Condena millonaria muestra "cómo las tabacaleras deben pagar por las consecuencias"

En el caso del tribunal de Florida que sentenció a la tabacalera RJ Reynolds a pagar 23.600 millones de dólares a la viuda de un fumador, "no es lo que le costó a esta particular persona sino es cómo la industria debe pagar por las consecuencias", dijo a No toquen nada Patricia Sosa, directora en latinoamérica de la ONG Campain for Tobacco-Free Kids.

Actualizado: 27 de julio de 2014 —  Por: Redacción 180

Condena millonaria muestra "cómo las tabacaleras deben pagar por las consecuencias"

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Un tribunal del estado de Florida, en el sureste de Estados Unidos, condenó a la compañía de tabaco RJ Reynolds a pagar 23.600 millones de dólares por daños y perjuicios a la viuda de un fumador de larga data que murió de cáncer de pulmón.

Según cuenta una nota de la BBC, Cynthia Robinson, la mujer del fallecido, demandó a la empresa en 2008. La indemnización que obtuvo es récord y es el dictamen más grande la historia de Florida en una demanda por muerte indebida presentada por una sola persona.

Sus abogados alegaron que RJ Reynolds fue negligente a la hora de informar a los consumidores de los peligros de fumar tabaco y condujo a que el marido de la demandante contrajera cáncer de pulmón tras convertirse en "adicto" al tabaco y fracasar en varios intentos de dejar el hábito.

No toquen nada conversó con Patricia Sosa, directora para Latinoamérica de la ONG Campain for Tobacco-Free Kids (Campaña para niños libres de tabaco), quien mencionó que este juicio es un ejemplo de cómo los jurados piensan que la industria tabacalera debe pagar por los daños que causa al vender un producto adictivo y letal.

“Los daños punitivos son bastante subjetivos, por ejemplo, no es lo que le costó a esta particular persona sino es cómo la industria debe pagar por las consecuencias. Es un daño para que tenga un impacto económico en la industria, es una cifra de alto nivel porque es una de las industrias más grandes del mundo y de mayores ganancias”, detalló Sosa.

La Asociación Americana de Cáncer estimó las ganancias de la industria del tabaco en Estados Unidos en 35.000 millones de dólares anuales; y en este caso el tribunal de Florida obliga a pagarle 23.600 millones a una persona.

Sin embargo, Sosa aclaró que hubo juicios con indemnizaciones millonarias que a la hora de apelar la cifra disminuye o no se da lugar.

“No sé si alguno de los casos han terminado su curso y obtenido algún pago, pero ninguno ha ganado los pagos y la compensación que ha sido asignada por los jurados. Los jurados juzgan a favor de la víctima, otorgan compensación punitiva que tenga un impacto en las ganancias de la industria, pero cuando llega a la apelación los jueces determinan que la decisión del jurado es excesiva y no le dan continuidad”, indicó la directora de Tobacco-Free Kids.

Por otra parte, Sosa manifestó que la denuncia alentó que se genere un debate público sobre el tema en general y en particular recordó que la industria del tabaco dirige sus mensajes a jóvenes.

“Analizamos la publicidad de la industria, vemos las imágenes que usan, vemos dónde hacen su publicidad y sabemos que están apelando a un sector joven. La última campaña de Phillip Morris, que en inglés se llama ‘Don’t be maybe’, de Marlboro. Está documentado y hay una presentación sobre esta campaña donde usan imágenes y mensajes que son totalmente dirigidas a los jóvenes, al punto de que una corte en Alemania declaró que esta campaña viola la ley alemana y le exigió a la industria que sacara los anuncios. Nosotros tenemos hasta una comparación de un anuncio de ropa dirigida a niños de 14 a 17 años y lo comparas con el anuncio de Maybe Marlboro y no puedes diferenciarlo es prácticamente idéntico”, ejemplificó Sosa.

El espiral de la demanda

La BBC informó que la demanda de Robinson formó parte en un principio de un litigio colectivo conocido como “el caso Engle”, que se presentó en 1994 contra compañías tabaqueras.

“El jurado de aquel proceso falló en 2.000 a favor de los demandantes y otorgó una indemnización de US$145.000 millones por daños y perjuicios, que en aquella época fue la multa más grande de la historia de EE.UU.

La cantidad fue denegada en 2006 por el Tribunal Supremo de Florida porque consideró el grupo era “demasiado disparatado y que cada consumidor fumaba por razones diferentes”; pero permitió a los demandantes presentar sus denuncias por individual y Robinson lo hizo.

Su esposo, Michael Johnson, murió en 1996 a los 36 años de edad . Fumó entre uno y tres paquetes de cigarrillos al día durante más de 20 años.

Con base en un informe de Gabriel Farías, de No toquen nada.