Peñarol no tuvo un buen partido. Pero ganó bien. Aun errático, fue el único que pretendió ganar. Al final se fue del Estadio con dos goles de diferencia que no le aseguran la clasificación pero lo ponen a resguardo de lo que suceda en la altura de Cochabamba.
El comienzo por el Apertura ante Cerro estimulaba a los hinchas. Por eso, los 30.000 que fueron al Estadio descontaban una victoria y también esperaban una mejor producción.
El equipo salió, de nuevo, intenso, impetuoso. El circuito de juego por izquierda empezó a fluir con Japo Rodríguez y Diogo Silvestre. Peñarol recargaba por ese sector para intentar desbordar a un cuadro precario, limitado, incapaz de generar peligro.
El partido se jugaba en campo boliviano. Con Marcelo Zalayeta de espaldas al arco, Antonio Pacheco entrando desde atrás y la velocidad de Jonathan Rodríguez que más que picar despega, los de Fossati lograron jugar en las inmediaciones del área rival.
Esa insistencia tuvo sus frutos a los 12 minutos. El Japo Rodríguez encontró una pelota bajada por Marcelo Zalayeta y puso el 1 a 0 con un tremendo remate desde la medialuna.
El partido quedó a pedir de boca para Peñarol, que estaba en ventaja y tenía todo para seguir. Sin embargo ese ímpetu inicial se aplacó. El carbonero comenzó a tener dificultades para trasladar la pelota, Píriz perdió varios pases en la mitad de la cancha, las líneas se estiraron y el equipo perdió eficacia. El rústico Wilstermann empezó a notar que le alcanzaba con estar ordenado para sobrellevar el partido. Y así lo hizo.
Los problemas que se hicieron notorios en el primer tiempo se agravaron en el segundo. Los bolivianos jugaron con el reloj y la desventaja mínima les empezó a seducir ya que se iban a Cochabamba con un solo gol en contra.
El Carbonero se salteaba el medio, los que más saben eran los que menos la tocaban y así todo terminaba en esfuerzos tan individuales como estériles. La única clara que tuvo fue un tiro de Pacheco que el arquero boliviano mandó al córner.
Fossati refrescó el equipo con los ingresos de Juan Manuel Olivera y Alejandro Silva en lugar de Marcelo Zalayeta y Antonio Pacheco. Con Silva por derecha, Olivera por el medio y Rodríguez por izquierda, Peñarol ganó en vivacidad, en chispa.
A ocho del final, Olivera tomó la pelota y tras avanzar unos metros abrió para Rodríguez, quien encaró hacia el medio y remató. La pelota se desvió en un defensa y terminó en el fondo del arco.
Luego del 2 a 0 Wilstermann tuvo la más clara en un rebote que salió hacia el arco y que Pablo Migliore detuvo a puro reflejo.
Ahora Peñarol buscará su clasificación en la altura. Allí, a donde viaja con un resultado que fue lo más rescatable de la noche.
