"Al tener poco contacto con sus mayores" los jóvenes se vuelcan hacia "los medios informáticos", dijo Mariosa. A la vez los padres intentan "compensar" esa ausencia "dotándoles de todos los medios que tengan al alcance".
"Los jóvenes manejan en su círculo un término muy claro y hasta a veces gracioso: el joven que no está en el circuito es un 'pancho' para ellos. En nuestra sociedad ningún joven quiere ser pancho", dijo el subdirector sobre "el vocablo para designar al muchacho torpe, tonto y (que) no está en la onda".
"Esto genera que el muchacho vuelque sus frustraciones y toda su soledad en la red. Y muchas veces se comunica con alguien que cree que se está comunicando pero realmente no sabe quién es", añadió.
Para Mariosa "muchos padres no conocen ni cómo se prende un computador", lo que provoca que "se corte un poco la relación".
Por esa razón es que recomienda a los padres "aggionarse". "Nadie dice que vayan a hacer un posgrado a la Universidad de la República sobre informática, pero aprender las normas más básicas, crearse un Facebook, pedirle ayuda a ese muchacho que le cree un Facebook", ejemplificó.
"El padre y la madre deben conocer las contraseñas que su hijo maneja. Esto no significa invadir su intimidad, pero antiguamente en mi época nuestros padres se asomaban a la puerta y sabían que en la esquina estábamos con Juan, con Pedro y con Alberto", dijo Mariosa.
Lo que se debe monitorear no es "el contenido de lo que conversan sino con quién conversan", agregó, y recomendó "no espiar" en ausencia del joven a pesar de tener las contraseñas.
