenazadas (12%), el más alto de la región, mientras que se estima que casi un 6% de la población vive en tierras degradadas.

"La intensificación productiva asociada al mayor uso de agroquímicos y la mayor intensidad del uso de los suelos ha generado diversos impactos vinculados con la erosión y su degradación, pérdida de la biodiversidad y afectación de los ciclos naturales de los recursos hídricos (...) El crecimiento de la producción de soja y de la forestación, y particularmente el tipo de manejo actual de estos cultivos, no necesariamente se acompañan de esta u otras prácticas de conservación del suelo, por lo que generan mayor impacto. Los agroquímicos, a su vez, tienen un impacto negativo sobre otras producciones", indica el reporte.

Según Agostino, hay además "como un círculo vicioso, en el sentido de que las poblaciones más vulnerables son las más afectadas por los efectos, pero también son quienes para poder enfrentar las dificultades actúan de manera negativa sobre el medio ambiente".

El informe recomienda la creación de un Ministerio de Medio Ambiente, privilegiar procesos de producción asociados a políticas sustentables y modificar la alta dependencia de los recursos naturales planteándose un aumento de las actividades orientadas a la generación de valor agregado, entre otras medidas.

Durante la presentación de los informes hablaron también el prosecretario de Presidencia Diego Cánepa y el rector de la Universidad de la República Rodrigo Arocena.

Cánepa afirmó que la equidad y la sustentabilidad son “dos temas clave para este gobierno” desde que asumió en el año 2005. Consideró que “recibir este tipo de informe para un gobierno es importante para saber dónde estamos parados” y para poder modificar la realidad.

También opinó que si bien en Uruguay existe cierta resistencia a creer que hacemos las cosas bien, también existe una enorme hipocresía, porque somos “tan ceremoniosos” que cuando nos dicen que hacemos algo mal asentimos, pero luego cerramos la puerta a esa crítica.

Por otra parte, dijo que está en contra del concepto de países “graduados” según su nivel de desarrollo, y que no comprende cómo hay países que están mejor que uruguay en temas de desarrollo humano, cuando tienen mayor desigualdad que Urugua.

Arocena, por su parte, también mostró discrepancias respecto a la lista de países que figuran como “de muy alto desarrollo”.

Con base en AFP