"Si no disfruto esto soy un tarado"

La Tabaré, "una banda de música eléctrica", cumple 30 años y los festeja con nuevo disco: Que revienten los artistas. "No le tengo miedo al fracaso y no tengo pasión por el éxito", reflexionó Tabaré Rivero en entrevista con No toquen nada. Además habló de la "futbolización" del fanatismo por las bandas, de su "agresividad" arriba de los escenarios y su rol de "cantactor".

Actualizado: 19 de julio de 2014 —  Por: Redacción 180

"Si no disfruto esto soy un tarado"

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Entrevista de Joel Rosenberg y Miguel Ángel Dobrich a Tabaré Rivero en el programa No toquen nada de Océano FM

Joel Rosenberg: La Tabaré, una de las bandas más longevas e importantes de la escena local está a punto de cumplir 30 años y tiene disco nuevo. En su página definen como una "formación de expresión eléctrica". "Esa expresión a toda energía puede ser mediante instrumentos musicales, la poesía o la expresión teatral. Una banda en continuo cambio que permanece". Tabaré Rivero, buen día, gracias por la visita.

Tabaré Rivero: Buen día, es un gustazo estar acá con ustedes.

Miguel Ángel Dobrich: El gusto es nuestro.

JR: Vamos a hablar de todo un poco. Están a punto de cumplir esos años redondos. No sé si le das importancia...

No le doy mucha trascendencia pero de pronto me agarra como de sorpresa, es decir: uh, ya hace 30 años de esto. Y para mí hay algunas cosas que fueron ayer, hay cosas que recuerdo como si hubieran sido el otro día, como si hubieran pasado recién, y otras que las tengo más olvidadas y que de pronto ocurrieron después. Entonces uno tiene una confusión de tiempos en la cabeza y de pronto decís: mirá, 30 años, toda una vida dedicada a esto, por suerte.

Riki Musso: La Tabaré es una gran obra de teatro que representa una banda de rock, porque ellos no saben que son foxtrot, porque son todos actores siempre. Tabaré es actor y no sé si la chica que canta es actriz, pero siempre canta alguna actriz. Está agremiado más a SUA que a AUDEM.

JR: Al sindicato de actores más que al de música decía Riki Musso, que estuvo en la formación inicial.

Riki Musso fue el que me dio el puntapié a mí, el que me convenció. "Dale, loco, vamo' a cantar, vamo' a hacer un concierto". Yo cantaba con él en los cumpleaños, que nos reuníamos a comer un asado, sacábamos la guitarra todos, en el año 84, recién terminada la dictadura, y cantábamos nuestras canciones en los asados. Él me decía "tenemos que hacer un toque". Él ya tenía el Cuarteto de Nos. "Tenemos que hacer un toque con tus canciones". Y bueno, me dio mucha vergüenza y al final dije "y ta". Pedí la sala del Circular y agotamos las entradas el primer día. Fue gracias a Riki Musso.

MAD: ¿Qué opinión te merece lo que dijo Riki sobre ustedes?

Tiene algo de razón. Nos conocimos además en un teatro con Riki, él hacía la música de una obra teatral y ahí fue que empezamos a reunirnos para ir a los asados, para tomar una, y empezaron a salir las canciones. Él siempre me conoció más como actor que como músico. La característica de La Tabaré al principio era casi de un rock café concert, que no tenía mucho que ver con la movida de Los Estómagos y Los Traidores, si bien me gustaba esa movida. Ya en el segundo disco yo me convertí en un rockero desquiciado. Ahí sí, empecé yo a saltar por los aires y a living la vida loca y a considera que el rock tenía que ser de tal o cual manera.

JR: Los integrantes de la primera época en el DVD cuentan que los agarró de sorpresa la reacción del público en ese primer momento. ¿Vos buscás ese camino de rockero desquiciado pero el público, a la salida de la dictadura, se prende de eso, se sube al escenario, les roba los micrófonos, se genera una movida extraña.

Una movida muy fuerte y muy violenta porque la movida del rock en los años 80 y hasta mitad de los 90 acá en Montevideo fue una movida agresiva, para con el público mismo, el público consigo mismo, con los músicos. "Dame un autógrafo, hijo de puta", me decían.

JR: O escupirlos como cariño.

Exactamente. Y yo, como era mayor que mi generación rockera, por ejemplo, Los Traidores tenía 18 años y yo tenía 27 o 28. Entonces yo había vivido Woodstock y el rock uruguayo de los años 70 donde era todo amor y paz, y en mi sueño de rockero estaba que la gente se sentara a ver un concierto de rock y escuchara las letras y viera qué músico tocaba bien y qué música tocaba mal, y eso no existía, se subían unos arriba de los otros y se pegaban piñas en la mitad de los conciertos y pogueaban, y cosas que después también me parecieron genial, dije: "qué bárbaro, qué manera de liberar energía trancada durante años". Pero bueno, llegó también un momento en que aburre.

Riki Musso: Pienso que es una banda de foxtrot con instrumentos. Básicamente el ritmo que hacen es foxtrot, todos los temas de Tabaré. Debería haber sido orquestado más que en rock con un bombo y un platillito arriba, tipo hombre orquesta. Ahora creo que habían hecho un recital que era bastante así, metieron trombón y cosas así. Creo que eso cuadra más con el estilo. En una época muy rockera con mucho distorsionador, creo que ese sonido no va mucho en el estilo de los temas.

MAD: Si tuvieras que explicar a un extranjero qué es La Tabaré, ¿cómo la definirías?

Como una banda de música eléctrica que por vivir en este lugar del mundo tiene influencias de todo, desde tarantela italiana, milonga uruguaya y rock, por supuesto. Y foxtrot, como dice Riki.

MAD: ¿Por qué seguís? Me imagino que en estas casi tres décadas tenés que haber pasado por momentos muy desafiantes porque la escena uruguaya es compleja para el artista. ¿Qué te ha dado fuerzas para seguir?

Creo que sigo porque es lo único que me gusta en la vida fuera de lo familiar. No es un hobby, es lo único que ocupa mi cabeza prácticamente las 24 horas del día. Si no estoy tocando la guitarra estoy escuchando música, si no estoy escuchando música estoy viendo un video o leyendo teatro, porque teatro también me gusta. A mí lo que me gusta es la expresión artística. Si yo pudiera pintar o hacer danza contemporánea, lo que pasa que soy malo para la pintura y peor para la danza, pero me gusta la experimentación artística y tuve la suerte de poder componer mis canciones, me divierte mucho componer, aunque hay periodos en los que no se me ocurre nada, sobre todo ahora. En los primeros discos tenía para elegir canciones y canciones, ahora ya es distinto, uno se pone más autoexigente. Pero me lleva todo el día, todo el año, toda la vida de pronto, la ocupación de componer y de soñar con que eso algún días e va a convertir en una canción orquestada y después que está grabada si sale a la venta o si sale al público. Es lo único que me conmueve de verdad. Hay un montón de cosas que me gustan en la vida pero que me conmuevan, que me saquen de lo más profundo de mí mismo el placer, es esto, es movida artística.

MAD: ¿Qué cualidades deben tener los músicos de La Tabaré?

Ha pasado de todo por La Tabaré. Tipos con muy diferente carácter, muy diferente forma de saber.

JR: Riki Musso exagera un poco cuando dice que es uno de los 500 músicos que se fue, ¿no?

Sí, creo que 500 no, debe haber habido 450. Que se fueron hubo pocos. Hay muchas cosas. Me dicen "vos los echás a todos" o "te peleás con todos los músicos de la banda" y no es tan cierto eso. Es verdad que tuve enemistades dentro de la banda pero hay otras veces que se han enemistado entre ellos y no conmigo. Otros músicos que han emigrado por distintos problemas, otros que han dejado la música por completo porque no tienen plata o han seguido tocando en cumpleaños de 15 porque les da plata y no en La Tabaré que no es una banda pensada para hacer dinero. Hay muchos motivos. Lo que tiene que tener un músico para estar en La Tabaré es tocar bien su instrumento, sin egolatrías, no quiero uno de esos tipos que son virtuosos, que toque bien y tenga buena onda y buen humor, y que sobre todo le guste la banda.

Alejandra Wolff: Era una época mucho más complicada para que una mujer estuviera en una banda y más compartiendo, en La Tabaré la mujer tiene como el 50% de la responsabilidad, es un líder igual que el hombre. Entonces era una cosa muy compartida, no era la corista. La cantante que canta en La Tabaré no es corista, tiene mucha responsabilidad.

Es cierto. Me encanta escuchar a Alejandra. No es corista, desde la primera que subió Andrea Davidovich al escenario, siempre les dije a todas las cantantes: vos sos frontman, vas ahí adelante y tenés tu momento, nada de estar al costado haciéndome coros, sos una protagonista. Pero también se lo dije a los músicos. Nunca le dije al bajista que se quedara atrás. "En el momento que están cantantes ustedes están al costado, cuando nos vamos hacia atrás los cantantes porque hay un solo ustedes van al medio del escenario, y si hubiera un buen foco estaría bueno que los iluminara a ustedes". Siempre quise que La Tabaré fuera una banda y nunca un solista. Me costó mucho porque los músicos a veces entran en La Tabaré creyendo -y queriendo a veces- que yo sea un solista y ellos sean los contratados, y en realidad no se trata de eso, se trata de una cosa que es una cooperativa donde vamos todos hacia adelante pensando, opinando, yo le pido opinión. En definitiva sí la opinión última es la mía pero yo pido opinión constantemente y además consejos a todos los que han pasado por la banda, entre otras cosas porque soy un tipo cobarde para asumir mis responsabilidades solo.

JR: Han pasado muchos años y muchas generaciones. "Mi hijo se llama Tabaré por vos", dice Lu. "Y te ama, si lo vieras con cinco años cantando y saltando en la Zitarrosa. Orgullosa de tenerte y que seas uruguayo".

Muchas gracias.

JR: Son seguidores que en los 80 o 90 tuvieron sus hijos...

Es extraño Qué responsabilidad, ¿no? Espero no mandarme ninguna bobada... Mirá si le ponés el nombre mío a tu hijo y yo me mando una cosa que te molesta después, una actitud, una canción que estás en contra de lo que digo y chau, te echo a perder todo. Uno tiene que tener consciencia de que la gente se ha identificado con lo que uno hace y respetar. Yo antes decía: a mí el público no me importa. Es verdad, no pienso en el público a la hora de componer, no pienso en generar éxitos. ¿Qué le va a gustar a la gente? Si digo esto voy a meter un primero en el ránking. No pienso en eso pero sí pienso en no cometer errores, en hacer las cosas prolijamente, cosa que antes tampoco me importaba demasiado, con mucho respeto para el público. El respeto es fundamental en la gente.

JR: ¿Cuánto marcó ese punto de inflexión cuando en un recital en el Teatro de Verano en 1995 se arma un lío bárbaro? Piña va, piña viene, ustedes se corren al costado del escenario y vos contás que un punk viene y te dice: "mirá que vos generaste esto, no te escondas atrás del escenario". Vos decís que te invitó a reflexionar.

Es verdad. Primero me molestó. ¿Quién te creés que sos, nene, para venir a decirme a mí lo que tengo que hacer? Pero después cuando me fui a casa y estuve solo empecé a decir: algo estoy expresando arriba del escenario que no es lo que yo quiero expresar. Y sí, hoy con la distancia veo esos videos de aquellos tiempos y yo era un tipo muy agresivo en las entrevistas y ni que hablar arriba del escenario, tenía una agresividad que también la tenían Los Estómagos o Los Traidores, era un tic de la época. Yo venía cargado de 11 o 12 años de dictadura, que a mí me agarró a los 16 años, una edad en la que uno tiene que soltar la energía, empezar a divertirse, y todo lo contrario, fui reprimido. Si bien nunca estuve más de ocho horas presos, nunca me tocaron tampoco, nunca me pegaron una piña los milicos, pero sí me tuvieron con su prepotencia diciéndome cómo tenía que caminar, cómo vestirme, cómo peinarme, qué música tenía que escuchar, de qué modo tenía que bailar, de qué modo tenía que caminar por la calle. Si uno hacía mucho aspaviento en 18 de Julio ya te paraba la chanchita y te metía en cana. Entonces uno cuando pudo enchufar la guitarra y largar todo eso me convertí en un tipo agresivo, rabioso y rockero, que fue lo que Riki Musso dice que no entiende muy bien. Pero claro, eran tiempos para mí necesarios, yo necesitaba distorsionar mi vida y tratar de distorsionar todo mi entorno. Con el correr del tiempo no tiene el mismo valor. Andar pogueando en el año 88 o 89, hay que ubicarse en el contexto sociopolítico de la época, y andar pogueando en el 2014, es otra cosa, tiene otro significado y ha cambiado también todo eso.

MAD: "Queridos rocanroleros: yo no canto por cantar ni por tener buena voz". ¿Por qué cantás, Tabaré?

Para expresar el voto que el alma pronuncia, para largar hacia afuera todas las ideas, angustias, represiones, amores, necesidades que uno tiene, y convertir eso en canción. Para comunicarme en definitiva con gente que esté sintiendo de pronto lo mismo que siento yo.

Riki Musso: Como cantante es un gran actor y ojalá yo pudiera cantar como él sin quedarme ronco. Pero él actúa las canciones más que cantarlas, lo cual es muy válido, no hay por qué cantar las notitas aburridamente. Me parece una buena opción de su parte.

MAD: ¿Qué has ganado como intérprete en estos años?

Supongo que he aprendido a interpretar mejor. Lo que no gané fue dinero pero sí he aprendido a interpretar, a sentir las canciones, inclusive en mi intimidad canto muchas canciones que no son mías y de pronto me las grabo y la interpreto. Es verdad lo que dice Riki, yo no clavo la nota justita donde debe ir, soy un decidor, un actor, un cantactor como dijo Darnachauns. Creo que es una característica que aparte no es tan opcional, yo tuve que cantar así porque naturalmente no tengo la posibilidad de pegar y de clavar las notas justas. Por ejemplo trabajé en Dandy este verano, una obra musical, y Magnone, que es el que hizo la música, tuvo conflictos conmigo, en el buen sentido porque él quería que yo clavara la nota y a mí la nota se me escapa por el costado. Sin embargo, a la hora de interpretar eso, porque era una obra teatral, creo que rindió el personaje que yo hice porque justamente estaba dentro del personaje y podía interpretar, cosa que si no sé cuando empecé con la banda podía haberlo hecho, o sea que todo este tiempo me ha hecho mezclar estas dos disciplinas que tanto me gustan que es la actuación, el teatro, con la música y con el rock.

MAD: ¿Qué te pasa internamente cuando cantás? ¿Hay una experiencia de elevación o estoy diciendo cualquier pelotudez?

No, no hay una elevación, la música que hago es muy terrenal, pero hay una adrenalina, hay una cosa arriba del escenario, hay una comunicación con la gente y por suerte nunca mordimos el polvo con La Tabaré, siempre hubo un público ahí que nos estuvo tirando energía muy linda. Yo creo que la banda arriba del escenario no tiene mucho que ver con la banda en los discos. Se retroalimenta mucho de la gente y la gente se comunica, y es una banda que últimamente transmite fiesta, o sea, no una fiesta chabacana, la guaranguería, esperemos que no sea eso, nosotros tocamos con una sonrisa arriba del escenario, con un placer muy grande y creo que es el placer que el público está recibiendo. Si bien en los 90 éramos una banda rabiosa que transmitía furia, creo que la furia y la rabia sigue estando en la composición pero no a la hora de comunicarme con el público.

JR: Hablaste del cantante, del actor, de cómo se juntan. ¿Qué papel juega en tu vida y cómo repercute en tu obra el ser docente? En el 92 empezaste con cursos en la Intendencia pero desde el 2000 estás en la ORT. ¿Qué te da ser docente?

Me da contacto teatral fundamental porque sino es un contacto que yo dejo de lado, que es muy difícil. Con la banda uno tiene un contacto con el público pero pasa por lo estrictamente musical, con los jóvenes, el público de La Tabaré que se acerca a mí, se acerca a hablar por la calle, ya no tanto, pero siempre es un público más joven. El más adulto no tiene eso de acercarse y conversar con uno. Después de un concierto se acerca la gente joven. En cambio en el teatro no, en el teatro la gente se va para su casa y muy difícilmente se acerque después de una actuación para decir algo, capaz que hay uno cada tanto que lo hace. El estar con jóvenes en las clases de teatro me hace ver qué es lo que les gusta teatralmente, qué es el arte, cómo están sintiendo, qué necesidades están sintiendo los tipos para expresar arriba de un escenario, para ser expresadas, es otra forma de sensibilidad escuchar a los alumnos que no es la musical que tiene que ver más con la lectura o con lo más intelectual, no tanto lo terrenal o lo carnal que puede tener la música.

JR: ¿Qué tipo de alumnos tenés?

Estoy en la ORT nada más. Son alumnos de Comunicación. También hay alguno de ingeniería que va opcionalmente. No es una materia obligatoria. Tengo de todo: desde gente que nunca vio teatro en su vida y que termina en el taller y yo les digo todos los días: vayan a ver teatro. Y resulta que no van. Es muy difícil, es como si vos quisieras ser jugador de fútbol y nunca hayas visto un partido ni siquiera en televisión. La gente confunde teatro con teleteatro o con carnaval, que es una forma de teatro pero no es la única. Hay gente que con mucho interés y condiciones generalmente después van a otras escuelas. Y otros que hacen el taller para darse el gusto a fin de año para actuar un poco. Se conoce a mucha gente diferente con formas de pensar muy distintas.

JR: ¿Cómo se compone tu familia?

Vivo con mi mujer y con mi hijo de 13 años. Tengo un hijo de 24 con el que me llevo muy bien y viene a ver todos los partidos del Mundial, profesor de educación física. También me llevo muy bien con su madre, la madre de mi primer hijo. A veces nos vamos para afuera todos juntos, ella con su pareja, yo con la mía, con los dos hijos. La familia es de verdad lo que me ha salvado la vida.

JR: ¿Cómo cambia la relación con los jóvenes a medida que crecen tus hijos?

Creo que nunca vinculé mucho a mis hijos al público de La Tabaré. Si bien ellos han ido a los conciertos y todo no han sido de la barra que seguía a La Tabaré, sus amigos no son seguidores de La Tabaré necesariamente. Sí tipos que les gusta, algunos que compraron los discos, pero no era la barra de seguidores y a mí eso me ha ayudado. Creo que mis hijos también disparaban un poco, no querían tener amigos que dijeran "vamos a ver a tu papá". El público ha cambiado mucho en el correr de estos 30 años. El público agresivo de los años 80 y 90 que se acercaba hoy por hoy son todos laburadores que dejaron de ser agresivos, y el público qeu hoy por hoy escucha rock es un público muy diferente que no está comprometido necesariamente con la ideología del artista porque hoy por hoy se convive la biblia con el calefón más que nunca. Es otra forma de acercarse al músico. Aunque La Tabaré todavía tiene un público que entiende las diferencias entre la letra más elaborada con algo que decir y otro tipo de rock no tan elaborado y no tan comprometido, pero no necesariamente todos.

MAD: ¿Creés que hay una búsqueda de sentido con mayúscula en tus canciones?

Yo creo que la hay. Busco sentir, soy un tipo que pienso mucho la letra. La música me sale rápidamente y alguno por ahí dirá "por eso te sale tan mal". Pero luego le doy la música para que los músicos hagan los arreglos y conviertan esa melodía que yo inventé de verdad en una canción, de verdad darle los arreglos, los piques, la batería, que conviertan eso en algo lindo, en algo que me guste a mí fundamentalmente. Yo le llamo lindo pero capaz que me gusta a mí y no al resto. A los músicos sí los tiene que dejar satisfechos lo que ellos hacen. Pero la letra me lleva mucho tiempo. De pronto busco una palabra que no la encuentro y estoy preocupado dos días, una canción que no me cierra, y encuentro una palabra sola y era eso lo que me faltaba para darle sentido a la canción, para que tuviera un por qué la canción. Porque no sirve cantar, para mí, una canción que cuente una historia mía que a nadie le interese, porque hoy por hoy yo soy consciente de que hay un público. Cuando compuse el primer disco no, cantaba las canciones para cantarlas yo solo en mi cuarto y capaz que el segundo disco también. Hoy por hoy sé que cuando compongo una canción la va a escuchar alguien y por más que quiera sacarme eso de la cabeza y decir "no me importa" soy consciente, eso está ahí, está en mi inconsciente que estoy componiendo para mí y para la gente. Y quiero decirle algo a la gente.

MAD: ¿Cuánto pesa el humor?

Yo creo que 100%. Es muy importante. Porque tampoco estoy haciendo una obra magna. Digo que me gusta el arte y hacer muy en serio y tener algo que expresar pero también soy consciente de que son canciones de rock nada más o canciones del estilo que sea, puede ser una milonga, un tango, una canción más rockeada, pero es una canción, no es para tomárselo más en serio de lo que eso significa. Las canciones son para tomárselas en serio muchas veces pero no es para hacer una guerra si a alguien no le gusta una canción. No le gusta y ya está, a mí no me gusta la canción de otra banda pero capaz me gusta otra de esa banda. Hoy por hoy está muy futbolizado este asunto y yo soy fanático de esto y defiendo todo lo que esa banda hace, cuando de pronto no tiene por qué ser necesariamente así.

MAD: Los 30 años llevan a hacer un balance. Como protagonista y testigo de esta historia del rock uruguayo, ¿en qué etapa está la música local?

Buenísima pregunta porque no te la sé responder. La música local es muy amplia, hay mucha propuesta de mucho artista y de muy diferente nivel y gustos musicales. Siempre el Uruguay se caracterizó por eso, es un país que los extranjeros dicen "en este país levantás una baldoza y salen artistas", ya sean de carnaval, murga, candombe, danza, pintura, poetas en todos lados, hay tanta cosa que es maravilloso ser parte de esto. ¿En qué está? No sé. Es una gran incógnita.

JR: ¿En qué están ustedes?

Nosotros estamos en una etapa linda porque no le tengo miedo al fracaso, no tengo pasión por el éxito y estoy sin embargo disfrutando la salida de un nuevo disco con la esperanza de que la gente lo reciba bien. No me quema la cabeza como antes... Los músicos muchas veces me llevaban a ese pensamientos: tenemos que ser los primeros, tenemos que ser los mejores. Y no, no se trata de eso, se trata de disfrutar porque muchas veces en esa guerra uno se olvida que te está yendo lindo y hay un montón de público que te está escuchando, pero como no sos el número uno, la banda u otros músicos te hacen sentir que no te va bien. ¿Cómo no me va bien? Hace 30 años que estoy haciendo música, 30 años que estoy tocando, 30 años que la gente va a ver a La Tabaré, si no disfruto esto soy un tarado.