“Este disco muestra un reflejo menos irónico por momentos y más personal… mucho más personal”, dijo el productor Juan Campodónico.
“La idea de hacer la canción salió sin premeditación”, contó Roberto Musso, su autor. “Estaba una tarde en la terraza de mi casa con mi hija Federica, que en ese momento tendría un año y medio. Ella jugaba sentadita con un dragón violeta de peluche, y yo al lado de ella tocando la guitarra. Como era un piso 13 con vista al centro de Montevideo, la escenografía detrás de ella era de gente yendo y viniendo, bocinas de autos y ómnibus en un tráfico estancado, la sirena de una ambulancia a todo volumen y ella buscando en mis ojos la respuesta a ese ruido. Quizás eso me hizo proyectar a Federica en su futuro, cuando saliera de la burbuja de al lado mío en la terraza hacia esa realidad feroz que veía a sus espaldas”, expresó.
“Intenté no caer en el lugar común de canción de padre artista que estrena paternidad, con clichés acerca del cambio de vida, o la luminosidad que trae el nuevo ser”, dice Musso. “La quise enfocar desde un punto de vista más duro y realista, sin que perdiera la ternura. Siempre me propuse como meta de que cuando Federica ya fuera una mujer adulta se sintiera orgullosa de que su padre haya escrito una canción así inspirada en ella. El tiempo lo dirá", señaló.
