Muchos negros "tienen más chances de ir a prisión que a la universidad"

El presidente estadounidense Barack Obama advirtió nuevamente este lunes sobre el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes en Ferguson (Misuri), donde la muerte a tiros de un joven negro ha provocado contínuas protestas.

Actualizado: 19 de agosto de 2014 —  Por: Redacción 180

Muchos negros "tienen más chances de ir a prisión que a la universidad"

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"Está claro que la inmensa mayoría de la gente se manifiesta pacíficamente", dijo Obama durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en la que dijo que no hay excusas para el uso excesivo de la fuerza policial.

El presidente insistió también en que el uso de los militares de la Guardia Nacional, decidida por el gobernador del Estado en la jornada, deberá ser "limitado".

Obama también llamó nuevamente a la mesura de los manifestaciones en Ferguson (Misuri), donde se suceden las protestas desde que un joven negro fue ultimado por un policía el 9 de agosto.

"Puedo entender las pasiones y la cólera surgidas de la muerte de Michael Brown (...) saquear tiendas y atacar a la policía no puede hacer más que contribuir a aumentar las tensiones, debilita la justicia en lugar de fortalecerla".

Obama subrayó a su vez que continuará siendo "prudente" sobre la investigación en curso, y abordó la cuestión de las desigualdades raciales en Estados Unidos, destacando que todavía hay un largo camino por recorrer con las comunidades "que están a menudo aisladas, sin esperanza y sin perspectivas económicas".

"En numerosas comunidades los jóvenes de color tienen más posibilidades de terminar en prisión o ante un tribunal que acceder a la universidad o tener un buen empleo", dijo.

"Hemos hecho progresos extraordinarios pero no hemos hecho el progreso suficiente", añadió Obama, quien recién regresa por dos días a Washington en medio de sus dos semanas de vacaciones en una isla en Massachusetts.

Más incidentes

Dos personas fueron heridas de bala y 31 detenidas el lunes en una nueva noche de violencia en Ferguson, estado de Misuri (centro-oeste de Estados Unidos), donde siguen las manifestaciones luego de la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco.

La policía indicó que un pequeño grupo de manifestantes disparó y lanzó piedras y cócteles molotov contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos.

Dos personas que participaban en la nueva protesta resultaron heridas por disparos de los manifestantes, ya que la policía no abrió fuego, según el capitán Ronald Johnson, jefe del cuerpo policial de Ferguson.

Treinta y una personas fueron detenidas, según el funcionario.

De momento se desconoce la gravedad de los heridos. En los incidentes resultaron también heridos cuatro agentes de policía por el lanzamiento de objetos.

Las protestas y la violencia no han cesado en Ferguson desde que el 9 de agosto un policía blanco, Darren Wilson, mató a tiros a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado en el momento de los hechos.

La manifestación del lunes había comenzado de forma pacífica, horas después de que el presidente, Barack Obama, hiciera un llamado a la calma en una intervención televisiva.

Pero según Johnson, un grupo de unos 200 manifestantes empezó a avanzar hacia la policía. Algunos de ellos atacaron a los agentes.

"Por la noche hay una dinámica peligrosa", dijo el funcionario afroamericano. La noche "permite a un reducido número de agitadores violentos esconderse entre la multitud para luego tratar de sembrar el caos", dijo Johnson, añadiendo que hubo numerosos disparos contra los policías.

Durante el día, las tropas de la Guardia Nacional fueron desplegadas en Ferguson, una localidad de las afueras de Saint Louis, por orden del gobernador del estado Jay Nixon. Los soldados, no obstante, mantuvieron un perfil bajo cuando la policía dispersó a los manifestantes hacia las once de la noche.

Obama, el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos, dijo que el miércoles que enviará a su secretario de Justicia, el también afroamericano Eric Holder, a Ferguson.

El lunes, Obama dijo que había recomendado al gobernador un recurso "limitado" a la Guardia Nacional, y advirtió que la policía local no tenía excusa para emplear una "fuerza excesiva".

Tres autopsias

Los refuerzos de la Guardia Nacional, que opera bajo supervisión de la policía local, han permitido al gobernador levantar el toque de queda nocturno. Sin embargo, la controversia sobre la muerte del joven Brown está lejos de amainar.

"Se supone que están ahí para proteger a los ciudadanos, pero están haciéndole la guerra a ciudadanos que no están armados", dijo refiriéndose a la policía un manifestante, Ron Henry, quien lucía una camiseta con el lema "stop killing us" (dejen de matarnos).

Los vecinos de Ferguson estaban muy inquietos, después de que el domingo por la noche unos vándalos saquearan varios comercios y lanzaran cócteles molotov.

Según el forense elegido por la familia de Brown, el joven recibió al menos seis balazos, dos de ellos en la cabeza.

Sobre la muerte del joven sigue habiendo varias versiones. La policía dice que al ir a detenerlo hubo un forcejeo, en el que Brown intentó hacerse con el arma del agente. Pero algunos testigos afirman que en el momento de recibir los disparos Brown estaba con las manos en alto, sin oponer por tanto ninguna resistencia.

Prueba de la importancia de dilucidar el incidente es que se han encargado tres autopsias. Una la han pedido las autoridades locales, otra la familia y una tercera el Departamento de Justicia.

El forense Michael Baden, que examinó el cadáver del muchacho a pedido de su familia, dijo el lunes que no había encontrado señales de forcejeo con el agente de policía.

Wilson habría sido herido en el incidente, aunque Baden precisó que no lo ha examinado.

La ausencia de pólvora en el cuerpo de Brown apunta a que el cañón de la pistola estaba a una distancia de hasta 10 metros, según Baden, quien puntualizó que sus conclusiones son de momento preliminares.

(AFP)