Según cuenta una crónica de Clarín, Alcón solía robar libros de la biblioteca de un tío.
En una oportunidad encontró Ricardo III de William .
Lo llevó a su escuela y lo actuó para sus compañeros.
Quizás allí nacieron dos pasiones de su vida: Shakepeare y el teatro.
Comenzó como locutor radial y luego llegaron el teatro, el cine y la televisión.
Su estreno en la gran pantalla llegó junto a Mirtha Legrand, con "El amor nunca muere", en 1955.
Fue un éxito y le siguieron "La pícara soñadora" y "Con gusto a rabia".
Junto al director Leopoldo Torre Nilson conformó una dupla célebre en la época de oro del cine argentino con películas como "El guapo del 900", "Martín Fierro", "El Santo de la Espada", "Boquitas Pintadas", entre otras.
En el teatro trabajó tanto en Buenos Aires como en España con los clásicos de Shakespeare, García Lorca, Beckett, Miller, Ibsen, entre muchos otros.
Fue dirigido por Margarita Xirgu y fue director en muchas oportunidades que le permitieron trabajar con actores jóvenes como Nicolás Cabré o Joaquín Furriel.
Con él fue su último trabajo, en 2013, "Final de partida", de Samuel Beckett.
Considerado un maestro por sus colegas, él se reía de esa afirmación.
Según recuerda La Nación, el decía: "Yo no oigo cuando me dicen maestro.
Contesto, 'sí, maestro', y me río.
El que se cree un maestro es un pelotudo.
El que encuentra rápido es porque busca poco: cuando empiezo a trabajar, estoy tan inseguro, que me sobran los brazos".
Actualizado: 04 de agosto de 2014 — Por: Redacción 180
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