Del otro lado del alambrado

El hincha de Racing que creció yendo a todas las canchas a treparse del alambrado hoy guía al puntero desde adentro. Juan Pablo Rodríguez contó a 180 que “ni en los mejores sueños” imaginó éste presente.

Actualizado: 22 de setiembre de 2014 —  Por: Diego Muñoz

Del otro lado del alambrado

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Se hizo de Racing por tradición familiar. Su abuelo y su padre llevan los colores verde y blanco en la sangre. “De mi abuelo para acá somos todos hinchas. A todas las canchas fui con mi hermano y mi primo y tuve mi época de ir a alentar detrás del arco y de subirme al alambrado”, dijo Rodríguez.

Pasó por varios clubes de Uruguay y el exterior pero siempre retornó a su casa. Hoy, con 32 años, está de nuevo en Racing y se sorprende con la campaña del equipo. “Ni en los mejores sueños podía imaginar esto. Cuando empecé a ir a ver a Racing siempre fui esperando verlo campeón pero consciente de que en todos estos años nunca se pudo”, reconoció Rodríguez quien igual se “permite” seguir soñando.

Nadie en Racing quiere hablar del título. Tampoco él, porque entiende que en un torneo tan parejo recién se puede descubrir a los candidatos “cinco o seis fechas antes del final”.

Igual, más allá de la posición final, Rodríguez siente que la gente se identifica con el equipo por la propuesta. “Fui como hincha en el semestre pasado a ver al equipo contra Defensor. Estábamos peleando el descenso y perdimos en la hora ante el Defensor que definió la Copa pero jugando muy bien. La gente ovacionó al cuadro y yo fui uno de esos que se paró para aplaudir en la tribuna”, recordó. Porque si bien con los años los equipos cambian en base a las necesidades y las obligaciones, la esencia de Racing está marcada a fuego en sus hinchas. “La historia exige que juguemos así. Por más que luche el descenso o esté en la B, el hincha quiere ver jugar la pelota por bajo y que la tratemos bien. Por eso la idea de Mauricio (Larriera) calzó justo con nuestra historia”.

Es que estar arriba, lejos del descenso, ayuda a estabilizar al club en todos los sentidos. Sobre todo en lo deportivo. “Pelear el descenso te desgasta y te impide que los pibes que vienen de abajo suban a disfrutar y a arriesgar”, analizó Rodríguez. “Por ahí son buenos delanteros y les gusta encarar y hacer goles pero suben con un revólver en la cabeza y obligados a adaptarse a jugar de volante, a marcar, a morder. Si generás un colchón de puntos para tener esa estabilidad las cosas cambian”.

Explicó Rodríguez que se conformó una “linda mezcla de pibes jóvenes con sentido de pertenencia y de grandes que también nos identificamos con el club. Y a medida que pasan los partidos nos vamos proponiendo metas que van saliendo bien”.