La otra cara de las cárceles

Esta semana se inauguró en la galería a cielo abierto del Parque Rodó una muestra fotográfica del Programa de Justicia e Inclusión, en la que tres fotógrafos retratan una mirada distinta sobre las cárceles en Uruguay.

Actualizado: 27 de febrero de 2015 —  Por: Redacción 180

La galería estará expuesta hasta el 15 de abril y forma parte del Programa Justicia e Inclusión, que funciona en la órbita de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, que busca apoyar el sistema de justicia penal, penitenciario y de adolescentes en conflicto con la ley penal en Uruguay.

“Programa de Justicia e Inclusión: una mirada necesaria al sistema penal”, es el nombre de este proyecto que comparte cinco actividades alternativas dentro de la cárcel, fotografiadas por Ricardo Antúnez, Sandro Pereyra y Fernando Morán.

Los autores visitaron durante tres meses, entre setiembre y diciembre de 2014, la Unidad Nº 17, Campanero, en el km 124,5 de la Ruta Nacional Nº 8, Lavalleja; el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y la Unidad Nº 5, Femenino.

En el caso de Sandro Pereyra, acompañó cursos y talleres para policías y operadores penitenciarios en el Centro de Formación Penitenciaria (CEFOPEN); clases de educación física, entrenamiento a nivel profesional y partidos de fútbol en la Unidad N. 4 de Santiago Vázquez; aspectos del día a día de la población trans que ha sido alojada en un sector del módulo 4 donde conviven con sus parejas y mantienen rutinas laborales; y actividades variadas como trabajos de carpintería, huerta y jardín. En el Programa de Medidas Socioeducativas y de Mediación (PROMESEM), de SIRPA, donde los adolescentes concurren a desarrollar actividades alternativas a la privación de libertad, se presenciaron algunos talleres de pintura y cerámica respetando la privacidad del adolescente.

Ricardo Antúnez acompañó algunas rutinas de personas privadas de libertad en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Unidad N. 5, Femenino. La panadería ocupó cierto protagonismo, “en la panadería reinaba un espíritu de equipo centrado en el trabajo”, cuenta el fotógrafo, que en todos los casos buscó destacar la individualidad de cada persona. En su abordaje Antúnez prioriza el individuo y su subjetividad, inclinándose siempre hacia el retrato en forma de foto-ensayo: la colaboración colectiva del trabajo en la panadería; las jornadas de trabajo a un criadero de cabras; rutinas de limpieza; así como la relación entre algunos operadores penitenciarios y las mujeres cumpliendo pena en el Instituto. Además del sector Femenino, Ricardo visitó a un hombre en prisión domiciliaria en Las Piedras  (coordinado por la OSLA) que salía a trabajar todos los días pero entre las 19 y 7 horas tenía que permanecer dentro de la casa.

Por último, Fernando Morán visitó la Unidad Nº 17 de Rehabilitación, Campanero, que se encuentra en el Km. 124.500 de la Ruta Nacional Nº 8, en el departamento de Lavalleja. La Unidad comprende dos sectores, separadas sus entradas por 500 metros de distancia. Un sector denominado La Chacra, donde las personas privadas de libertad pueden desplazarse dentro del predio que asemeja una chacra sin alambrada de seguridad y donde deben realizar alguna actividad necesariamente. Hay un pabellón masculino y otro femenino. Durante el día puede darse la interacción entre hombres y mujeres, si coinciden actividades o tareas (cocina, invernáculo o la reparación de alguna estructura del pabellón femenino, realizada por hombres). El otro predio, denominado Cárcel Nueva, es un edificio con toda la impronta de una cárcel. Inaugurado hace dos años, para ingresar se deben atravesar dos vallados y dos controles. Solamente aloja a reclusos masculinos. Allí hay dos espacios para chacra, uno dentro del vallado de seguridad y otro fuera, donde se realizan trabajos de panadería, cocina y jardinería.