El gobierno declaró la emergencia agropecuaria para la horticultura y la vitivinicultura en el sur del país. El anuncio fue realizado por el ministro de Ganadería.
Pero en la misma conferencia, Aguerre también habló de efectos positivos en la ganadería en general y la lechería. "Aún en exceso, estas lluvias han sido favorables, por la época del año en que se han registrado, para la ganadería en general. Han tenido impactos diversos en la producción lechera pero a la larga van a ser favorables, porque la producción de pasturas que se generaron en este periodo van a permitir el enfardado y ensilado de una cantidad importante de reservas", explicó.
Para hacer frente a las pérdidas en buena parte de la cosecha de muchos productores, el gobierno propuso soluciones que apuntan a la seguridad alimentaria. "Cuando nosotros hablamos de que estamos ayudando a reconstituir el capital de giro perdido, no solo estamos hablando de resolverle el problema económico al productor o al empresario, también estamos hablando de que ese productor tenga continuidad para que dentro de 35 días haya nuevamente lechuga y dentro de 90 días haya zanahoria y el año que viene haya la cebolla que sea necesaria. Hago esta aclaración porque si la horticultura fuera un negocio tan rentable en un país que tiene 18 millones de hectáreas, tendríamos muchos más horticultores", dijo.
En el caso de la vitivinicultura se perdió casi un 15% de la producción y bajó de forma importante la calidad de las uvas.
Aguerre también dio números sobre el impacto de la cantidad de agua que cayó sobre la zona sur del país. "La variabilidad de nuestro clima no es noticia, el promedio de lluvia en el mes de enero en el país es de 110 milímetros y en febrero es de 125 milímetros -con un total de 1.300 anuales- y en los últimos 20 días hemos tenido registros de más de 600 milímetros", agregó.
