Maristas se preparan para recibir familias sirias

La amplia casa de los hermanos Maristas de Uruguay, rodeada de un parque arbolado y a aproximadamente a media hora del centro de Montevideo, recibirá a las primeras familias de refugiados sirios que arribarán el mes próximo al país.

Actualizado: 16 de agosto de 2014 —  Por: Redacción 180

Por Ana Inés Cibils, de AFP.

"En principio Presidencia tiene previsto que vengan tres o cuatro núcleos familiares, que serían unas 40 personas, de las cuales nosotros retomamos la idea inicial de Presidencia de que el 60% como mínimo sean niños, que es lo que hace que estemos jugados en este proceso", explicó a la AFP Juan Achard, integrante del equipo ejecutivo de Maristas de Uruguay.

Ubicado en un barrio humilde de las afueras de la capital, el terreno de 14 hectáreas cuenta con una casa con 14 habitaciones individuales, tres dormitorios comunitarios y dos amplios salones de usos múltiples, además de cocina, oficinas y capilla, rodeados de un amplio jardín y canchas de fútbol.

Según el plan, elaborado por el gobierno en coordinación con Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), las familias se quedarían 60 días en las instalaciones, periodo en el cual se buscará que empiecen a aprender el idioma -los niños irán de inmediato a la escuela- se interioricen con las costumbres del país y los mayores de edad se capaciten para que puedan incorporarse al mercado laboral.

El gobierno acordó con Acnur que se hará cargo del presupuesto que implique el reasentamiento de los inmigrantes. El traslado de los sirios estará en tanto en manos de la Organización Internacional de Migraciones.

"Nosotros prestamos las instalaciones y estamos generando proyectos que nos pidió Presidencia: uno de inmersión cultural y otro con recreación para niños. También nos pidieron un proyecto de huerta", indicó Achard.

Al mismo tiempo, lanzaron una campaña pidiendo a las comunidades y los colegios de la congregación en Uruguay donaciones de ropa de cama, vestimenta y enseres para ayudar a la instalación definitiva de las familias.

El llamado de Alepo

La propuesta de recibir familias sirias fue lanzada a fines de abril por el presidente José Mujica, quien llamó al pueblo uruguayo a socorrer a algunos de los miles de niños abandonados en los campos de refugiados alrededor de Siria.

Por esos días tuvo lugar la asamblea de los equipos directivos de los Maristas en Uruguay, donde los reunidos leyeron además una dramática carta enviada por un hermano marista de Alepo relatando el sufrimiento en esa ciudad siria: "Alepo tiene sed, Alepo está castigada de muerte (...) Por favor, necesitamos vuestro apoyo", decía.

Sintieron que debían y podían hacer algo. Fue así que ofrecieron al gobierno sus instalaciones.

Cuando sepan quiénes vienen, los Maristas buscarán cómo organizar el lugar para intentar "armar dentro del espacio núcleos con cierta intimidad para cada familia", indicó Achard.

"Queremos brindarles lo mejor posible para que esta gente se sienta cómoda", destacó por su parte el hermano José Kuhm, responsable de Maristas de Uruguay. "Sabemos del sufrimiento del que vienen", subrayó.

"Por más que usen nuestra casa, que nos identifiquen como maristas cristianos, estamos muy abiertos. A nosotros lo que nos interesa es lo humanitario", destacó, explicando además que si tienen que adaptar los espacios para que los refugiados puedan expresar su propia fe lo harán. "Nosotros no vamos a predicar nada. Hay que atenderlos en lo humano".

Una misión del gobierno de Mujica, encabezada por el encargado de Derechos Humanos de Presidencia, Javier Miranda, viajará el 22 de agosto al Líbano para entrevistar a las familias preseleccionadas por Acnur y así elegir las que llegarán a Uruguay.

Si todo funciona bien, un segundo grupo de unos 80 sirios llegaría en febrero de 2015. El objetivo es que se queden "un buen tiempo en Uruguay", indicó el jueves el canciller Luis Almagro a Canal 20.

"Después que termine el conflicto tendrán la posibilidad de volver a su país, dependerá un poco del arraigo que hayan generado en Uruguay en ese tiempo", explicó.

"La idea es que esto sirva primero como ayuda humanitaria", indicó Almagro, quien acotó que "esperamos que pueda ser disparador de que otros países, en función de sus condiciones, puedan recibir también a muchas de estas personas".

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