Lula en campaña por Dilma y Petrobras

Vistiendo la camisa naranja de los obreros de Petrobras, el expresidente Lula dio el lunes junto a miles de sindicalistas un abrazo simbólico a la petrolera, movilizando una de sus mayores bases para defender la petrolera estatal y la reelección de la presidenta Dilma Rousseff.

Actualizado: 15 de setiembre de 2014 —  Por: Redacción 180

Lula en campaña por Dilma y Petrobras

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Agitando banderas rojas y gritando consignas contra la presidenciable ecologista Marina Silva, en empate técnico con Rousseff para las elecciones de octubre, unos 6.000 sindicalistas y estudiantes participaron en el acto, según organizadores y la policía.

"Quien está contra la riqueza del presal está contra la riqueza de Brasil", dijo el expresidente y exlíder sindical Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), padrino político de Rousseff, en el acto frente al edificio de Petrobras, la mayor empresa de Brasil y una de las mayores del mundo. "El petróleo es el futuro de este país", afirmó.

Las inversiones de la gigante Petrobras, que cuenta con 80.000 funcionarios, representan un 13% del PIB de Brasil, según los sindicatos petroleros.

Marina Silva, candidata del Partido Socialista que defiende el desarrollo de energías renovables, ha indicado que si gana las elecciones no dará prioridad a la explotación del presal, los inmensos yacimientos de petróleo descubiertos en 2006 -durante el gobierno de Lula- a una distancia de hasta 7.000 metros bajo el suelo marino, bajo una gruesa capa de sal.

El futuro del presal

Actualmente medio millón de bàrriles por día son extraídos del presal, yacimientos con los que Petrobras cuenta para duplicar su producción de crudo a más de 4 millones de barriles por día para 2020 y convertirse en un "exportador para todo el mundo", apuntó Lula.

Cuando se descubrió el presal, "me decían que Petrobras no tenía la tecnología necesaria para sacar ese petróleo" a más de siete kilómetros de profundidad, recordó Lula. "En ocho años sacamos del presal más petróleo que en los primeros 31 años de vida de Petrobras", desarrollando la industria naval y petroquímica, destacó.

Los sindicalistas, que cerraron el acto cantando el himno brasileño, defendieron la política de contenido nacional de Petrobras, una ley aprobada por Lula que fija en 60% el componente mínimo local de toda operación ligada al presal, y que es criticada por el mercado y empresas extranjeras.

Petrobras es también por ley operadora única del presal y tiene como mínimo un 30% de participación en la explotación de sus bloques, pudiendo asociarse con empresas extranjeras para el resto.

Los trabajadores recordaron que el presal es también esencial porque una ley aprobada por Rousseff en 2013 tras masivas manifestaciones callejeras destina las regalías del petróleo y de un fondo social del presal a la educación y a la salud.

"No siento vergüenza"

Lula salió en defensa de los trabajadores de Petrobras, que se ha convertido en tema recurrente de la campaña electoral tras acusaciones de malos negocios y de pago de coimas a través de la empresa, que habrían beneficiado al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), en el poder hace 12 años.

"No me avergüenzo de esta camisa, que debe enorgullecer no solo a ustedes sino a todo el pueblo brasileño por lo que Petrobras significa para Brasil", dijo Lula en referencia a las denuncias.

"Si hubo un error, si alguien robó, tiene que ser investigado, juzgado y si es culpado, tiene que ir a la cárcel", añadió.

Un exdirector de Petrobras, Paulo Roberto Costa, encarcelado por pertenecer a una inmensa red de lavado de dinero, denunció recientemente para reducir su pena a más de 50 legisladores, en su mayoría del PT y de dos partidos de la coalición gobernante.

Las denuncias aún deben ser comprobadas, pero han caído en bandeja a los rivales de Rousseff, que señalan que Petrobras fue "asaltada".

Ailton Ribeiro, un obrero de 56 años, dijo a la AFP que votará por Rousseff porque "hace lo que puede" y no venderá Petrobras.

Pero está harto de la corrupción: "Brasil es rico, y tiene muchas personas trabajadoras. Pero hay una minoría que roba millones y tiene mucho poder", opinó Ribeiro, que trabaja en el astillero Enaval cerca de Rio.

"Lula tiene razón, nunca tenemos que sentir vergüenza de ser petroleros, de ser del PT y de ser brasileños. Ochenta mil petroleros no pueden pagar por uno o dos con desvío de conducta", estimó Auzelio Alves, un técnico en seguridad laboral de Petrobras de 44 años, que también vestía la camisa naranja.