La Vanguardia conversó con el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki, Jari Lavonen, sobre las claves que permiten a Finlandia alcanzar los mejores resultados educativos a nivel mundial.
La selección de maestros es uno de los principales factores nombrados por Lavonen. “Escogemos a los mejores y les formamos bien”, indicó.
“La sociedad confía en los maestros, ellos se sienten apoyados porque se les valora, tienen autonomía, en Finlandia ni siquiera existe la inspección educativa. Y los maestros no son funcionarios, sino que los contrata el municipio”, detalló el decano.
Lavonen contó que no hay escuelas privadas. “Todas las escuelas son públicas y de alta calidad y contamos con recursos suficientes para la educación”, explicó.
Además, la educación desde primaria a la universidad es gratuita. Lo cual incluye comida en los centros de enseñanza y transporte; y libros en el caso de primaria. No se pagan ni las carreras de grado ni los másters.
“La niñez es para jugar, para hacer cosas con otros, para colaborar, no para ser educado de una forma reglada y pesada. Un niño de cuatro años tiene que jugar, no estar en una escuela con una educación reglada”, describió Lavonen.
Así es que la educación en Finlandia comienza a los siete años. Y antes van a la guardería, que “es un servicio más bien lúdico” o hay madres que se encargan de varios niños.
De todos modos, el decano aclaró que ahora se está discutiendo nuevamente la educación de los 0 a 6 años.
“Esto es así porque creemos en la equidad”, expresó Lavonen y agregó que los partidos políticos no presentan grandes diferencias en su agenda educativa y que la educación es vista como “un valor nacional”.
En relación a lo resultados en las pruebas Pisa, el decano explicó que pese a sus buenos resultados, “no les gustan los rankings”. “No publicamos rankings de escuelas ni de universidades. No buscamos competición, sino colaboración”, reafirmó.
