Algunos días sin música, estreno gratis en el Parque Rodó

El año pasado, Algunos días sin música debutó en el festival de cine de Mar del Plata, entre múltiples escalas, el largometraje mendocino fue exhibido en La Habana, Gramado, El Cairo y Friburgo. Este jueves Algunos días sin música será proyectada en el Parque Rodó, a las 19:30, en el marco de la Semana del Mercosur y el ciclo El Mercosur a través del cine. El director y guionista de Algunos días sin música, Matías Rojo, habló con 180.

Actualizado: 26 de marzo de 2015 —  Por: Miguel Ángel Dobrich

¿Sabías que la película se estrena hoy en Montevideo?

Le habían avisado al productor, yo no sabía porque, en realidad, como es de la red de salas digitales del Mercosur y la película en Argentina tuvo muchas exhibiciones en las salas INCAA (son las salas que programa el instituto de cine) fue un poco por ese lado. Así que insisto: yo no sabía nada, y me dio una gran alegría la noticia.

¿Cuánto pesa tu formación cinéfila en el film?

Soy de la generación VHS, muy ochentoso. Soy muy defensor de esa generación, de esas películas que vi en mi infancia que un poco son como las películas que te trazan. Trazan la manera de mirar y cómo te acercás al cine. Tengo recuerdos muy buenos de cierto cine de aventura, de cierto cine spielbergiano de la época. Algunos días sin música hace mucha referencia visual -y tiene un lenguaje muy cercano- a Cuenta conmigo. El cine de los 80 es un cine distinto: vos ves Los Goonies, y los pibes hablan como hablás vos. No hay tanta estilización. A su vez, también un poco de VHS de por medio, Truffaut es un referente muy importante. La piel dura es cercana al lenguaje de mi película.

¿Algunos días sin música es un largometraje para niños?

Si bien no hicimos esta película para chicos, es una película con niños. Los chicos la pueden ver y sentirse cercanos.

¿Cómo te ubicás en el cine argentino?

Tengo la sensación de ser parte de algo. No sé si existe el cine mendocino, me parece que es una categoría en desarrollo; está en plena construcción. Somos pocos los que hemos podido hacer películas y los que hemos logrado estrenarlas comercialmente. Nosotros queremos, intentamos hacer cine con un código, un lenguaje, una identidad propia dentro de lo que es el cine argentino. El cine de provincia le aporta al cine argentino una manera de hablar, una mirada distinta, y eso ha hecho que el cine argentino sea muy distinto de lo que era hace siete o diez años atrás.

Quizá debamos hablar de cines argentinos.

Me parece que esa es la definición. Hay cines argentinos que engloban muchos lenguajes, muchas maneras de mirar y que, en definitiva, es un cine más rico. Me siento muy contento de formar parte de este momento, más allá de lo que pueda significar para mi película en particular.

Ya que hablamos de riqueza, ¿lograste comprar el viñedo con las ganancias de Algunos días sin música?

No, no me ha dado porque aún no he levantado esa guita. Todavía no he podido comprar nada. Sí puedo pensar en seguir produciendo, y eso no es poca cosa. Espero en algún momento llegar a mi viñedo para poder empeñarlo a lo Francis Ford Coppola, para hacer otra película. Esto es como una timba: vos vas haciendo películas y vas perdiendo y empeñando cosas para hacer nuevas películas.