Susana Bosch: el código del niño

“Hoy es un día triste”. Así comienza Susana Bosch su programa de radio. Y en homenaje al escritor que se fue, lee la primera estrofa de “Pasatiempo” de Mario Benedetti.

Actualizado: 22 de mayo de 2009 —  Por: Valeria Tanco

Susana Bosch: el código del niño

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Cuando éramos niños

Los viejos tenían como treinta

Un charco era un océano

La muerte lisa y llana

No existía

Así comienza Susana Bosch su programa de radio. Hablando de la muerte. Sería previsible dada la dimensión de Benedetti, salvo que su programa es para niños.

Bosch no tiene miedo de encarar lo abstracto y lo difícil con su audiencia infantil, ni tampoco de utilizar un vocabulario rico y complejo. Esa tardecita, en el aire hubo poesía, historia –era 18 de mayo-, música y conversaciones telefónicas sobre el plan Ceibal –porque a Gonzalo le iban a dar la computadora-, las notas y su validez –porque a Ana Clara le habían dado el carné-, y hasta hubo crítica de arte por la exposición de osos en la Plaza Independencia.

Bosch escucha, de verdad. Y registra datos de sus pequeños oyentes en un archivo, para no olvidarse de que está por llegar un hermanito, de que una mamá usa lentes, del barrio en el que viven. Fuera del aire, conversa (no interroga) con una niña de dos años que tiene muchas cosas para contarle pero no quiere salir en la radio.

La forma de comunicarse con los niños que utiliza Bosch empezó con Canciones para no dormir la siesta allá por el año 75. Varias generaciones después, los hijos de aquellos niños pueden disfrutar de su música como solista, de su honestidad adulta y de su seriedad para trabajar. En este sentido, ella sostiene que “una de las cosas que se propone el artista es la transformación de sí mismo y de los demás. Desde ese lugar tiene que manejar determinados valores y códigos relacionados con la ética, con la moral, con el pensamiento, con la identidad. Y eso le pasa a un pintor, a un bailarín, a un actor, a un músico. Después, si es música clásica, culta, no culta, popular, para niños, para medianos, para gordos, para flacos, es otro tema.”

En cuanto a Canciones, Bosch sostiene que no sólo marcó a los niños de esos años, si no que también “nos marcó a los integrantes de Canciones y más aún, marcó la forma de llevar adelante los espectáculos infantiles. Cuando yo era niña, el mal cantante, el mal actor, el mal bailarín eran los relegados a hacer obras para niños, como una cosa menor. Hoy por hoy las propuestas infantiles gozan de buenos actores, bailarines, cantantes y músicos. Creo que Canciones ha tenido responsabilidad en todo eso. Más allá de los contenidos, creo que se cambió la forma, y eso no es poco.”

El grupo también propuso otra manera de dirigirse a los niños, que ha tenido continuidad en sus ex integrantes. Para Bosch este modo de comunicar “fue un poco el sello de Canciones, que además en una etapa tan difícil del país se transformó en todo un código de interpretación. Por sobre todas las cosas teníamos la idea de manejar una forma ética y estética de trabajo que se basaba en no tratar a los niños como seres inferiores ni como adultos pequeños, ni tampoco minimizar su inteligencia. Tratábamos a los niños como niños, es una etapa de nuestro desarrollo.”

El músico Fernando Yañez -marido de Bosch, parte de su banda, arreglador y productor de sus discos- agregó que “considerar que los niños son el futuro es una actitud deshonesta. Los niños son el presente de la niñez y hay que atender ahora esa realidad de una etapa que merece ser vivida con la misma plenitud que cualquier otra.”

Del dicho al hecho. Susana Bosch integra, junto a músicos y docentes, el colectivo Papagayo azul, cuyo fin es la educación, la difusión, la realización de espectáculos y la edición discográfica. Hace poco se sumó Roy Berocay al proyecto.

“Venimos trabajando en forma permanente, el Papagayo no vuela sólo en vacaciones de julio. El año pasado hicimos, junto a Julio Brum, talleres para maestros y educadores del plan Caif en todo el país. Trabajamos con setenta personas por taller y tenían una duración de ocho horas. Fue una experiencia riquísima que esperamos repetir.”

Alguien que ha estado más de treinta años trabajando con niños tiene las credenciales suficientes para opinar sobre el estado de las cosas. Bosch considera que los niños de hoy pueden encontrar atractivo en cualquier tipo de propuestas, y que el objetivo es “que cada cosa tenga la posibilidad de estar, que haya un abanico. No podés comer arroz todos los días porque te va a aburrir, pero podés ir matizando. Creo que se trata de compensar. No caer en decir voy a impedir que mi hijo mire televisión, que se siente en la computadora, que no vea, que no escuche. Pero sí compensar. Y a veces no sabemos equilibrar esta balanza y hay mucho de lo mismo.”

Luego se ayuda con una anécdota personal como madre para ejemplificar. “Mi hijo tuvo su etapa de championes con luces. Traté de convencerlo que no, pero en el jardín de infantes todos los tenían. Finalmente se los compré y terminó dándose cuenta solo que cuando se acababan las pilas eran championes comunes y corrientes. No digo de ceder así porque sí, pero hay cosas que los chiquilines tienen que probar, porque si hay algo que vos transformás en prohibido es mucho más atractivo. Me parece que es una dura tarea. Desde el lugar de los adultos está bueno que se piense en la compensación. No recargar las tintas en ningún lado.”

Su apertura y tolerancia también tienen límites. Para Bosch, Tinelli y su Bailando Kids se pasaron de la raya. Está realmente furiosa con un programa que para ella hace “explotación infantil”, que pone a los niños como “adultos en miniatura, maquillados y vestidos grotescamente”, donde se les dice que “son sensuales, que tienen conexión con su pareja”, donde se les pregunta “si tienen miedo, si están nerviosos”. Es el único momento en que Bosch pierde su calma y su dulzura habituales porque, explica, “parece que el futuro es ser vedette, sólo eso, alcanza con salir en televisión, el objetivo es ser famosos. Más allá de lo aberrante de Tinelli y lo que hace, me preocupa y me pregunto: ¿dónde están los padres de esos niños?”

El sábado 30 de mayo Susana Bosch se presentará junto a su banda en El Tartamudo. Para grandes. Aunque ha participado en propuestas de otros artistas, es la primera vez que se enfrenta a un público adulto siendo la atracción principal. Se lo plantearon y se entusiasmó. “Hace mucho tiempo que no toco de noche, y claro, capaz que no me sale la voz de noche. Estoy acostumbrada a las nueve de la mañana, al sol los domingos, a la hora en que todo el mundo está comiendo los ravioles. Va a ser raro.”, confiesa y se ríe.

En cuanto a la selección de temas, tendrá mucho de su repertorio infantil, como sus versiones de las canciones de Eduardo Mateo. No siente que haya una Susana Bosch para grandes y otra para chicos. “No creo que las canciones infantiles tengan que tener tres tonos y decir “chungui chungui”. No creo que las canciones para adultos tengan que tener cosas extrañas para poder movilizar y sensibilizar. No creo que para transformar lo que uno hace de grande en música para niños haya que vestirse de cocodrilo, y lo digo con mucho respeto, y tampoco creo que para hacer una canción a los adultos que uno canta para niños haya que ponerse traje. Eso es un adorno, lo importante es la esencia de lo que se hace. Por lo tanto, en El Tartamudo va a estar la música que nosotros hacemos, en general, más alguna cosita más.”

Finalmente, hace una aclaración para evitar confusiones. “Me estoy poniendo un poco nerviosa porque alguna gente me dice: “vamos a jugar, qué bueno, porque está bárbaro que los grandes también podamos jugar”. Y mucha gente se está haciendo la expectativa de que se van a parar arriba de las mesas de El Tartamudo a corear y no es la idea, ¿no? Pero bueno, todo se puede dar. Claro, la gente asocia mucho mi trabajo a la participación. Y no nos planteamos eso en esta oportunidad pero, bueno, también se puede dar, ¿por qué no?”.

Para corear, para cantar, para disfrutar, si usted tiene muchas ganas, Susana Bosch y su banda en El Tartamudo, el sábado 30 de mayo a las 21.30 horas.

Para niños, para grandes, para escuchar voces infantiles y sus verdaderas verdades, para escuchar buena música, Para escucharte mejor, programa de Susana Bosch, de lunes a viernes de 18.00 a 19.00 por Emisora del Sur en 1290 AM y 94.7 FM.