Peñarol gana el partido en una jugada

Peñarol derrotó 2 a 1 a Wanderers con goles de Emilio Mac Eachen y Jorge Rodríguez. El Carbonero aprovechó una jugada a los 18 minutos que cambió el partido. El gol de Wanderers lo hizo Leandro Reymúndez.

Actualizado: 25 de abril de 2015 —  Por: Diego Muñoz

Peñarol gana el partido en una jugada

Pablo Vignali / adhocFotos

En todos los partidos hay circunstancias que cambian el partido pero hay partidos en los cuales ese momento se vuelve decisivo. Una jugada puntual que modifica el desarrollo de ahí en adelante. El partido del Centenario es uno de los ejemplos más evidentes. Tanto Peñarol como Wanderers intentaron hasta los 18 minutos imponer las condiciones del juego. Cada uno con sus armas, salieron con intensidad y un plan de juego aprendido. Pero cuando Marcelo Zalayeta se filtró por el medio de la defensa de Wanderers y Gastón Bueno lo derribó antes de entrar al área, ya nada fue igual.

Primero el árbitro, Leodán González, cobró falta y lo expulsó por cortar una acción manifiesta de gol. Luego, Antonio Pacheco remató el tiro libre con precisión, Leonardo Burian alcanzó a desviar, la pelota dio en el horizontal y el rebote le quedó servido a Mac Eachen para el 1 a 0. Wanderers protestó de forma airada la expulsión de Bueno y la posición de Mac Eachen.

La roja estuvo bien sacada porque, aunque Zalayeta exagera la caída, Bueno lo desestabiliza cuando se iba a enfrentar cara a cara a Burian. En el gol, después de ver la reiteración varias veces, da la sensación de que hay un mínimo adelantamiento de Mac Eachen. Si un juez define en décimas de segundos y además recibió la recomendación de dejar seguir ante la duda, debe tener la derecha en ambas jugadas.

Ni antes Peñarol perdía puntos por los arbitrajes ni ahora los ganó por un juez.

Pero esa jugada sacó de partido a Wanderers que en la misma incidencia quedó con un jugador menos, abajo en el marcador y cegado por la ira hacia González.

Con uno más en la cancha y mucho más concentrado que su rival, el equipo de Bengoechea trató de profundizar el libreto con el que había salido a jugar desde el primer minuto. Hizo circular la pelota, atacó por los extremos y buscó el momento para profundizar por el medio. Jonathan Urretaviscaya tuvo libertad para jugar por cualquiera de las bandas, Pacheco se volcó hacia la derecha y Zalayeta merodeó el área de Burian.

Wanderers intentó recomponerse pero estaba demasiado perturbado. Para colmo, la expulsión de Bueno obligó a Arias a retrasar a Matías Quagliotti para rearmar la defensa y Peñarol se apoderó del mediocampo.

El DT puso a Diego Riolfo por Santiago Bellini para darle al equipo más manejo de balón y explosión. Sin embargo, las inseguridades defensivas lo expusieron ante un adversario que recobró la precisión.

Burian evitó el segundo con una atajada brutal pero en la hora del primer tiempo Urretaviscaya le puso una pelota perfecta a Rodríguez que rompió hacia el área y anotó de cabeza el 2 a 0.

El Bohemio salió a jugar demasiado tocado el segundo tiempo. Si bien no se resignó nunca, no le encontró la vuelta para vulnerar a la defensa aurinegra hasta que a los 37 minutos Reymúndez, que había ingresado un rato antes, encontró la pelota en el área chico y descontó.

Allí algunos fantasmas resurgieron en el Centenario. Con uno menos Wanderers se arrimó al arco de Pablo Migliore en el último tramo del partido pero no tuvo ninguna jugada de gol como para empatarlo.

El Carbonero, que venía en un mal momento, recuperó la imagen de equipo justo cuando la victoria era impostergable. Y todo por aquella jugada que decidió el partido.