El presidente José Mujica ya adelantó que permitirá un aumento pero que exigirá mejoras ambientales que incluyen la temperatura del agua que llega al río y una baja en la cantidad de fósforo que se vierte. Este martes, una delegación uruguaya informa a las autoridades argentinas sobre la eventual ampliación de la producción de la planta de un millón a 1.3 millones de toneladas anuales.
Luis Aubriot, doctor en Biología, investigador de la sección de limnología de la Facultad de Ciencias, explicó a No toquen nada los efectos que tiene la temperatura del agua sobre el ambiente. “La temperatura va a afectar al ambiente en el sentido que va a potenciar o aumentar una serie de procesos. Uno de ellos son los procesos químicos como la disminución del oxígeno disuelto en el agua. Otro efecto sería sobre la fisiología de los organismos, en el que podría aumentar la tasa de crecimiento en alguno de ellos como por ejemplo las bacterias o cianobacterias”, explicó.
“Eso se daría si hay un aumento significativo en las condiciones de temperatura del río. Lo que hay que ver es si el nivel de vertido provoca un efecto significativo en la zona y cuál es el rango de acción. En un ambiente grande como es la zona donde se vierte se esperaría una reducción rápida de la temperatura a niveles normales”, agregó.
Aubriot dijo además que es más importante controlar los vertidos de fósforo. “El tema de la temperatura no sería uno de los más importantes dentro de los vertidos de una planta de celulosa. Uno de los vertidos que se debería cuidar con más atención serían los niveles de fósforos para esa zona. Son zonas donde se producen cianobactarias muy frecuentes o que son transportadas, vienen de arriba de otros embalses, y de obtener mayores nutrientes en mejores condiciones de crecimiento de esa zona se verían potenciados”, señaló.
Con base en un informe de Gabriel Farías, de No toquen nada.
