Durante este año la Intendencia de Montevideo puso en funcionamiento un servicio piloto dirigido a hombres que quieren dejar de ejercer violencia doméstica. El objetivo del programa fue ayudar a estos hombres a reducir o erradicar sus comportamientos violentos hacia familiares y seres cercanos.
El funcionamiento del programa fue similar al de los grupos de alcohólicos anónimos, y estuvo coorganizado por la Secretaría de la Mujer de la Intendencia y por la organización no gubernamental Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género, con el apoyo financiero del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
“La metodología empleada fue de trabajo grupal con dos facilitadores, en que se van visualizando, a través de los propios testimonios de los participantes, cuáles son las distintas formas de violencia, y cómo son capaces de comprender las situaciones de peligro y, en el momento que ven que pueden cometer un acto violento, poner distancia entre la persona que están por agredir y ellos mismos”, explicó a 180 Elena Ponte, coordinadora ejecutiva de la Secretaría de la Mujer.
Ponte contó que en el último mes se hizo una evaluación preliminar de esta experiencia piloto (que termina en noviembre) que concluyó que los resultados fueron positivos, en primer lugar, porque mostró que un grupo de al menos 76 personas tienen interés en cambiar sus comportamientos violentos, y, en segundo lugar, porque los familiares de referencia o ex parejas del 95% de los hombres que concurrieron al taller dijeron que notaron mejoras de comportamiento y relacionamiento. Del 5% restante algunos familiares testificaron que no hubo evolución y otros que hubo desmejoras.
A partir de esta evaluación preliminar, se decidió implementar de forma permantente y continua un servicio de atención a varones agresores en la Intendencia de Montevideo. Ponte explicó que para ello este domingo se abrirá un llamado público a organizaciones interesadas en gestionar este servicio a partir del año que viene. A este llamado podrá presentarse si así lo decide el Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género, que coorganizó la experiencia piloto de este año.
“Los servicios de atención a varones hoy se están consolidando en muchos lados porque se entiende que la sociedad debe ofrecer también posibilidades a los hombres de ejercer un proceso de desaprender la violencia, así que esperemos que sea un paso importante el que damos el año próximo”, comentó Ponte.
Ponte explicó que de los 76 los interesados en participar en el taller, 52 asistieron a la primera sesión y, de estos, quedó conformado un grupo de 32 personas del que unas 26 asistieron en forma continua y 6 participaron de forma intermitente en el taller. Además, señaló que las razones principales por las que algunos de los interesados no asistieron al taller tuvieron que ver con dificultades para hablar en público y contar de forma abierta su situación, el temor a ser juzgados o a que no se respete la confidencialidad, y también la falta de disponibilidad por horarios laborales.
El informe de evaluación completo de la experiencia piloto estará pronto a mediados de diciembre, estimó Ponte, e incluirá qué sucedió con los casos de hombres que fueron derivados al programa por orden judicial. Estos casos ameritan análisis dado que uno de los requisitos fundamentales del servicio es que el hombre asista por su propia voluntad.
