Peñarol tiene un rayo fulminante

Peñarol venció 4 a 1 a Juventud con dos goles de Jonathan Urretaviscaya, figura rutilante del partido. Antonio Pacheco y Sebastián Píriz anotaron los otros dos tantos. El Carbonero no la pasó bien pero con jugadas planificadas y la velocidad de Urretaviscaya alcanzó la punta.

Actualizado: 22 de febrero de 2015 —  Por: Diego Muñoz

Peñarol tiene un rayo fulminante

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Los goles en Peñarol son cuestión de segundos cuando los hace Urretaviscaya. Inspirado, eléctrico, incontenible, el extremo pica y mata. Fue quien encaminó un partido que al aurinegro le costó mucho y en el que fue superado por Juventud en varios pasajes. En apenas dos fechas demostró lo que es capaz de hacer en su retorno al fútbol uruguayo.

El más importante de todos los futbolistas que hubo en la cancha tuvo un acompañante de lujo en Marcelo Zalayeta, tan lúcido como siempre, más cerebral que nunca.

Peñarol sobrevivió a un digno Juventud gracias a la pegada de su pareja de delanteros y a la buena noche de Pablo Migliore. Cuando Urretaviscaya y Zalayeta conectaron, también se sumó por momentos Pacheco, el Carbonero hizo estragos con su adversario.

El otro punto que destacó en el aurinegro fue la pelota quieta. El plato que mejor sirvió el Bengoechea futbolista ahora lo prepara el Bengoechea entrenador.

El partido ante Juventud comenzó con alto voltaje. Dinámico, intenso, Peñarol buscó mantener las formas: salir por bajo, no saltearse la mitad de la cancha y ser profundo por todo el frente de ataque.

Con Zalayeta de pívot y Urretaviscaya junto con Facundo Rodríguez por las bandas, el Carbonero profundizó.

Pero Juventud estuvo lejos de la sumisión a pesar de que en el calentamiento se lesionó Fernando Machado y apenas empezado el partido tuvo que salir Sebastián Rosano. Contestó con coraje y buen juego.

El partido fue de ida y vuelta hasta que Urretaviscaya metió una diagonal electrizante, Zalayeta puso la pausa justa y devolvió la pared perfecta para el 1 a 0 a los 24.

Desde el gol y hasta el final del primer tiempo se vio la parte más aburrida del juego. Peñarol regaló terreno ante un adversario que tuvo intención de atacar pero careció de profundidad.

Sin contención en la mitad de la cancha, los de Bengoechea retrocedieron demasiado en el campo pero a los 40 Pacheco marcó el segundo de penal.

Parecía cosa juzgada, sonaba impensable que el final de la historia pudiera cambiar. Sin embargo apareció Gastón Puerari para anotar el descuento a los 52 minutos. El gol cambió el partido.

Con Puerari como estandarte Juventud fue sobre campo rival y Peñarol la pasó mal. Veían pasar la pelota los muchachos de Bengoechea pero no la agarraban. Solo contra todos, el mejor jugador de Juventud se las ingenió para enloquecer a la defensa aurinegra.

El DT cambió la pareja de doble cinco para mejorar en recuperación y proyección. Con Luis Aguiar y Píriz en la cancha y con Jorge Rodríguez volcado hacia la banda Peñarol respondió mejor.

Los de Giordano asumieron el rol de protagonistas con grandeza durante media hora, tuvieron incluso un tiro de Puerari en el palo, hasta que llegó una jugada de esas que tanto disfrutaron los hinchas en épocas del quinquenio. Un tiro libre que Aguiar tocó cortito para Pacheco, el capitán levantó al segundo palo, Andrés Rodales la jugó de cabeza al medio y Píriz entró por detrás de Zalayeta para convertir el tercero.

El gol a 15 minutos del final liquidó a Juventud que, a pesar de todo, se mantuvo en campo contrario. Sobre el final Urretaviscaya definió un contragolpe que lideró Zalayeta.

Con dos victorias en dos partidos, siete goles a favor y uno en contra, Peñarol arranca el Clausura. Debe mejorar en varios aspectos del juego. Pero tiene un pizarrón que funciona, intención de jugar por bajo, delanteros de nivel y un rayo fulminante.