Diego Muñoz

Suárez sabe que esto recién empieza

Luis Suárez demostró por qué el Barcelona pagó 81 millones de euros por su pase, lo contrató a pesar de la sanción de FIFA y lo esperó durante tres meses.

Actualizado: 23 de marzo de 2015 —  Por: Diego Muñoz

Van 55 minutos del clásico entre Barcelona y Real Madrid. En ese momento Luis Suárez intuye que Dani Alves se la va a tirar y pica entre los centrales. El uruguayo recibe el pase alto del brasileño, controla el balón al mismo tiempo que lo orienta hacia su derecha para tener mejor perfil y porque Sergio Ramos está rezagado, le gana la posición a Pepe por medio metro y tira cruzado ante el arquero Iker Casillas.

Suárez sigue con su vista la trayectoria de la pelota que se mete contra el palo derecho. El gol soñado, mágico, perfecto, el gol que cambia el destino del partido entre clubes más importante del mundo y que encamina a su equipo al título de la Liga.

La frenética carrera de festejo incluye el beso simbólico a sus tres amores. Luego se desliza de rodillas en la alfombra verde mientras se le hincha la vena de tanto gritar gol.

Es cierto que se trata del momento más importante desde que llegó al Barcelona pero Suárez se ganó la valoración antes de esta definición.

“Su control en el gol está al alcance de muy pocos jugadores, una finalización así. Por eso pagamos lo que pagamos por él. Estoy muy contento con que haya sido un jugador determinante. Estamos contentos con su actitud, compromiso y con lo que aporta al equipo”. Las palabras del técnico, Luis Enrique, resumen todo.

Suárez supo encontrar su lugar y tuvo una adaptación extraordinaria. Se siente cómodo cuando el equipo juega al espacio, cuando lo que se propone es un fútbol vertical, cuando debe pelear con los centrales. En cambio, sufre si el ataque es posicional, si su rol requiere técnica depurada para combinar precisión  y velocidad.

Pero en el lugar en el que lo precise el equipo, Suárez ha contribuido con la causa. No necesitó marcar tantos goles como en Inglaterra, ni de ser el dueño del cuadro como en el Liverpool para hacerlo.

Insertado en su nuevo club, con el paso del tiempo volvió a ser el jugador reconocible por el mundo entero. El que se enoja si no se la dan, protesta, discute, simula alguna falta. En buena hora para él y para el Barcelona. Para ser uno de los mejores futbolistas del mundo necesita mantener su rebeldía, su grado de competitividad, su capacidad de superación. “Tiene carácter, lo que es interesante para un equipo más frío como nosotros”, sintetizó Luis Enrique.

En este 2015, Barcelona ganó nueve de sus 11 partidos de Liga con 37 goles. Messi anotó 17, Suárez y Neymar seis cada uno. Ya no es un equipo en el que los mediocampistas inician las ofensivas con sus movimientos corales sino que ahora su trío explosivo es el que empieza y termina las jugadas de ataque.  

Los diarios del mundo lo tienen en tapa, los periodistas se deshacen en elogios hacia él, sus rivales dicen que el gol liquidó al Madrid y sus compañeros lo ensalzan con elogios. Pero Suárez tiene los pies en la tierra. Y si por esas cosas eso no pasa, siempre está Sofía para encauzarlo. "Cuando llego a casa luego de los partidos y le digo “hice dos goles y anduve bien” me responde “acá sos padre de familia, sos mi marido, te felicito, estoy contenta por vos” pero no me deja que me la crea en ningún momento”, dijo en el programa Y te digo más de Radio Nacional. Eso también lo ayuda a ser quién es.  

Su consagratoria jugada ante el Madrid no es otra cosa que un gran mojón en su carrera. Nadie mejor que Suárez sabe que esto recién empieza. 

 



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