Gustavo Laborde

12 de octubre

No voy a decir nada nuevo ni que no esté en los manuales de arqueología e historia. Antes de 1492 el continente americano no era el paraíso.

Actualizado: 13 de octubre de 2012 —  Por: Gustavo Laborde

De hecho, en esa misma época, los guaraníes se estaban expandiendo en forma centrífuga desde el corazón de América del Sur en busca de la tierra sin mal, y no la encontraron. Al parecer en América no estaba. Desde luego que no fueron los europeos los que trajeron la civilización. Milenios antes del contacto, América tenía civilizaciones complejas que formaban imperios. Los últimos son los más famosos, el Azteca en Mesoamérica y el Inca en Los Andes, pero hubo muchos más. Y todos sabemos cómo se construyen imperios: atacando y sometiendo a otros pueblos, matando gente, aculturizando, esclavizando y cobrando tributos a los sobrevivientes. La visión de que América estaba habitada por unas cuantas tribus buenísimas que vivían en armonía con los hombres y la naturaleza no sólo es flagrantemente inexacta, sino que despoja a América de lo que se niega que haya transferido Europa: civilización. Flaco favor se le hace a los pueblos originarios de América si a todos se los reduce a estadios culturales elementales. No se construyen acueductos, ni pirámides, ni ciudades sagradas sin mano de obra forzada. No se elaboran calendarios sin que haya una élite que sojuzgue a enormes masas para tener el tiempo libre necesario para descifrar el firmamento.

Si un puñado de españoles pudo tomar imperios de 10 y 20 millones de habitantes no fue tanto por las armas de fuego, los caballos y las armaduras, sino porque los españoles leyeron perfectamente la situación política de los imperios americanos y se aliaron con los pueblos colonizados para derrocar al Inca o a Moctezuma. Hasta ese mismo año, los españoles llevaban ocho siglos de sometimiento al imperio árabe. Ochocientos años de experiencia colonial dieron a los españoles un gran entrenamiento en el arte de las intrigas políticas y la guerra. España pasó de la noche a la mañana de ser un pueblo sometido a ser el imperio más grande de la historia. Desde luego que lo que vino después fue atroz y no hay que olvidarlo jamás, nadie pretende negar lo que ahora se puede calificar como genocidio, aunque también hay que reconocer que la base de los derechos humanos las sienta un español al servicio del imperio: Fray Bartolomé de las Casas. Lévi-Strauss decía que el hombre siempre fue igualmente inteligente, en todo tiempo y lugar. Habría que agregarle que en todo tiempo y lugar siempre fue igualmente cruel e igualmente bondadoso.



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