El crecimiento de 7,4% en los primeros nueve meses del año puso en duda el cumplimiento de la meta gubernamental de 7,5% de aumento del PBI para el año 2014.
El crecimiento del tercer trimestre fue el peor desde 2009, cuando China sufrió el impacto de la crisis global que comenzó a fines de 2008.
Frente a estos datos, la Oficina Nacional de Estadísticas de China explicó parte del problema haciendo referencia a los contratiempos inesperados y dolorosos de las reformas estructurales en curso.
Según La Nación, la economía china está acusando la caída de una burbuja inmobiliaria, los efectos de una vasta campaña anticorrupción y la debilidad de la demanda de Europa.
El gobierno de Pekín se fijó el objetivo de "reequilibrar" el modelo económico, reduciendo los monopolios de los grandes grupos públicos industriales, dándole un papel mayor al sector privado y reduciendo la deuda privada. Estas medidas se realizarán, según Pekín, aunque el crecimiento económico tenga que resentirse.