No toquen nada informó en junio del año pasado que las clases de la Escuela Universitaria Centro de Diseño se habían suspendido porque el edificio en que funcionaba (ex cárcel de Miguelete) estaba sufriendo derrumbes.
Las clases luego se retomaron en Facultad de Arquitectura, y allí se siguen dictando hasta ahora. En el nuevo edificio, a partir del 19 de agosto, funcionarán las clases de segundo año en adelante. Primer año continuará en Facultad de Arquitectura y los talleres de materiales de la escuela se seguirán dictando en el edificio del ex Comedor Universitario Nº1, en la calle Rodríguez.
Laura Cesio, asistente académica del Decanato de Arquitectura, contó a No toquen nada que la idea es que en un futuro todas las clases y talleres de la Escuela de Diseño se incorporen al edificio de Facultad de Arquitectura, a partir de una ampliación que se está pensando para el lado de la calle Cassinoni.
“El primer año va a seguir funcionando en la Facultad de Arquitectura porque entendemos que es una experiencia donde la gente que ingresa a la universidad puede intercambiar con estudiantes y docentes de otras carreras”, explicó. “Como proyecto más a largo plazo, la facultad prevé hacer una ampliación sobre la calle Cassinoni, en el predio histórico del edificio, donde se trasladaría finalmente toda la escuela hacia ese lugar”, agregó. Esta reforma final estaría pronta dentro de “unos cuatro o cinco años.
Cesio afirmó que tanto los docentes como los estudiantes de la Escuela participaron muy de cerca en todo este proceso de compra del nuevo edificio, y en la coordinación de las adaptaciones edilicias que ya se están realizando.
Daniell Flain, representante docente en la Comisión Directiva de la Escuela, dijo a No toquen nada que están muy conformes con la noticia. “Es motivo de festejo sobre todo si son edificios destinados a la educación para todos”, señaló.
“Hay grandes expectativas porque en realidad no es toda la escuela que se muda para ahí, sino los segundos, terceros y cuartos años de las orientaciones, y va a haber un tema de reingeniería en la ubicación de las aulas en el espacio, que no es demasiado grande pero es aparentemente cómodo”, agregó.
El año pasado Flain había contado que en el antiguo edificio de la Escuela de Diseño se suspendieron las clases debido a “desprendimientos de revoque” y hasta “una tabla se cayó de un cielorraso, justo en una sala en donde a veces se reúne la comisión directiva”, algo que fue “la gota que derramó el vaso”.
