Olivera, del "griterío" del baby fútbol a la consagración en Peñarol

Juan Manuel Olivera nunca buscó vivir del fútbol. Jugaba porque le gustaba. Comenzó en baby fútbol y tuvo que pedirle a su padre que no fuera más. "Yo tenía pánico de que mi padre me fuera a ver jugar. Era un psicótico peleando", recordó en No toquen nada. Pese a ser un goleador dice que el gol no le quita al sueño. "Si se gana está bien". Además habló de cómo invierten los jugadores lo que ganan y de su buena relación con Maradona.

Actualizado: 26 de enero de 2013 —  Por: Redacción 180

Olivera, del "griterío" del baby fútbol a la consagración en Peñarol

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Entrevista de Joel Rosenberg al futbolista Juan Manuel Olivera emitida en No toquen nada de Océano FM.

Joel Rosenberg (JR): ¿Te quedaste con la espina del fútbol europeo?

Sí, un poco. La verdad que sí, por todo el entorno que debe tener una Champions. Tampoco me quita el sueño y estoy muy feliz con lo que he hecho hasta ahora.

JR: Estuviste en muchos países: Chile, Paraguay, Argentina, China, Corea, Arabia Saudita, México, y en poco tiempo.

A veces estaba seis meses por distintas circunstancias y tenía que cambiar de cuadro o decidía cambiar o aparecía otra cosa mejor.

JR: ¿Se fue dando así? No es que lo armaste.

Se fue dando... Nunca pensé ni en ningún momento me propuse estar en ciertos lugares.

JR: ¿Dónde estuviste más?

En Chile es donde estuve más. Aparte estuve en dos etapas. En una un año y ocho meses y en otra seis meses.

JR: ¿En qué país te destacaste más?

En Chile me fue muy bien. En la segunda parte, que fue un año y ocho meses: muchos goles, campeón, llegamos a semis de la Copa Libertadores, cuartos de final de la Sudamericana. Yo creo que fue donde tuve mi periodo más parejo.

Ricardo Leiva (RL): Ahí te dieron el premio a Mejor Deportista Extranjero del Año.

Es verdad, lo tengo ahí en casa.

JR: El otro día escuché una anécdota de que te silbaron 40 mil hinchas tuyos.

Octavos de final, con Cruzeiro, en la primera Copa Libertadores que juego con Markarián.

JR: ¿Qué pasó ahí?

Nada. El equipo iba perdiendo de local 1 a 0 y me sacaron faltando cinco minutos y se vino abajo el estadio.

RL: ¿Era contigo o era con el técnico por el cambio?

Era conmigo. Yo recién había llegado. Hacía dos o tres meses que había llegado al club. Todavía no me estaba yendo tan bien. Después de eso vienen los playoffs y salimos campeones con Markarián. Hice un montón de goles, incluso el gol de la final lo hago yo.

JR: Cambiaste los silbidos por aplausos.

La verdad que sí.

Olivera en la Universidad de Chile. (AFP)

JR: ¿Dónde naciste? ¿En qué barrio?

Entre el Cerrito y Villa Española, al costado del cuartel de blandengues.

JR: ¿Tenés familia todavía en el barrio?

Mis hermanos viven ahí. Amigos quedan pocos porque han crecido y se han mudado, pero cuando voy siempre hay alguno en la vuelta.

JR: ¿Hiciste la escuela en el mismo barrio?

Sí, hice la escuela y el liceo en el Reggina, Después fui al 26 en el nocturno a terminar quinto y sexto.

JR: ¿Y el baby fútbol?

El baby fútbol lo hice entre el Sagrada Familia, el Ciclón y el Urreta.

JR: En varios barrios.

Sí, hasta los 10 u 11 años. Ahí enseguida me fui a Danubio.

JR: A tu mujer la conociste en el barrio. Están juntos desde que tienen 15 años.

Desde que ella tiene 15 y yo 18. Vivía cerca de casa, a 8 o 10 cuadras, pero no teníamos contacto de barrio, la conocí a través de amigos en común.

JR: ¿Cuándo llegó Santino?

Hace cuatro años, en 2008, yo estaba en Paraguay.

JR: Lo vimos en la conferencia de prensa hablando de fútbol.

Él va a la casa de mis padres a jugar porque tiene fondo, y se va a un pasillito que queda al costado de la casa, y ahí es el túnel de él, y se abraza al tío, y dice "vamo a ganar, vamo a meter", y sale corriendo. Una ilusión bárbara.

JR: ¿Te pide mucho para jugar al fútbol?

Sí, le gusta.

JR: ¿A qué otra cosa jugás con tu hijo?

Me encanta acostarme en el sillón a mirar dibujitos con él. Le apasiona igual que a mí, entonces podemos pasar horas mirando.

JR: ¿Tienen preferidos?

Todo lo que ande en la vuelta le encanta. Los Simpson los mira mucho. Cualquiera cosa, mucha energía, cualquier cosa. Le encanta jugar.

JR: ¿Por qué el tatuaje en la espalda?

A mí me encantan los tatuajes pero soy muy indeciso a la hora de tatuarme. Tengo algunos pero estoy tres años pensando qué me voy a tatuar.

JR: Hablá con el Lolo y te tatuás enseguida.

Hay algunos que son más impulsivos, yo no. En un momento dije: "el primer tatuaje que me voy a hacer va a ser el nombre de mi hijo". Pero tres o cuatro años antes de que naciera, ni siquiera sabía el nombre. Y bueno, nació acá, yo estaba en Paraguay, y enseguida fui a tatuarme el nombre de él.

JR: Ahora si tenés alguno más vas a tener que encontrar lugar en la espalda, que está grande.

No, pero tengo uno en la costilla que es un poquito más grande.

JR: Muchas veces los hijos de los futbolistas se fanatizan mucho con el cuadro donde juega el padre, ¿no?

Tal cual.

JR: Y vos podés cambiar de cuadro... De hecho vos naciste en Danubio.

Él tiene un entrevero con las canciones... Canta las canciones de la U, canta las canciones de Peñarol, dice que juega en el Al Wasl, absorbe todo. Increíble como tan chico lo absorbe, porque cuando estaba en Chile tenía un año y poco. Canta las canciones y anda con su camiseta.

JR: Y vos le tenés que explicar que capaz que un día jugás en Nacional.

No, no creo que se dé, pero a veces le explico que papá cambia de cuadro. Porque a veces te pide: ¿cuándo volvés a jugar en un tal equipo? No... Papá está acá.

RL: ¿Te pidió que vuelvas a Peñarol?

No, él tiene muy buenos recuerdos de Chile, y a veces pide por volver. Pide por volver a Dubai pero no por el fútbol.

JR: ¿Y por qué?

Porque es divino. Tenía tres o cuatro parques acuáticos y a veces ibas a pasear a algún hotel que era más grande que mi casa la habitación. Es impresionante, con peceras gigantes adentro. A veces pide ir.

JR: Esas experiencias de Dubai, de Arabia Saudita, ¿te marcaron mucho? Se ve que marcaron a tu familia.

Sí, mucho.

JR: Uno conoce un mundo que ni sueña.

Que ni se imagina... Tuvimos la suerte con mi señora de que nos ha tocado vivir en países maravillosos y conocer cosas que en muchos lugares que hemos estado nos hemos parado y hemos dicho: hay mucha gente que planifica vacaciones para venir acá. La Muralla China, Shangai, los Guerreros de Terracota, y nosotros caímos de casualidad y supimos aprovechar y disfrutar.

JR: Estaban cerca de donde estaban los Guerreros de Terracota.

En la misma ciudad, a 40 minutos.

JR: Patrimonio de la humanidad y muy visitado turísticamente.

Sí, impresionante. Aparte llegás y es tal cual: un granjero que estaba excavando la tierra y empezó a aparecer todo eso.

JR: Hace unos 40 años.

Hay unos galpones acondicionados y hasta que yo me fui seguían excavando y descubriendo.

JR: Estuviste en Dubai, donde estuvo Maradona. Eso fue una situación particular, ¿no? Estabas lejos, bien lejos, pero con un rioplatense, el más típico de todos quizás para el fútbol mundial. ¿Cómo fue la relación con Maradona?

Era buena. Lo que te daba él era que si bien estabas lejos en una liga que nadie la conoce y la sigue, pero porque estaba él y porque estabas en el cuadro de él, llegaba a todos lados. Imposible que alguien te relate un gol en italiano de un cuadro de Dubai, pero bueno, era el cuadro de Maradona. Eso fue positivo. Y con él tenía una buena relación. Cuando llegó era mucho mejor, porque él, condicionado con el idioma, se acercaba a nosotros los sudamericanos, y siempre hablando. Fuimos a cenar varias veces a la casa. Después se diluyó un poco cuando pasó lo de Porta, yo tomé un poco de distancia.

JR: Terminó muy mal Porta con él.

Sí, no se portaron bien con él y hubo cosas que no me gustaron, entonces tomé un poco de distancia. Algunas cosas no me gustaban cómo se manejaban. Con él siempre tuve buena relación, muy cordial.

JR: ¿Por fuera del fútbol?

Sí, iba a la casa.

JR: Le dieron un palacio para vivir, me imagino.

Él vivía en "la palmera", una casa gigante, cuatro o cinco mayordomos. Yo llevaba a mi hijo que tenía tres años y poco y era fatal, si rompía algo y no sabés lo que era la casa. Él con la novia, no había chicos salvo cuando iba Benjamín, el nieto. Yo tenía que andar corriendo atrás de él para que no tocara nada porque era capaz de darle vuelta la casa en un segundo.

JR: Pero podías ir.

Sí, lo más tranquilo, íbamos a comer. En el vestuario, cuando andaba con ganas de tomar mate, se cruzaba del vestuario de él al nuestro y se sentaba a tomar mate conmigo. Yo siempre andaba con el mate abajo del brazo.

Olivera en Al Wasl. (AFP)

JR: ¿Vos cómo te manejaste con el idioma en el mundo? ¿Algo de inglés?

Sí, con inglés en todos lados que he ido.

JR: ¿Vos sabías inglés antes de ir?

Aprendí el básico en el liceo, que por no prestar mucha atención no entendía mucho. Después me fui haciendo un poco. El primer país fue Corea. Tiene un traductor en portugués. Mientras aprendía un poco de coreano seguía aprendiendo un poco de inglés. Después en China seguí con el inglés, ya estaba un poco mejor, y en el momento que yo vengo seis meses acá después de China me pongo a estudiar. Ahí uno se da cuenta de lo importante que es. Estudié seis meses. Yo siempre digo: terminé aprendiendo a hablar en inglés porque estaba insertado en sociedades que lo necesitaba. Me fui haciendo afuera y estudiando acá.

JR: ¿Terminaste el Ciclo Básico?

Me quedan tres materias de sexto de Medicina. No las terminé porque para dar los exámenes, porque Química la preparé dos o tres veces y perdía.

JR: Pero llegaste hasta sexto. ¿Tenés ganas de terminarlo algún día?

Ahora no sé, antes tenía muchas más ganas.

JR: Pero el inglés te diste cuenta que podía haber sido...

Fundamental. Mirando en retrospectiva, tendría que haber estudiado muchísimo antes.

JR: En estos lugares, más allá de la plata que se puede ganar, cuando uno consigue cierto dinero, ¿los contratistas o la gente los asesora, les da una idea de en qué invertir? Son tipos muy jóvenes que de repente agarran un dinero que no saben qué hacer con él.

Tenés todos los casos. En mi caso es un amigo, Flavio Perchman. Tengo una amistad con él y hablamos de un montón de temas y entre eso a veces hablamos de la plata, cheques, si te parece hacer tal cosa. Pero gracias a Dios desde que empecé a jugar tuve las cosas bastante claras. Mi señora también me ayudó mucho, sabíamos lo que queríamos y lo que tenía que hacer. Uno cuando está afuera trata de hablar con gente que está acá para saber en qué se puede invertir. Inmueble o lo que sea. Mal no nos ha ido.

JR: ¿Es un tema de conversación entre jugadores?

A veces sí, si tenés confianza sobre todo. Para los que no tenés tanta confianza es un poco más difícil.

JR: Alguno que vino de afuera, que trajo un poco de plata...

Los jóvenes preguntan. Me parece muy bueno. Qué hacer o qué no, no con mucha profundidad pero sí para tener una idea general.

JR: En la concentración de Peñarol alguno se cuelga a preguntar.

Sí, en alguna charla o algún asado. Tiene que salir la conversación. De la nada es difícil, si no tenés una muy buena relación, que te vengan a preguntar. Pero se puede dar.

RL: ¿Hay recetas básicas que se repiten o es más diverso?

No, creo que lo básico es los inmuebles y alguna otra cosita más. Hay gente que ha puesto de todo.

JR: ¿Cómo se da con los jóvenes y los autos nuevos? ¿Hay alguna conversación sobre eso?

No he escuchado yo que hayan hablado, pero son bastante ubicados, por lo menos en Peñarol. Hay jugadores que ya están en Primera y tienen varios partidos y siguen viniendo con algún otro compañero. Sobre todo los pocos que han comprado su primer auto son autos de los baratos, comunes, tranquilos, de un mantenimiento bajo. No he visto a aquel joven que llegaba con terrible auto.

JR: ¿Qué temas conversan en una concentración, más allá del fútbol? ¿Hay temas de la realidad nacional que se meten en la concentración? ¿Se discute el matrimonio igualitario?

No sé si tanto, pero se discute mucho sí. Hablamos mucho del día, lo que está pasando. "¿Viste lo que pasó con tal noticia?". Se habla, no sé si tan en profundidad sí, se habla generalmente de lo que pasa.

JR: Al principio del torneo manifestaste que podías jugar junto a Zalayeta y el Polilla te dijo: "te aviso el equipo lo armo yo".

Creo que fue en un partido en la Fuerza Aérea o en algún entrenamiento en Los Aromos.

JR:¿Cómo llevaron eso en el plantel?

Siempre con mucha gracia. Estábamos estirando juntos con Marcelo y le hacíamos señas por atrás, de lo bien que nos llevábamos, cómo coordinábamos el estiramiento. Por eso él dice que el cuadro lo armaba él. Nos llevamos bien, para nosotros nunca fue un tema de discusión. Por nosotros pasaba solo entrenar, él veía si podíamos o no y si le servíamos en el esquema.

RL: Da la impresión de que se dio bastante armónico. Marcelo tiende a hacer un juego distinto al tuyo y eso me imagino que facilitó que no se superpusieran. Vos sos mucho más de área y él jugó por momentos como 9 y medio, tirado mucho más.

Tratamos de no superponernos, aunque no sea la función principal pero sí de complementarnos, que otro haga algún otro tipo de funciones. Fuimos inteligentes sabiendo que los dos parados adentro del área no podíamos jugar.

RL: Y en el momento que tuviste la sequía goleadora recuerdo que aparecías asistiendo. Para un goleador, cuando pasan los partidos y no aparece el gol, ¿es un aliciente o el gol es algo que no se puede sustituir?

Para mí, si se gana, yo voy feliz. Aunque no haga goles y ni siquiera una asistencia. Si se gana está bien. Si no, empezás a sentir esa falta de gol. Como el gol no hay, y más para el delantero. Pero siempre que el equipo siguiera ganando y nosotros ahí prendidos, no me quitaba el sueño.

JR: Pero el gol del campeonato contra Juventud lo gritaste como que se te estaba trancando el arco.

Sí, pero fue más por el hecho de la tranquilidad de saber que cerramos el partido. El grito fue más un desahogo por ese lado. No tanto porque hacía tres o cuatro partidos que no hacía, sino porque sabía que en ese momento éramos campeones.

JR: Dijiste un par de veces que te sorprendió Peñarol. ¿Qué te sorprendió?

Todo. La gente. Lo que viví en la Copa Libertadores fue increíble. El reconocimiento de la gente en la cancha, en la calle, que a veces con seis meses y no haber conseguido nada y que la gente te agradezca, es bueno. Todas esas cosas uno no se las imaginaba.

JR: ¿Danubio qué es hoy para vos?

Yo estoy muy agradecido. Es el cuadro que me formó. Yo soy hincha del club, es la realidad. Le tengo mucho cariño, tengo muchos amigos que son hinchas que van todos los domingos. Sigo pendiente del club.

JR: Sos hincha de Danubio.

Sí.

JR: Hiciste todas las formativas.

Sí, desde los 12 hasta que debuté en Primera. Hasta llegar a Peñarol era el único cuadro que había jugado acá en Uruguay.

Olivera en Danubio. (www.danubio.org.uy)

JR: Algunos correos: alguien dice que el gol contra el Inter fue el que más gritó en su vida. Fue un partido increíble ese, ¿no? Dieron vuelta un resultado que parecía muy difícil.

Sí, yo no sé cuántos años hace que no perdía el Inter ahí, hasta que nosotros fuimos a jugar. Aparte después de haber empatado 1 a 1 acá, ir a jugar contra el campeón en la casa de ellos, arrancar perdiendo al minuto. Estaba espantoso el panorama. Después la manera que se dio vuelta fue un envión anímico importante.

JR: Hay varios que preguntan por la charla con el Tanque Silva. ¿Hablaron después?

Sí, como al mes me atendió el teléfono. Pero bien. Hablamos, seguimos hablando hasta el día de hoy, tenemos buena relación.

JR: ¿De dónde se conocen?

Del liceo. También es del barrio, de Fraternidad, del cuartel para el otro lado. Hicimos una muy buena amistad hasta el día de hoy.

JR: ¿Qué te dijo cuando atendió al teléfono al mes?

Nada, le pregunté si seguía enojado, me dijo que ya no. Y seguimos hablando. Porque casi siempre que hablamos, hablamos de un montón de cosas menos de fútbol.

RL: Un oyente decía que te preguntemos qué opinás del fútbol infantil. Tenés un hijo que está por entrar en edad de si quiere hacer ese camino. ¿Cómo te lo planteás a eso?

Va a jugar si quiere. Tengo un ahijado que juega en Estrella del Norte, o sea que voy seguido a la cancha. Lo vi más tranquilo a todo. Más tranquilo por parte de los padres. Eso del griterío cuando yo jugaba era terrible. Yo tenía pánico de que mi padre me fuera a ver jugar. Era un psicótico peleando. Partido por medio había pelea. No podía jugar, yo quedaba paralizado, hasta que en un momento, con 8 o 9 años, le dije: "Si seguís yendo al fútbol yo no juego más". No fue más, bancó. Me llevaba alguna tía, mi madre. Lo que sí veo mal es lo que todo el mundo sabe, que los vayan a buscar tan jóvenes, que te pongan esa presión de que tiene que llegar, que ya está marcado como para ser exitoso. Yo jugué porque me gustaba, creo que hasta Quinta o Cuarta División, estamos hablando de 16 o 17 años. Para mí era fútbol nada más. En mi vida me puse en la cabeza vivir de esto, y ni siquiera llegar a jugar en Primera.

JR: Y seguías estudiando.

Seguía estudiando y jugaba porque me gustaba. La verdad me encantaba jugar al fútbol. Nunca me propuse nada. Ya en Cuarta sí, estando tan cerca, uno dice: "me voy a dedicar un poco más, voy a tratar de aprovechar la oportunidad, voy a hacer lo imposible por llegar. Si se da porque tengo las condiciones o la suerte, bien". Y gracias a Dios pude llegar.