“Desearía que la gente no votara contra alguien”

Entrevista con Lucía Topolansky, candidata a la Intendencia de Montevideo por el Frente Amplio.

Actualizado: 04 de mayo de 2015 —  Por: Mauricio Erramuspe

180: Cuando anunció su candidatura parecía que iba a ser más fácil la campaña para usted. Sin embargo, según las encuestas, hay un escenario más favorable a Daniel Martínez.

Lucía Topolansky: Para esta elección el Frente Amplio habilitó tres candidatos, frente a esa realidad es que el Grupo de los 8, menos la Vertiente Artiguista, decide proyectar mi candidatura. Esa es la génesis. Esto no fue para cerrarle el paso a nadie, tiene que quedar bien claro.

Yo vengo de atrás, porque hay que instalar una candidatura. Le pasa lo mismo a Virginia Cardozo. Desde el 3 de enero estoy trabajando. Tuve que hacer un esfuerzo plus para instalar mi candidatura.

Después se produjo otro fenómeno que era absolutamente impredecible que es que luego de crear la Concertación con bombos y platillos y tenía dos candidatos, uno que se venía instalando hace cinco años, Gandini, y el otro que ya era conocido (Ney Castillo), los borran del mapa sin que se entienda mucho por qué y ponen tres candidatos desconocidos. Eso desconcertó hasta al propio votante blanco y colorado.

Entonces, algunos votantes, como iba a ganar el Frente Amplio, así como antes iban a votar contra el Frente Amplio ahora votan contra mí, no por alguien. Eso es muy difícil en el análisis político. Yo prescindo de todo eso y saludo que el Frente Amplio vaya a ganar. Es el objetivo número uno, ganar en Montevideo, en Canelones, en Rocha... después si gana uno u otro nosotros tenemos un programa en común al que cada uno le puso énfasis. Yo desearía que la gente votara énfasis y no contra alguien. Pero no me puedo meter en la cabeza de los electores, tengo que hacer el trabajo que siempre hice como militante política, militar hasta el último día.

180: Ustedes han presentado una batería importante de medidas. ¿Cuáles elegiría como prioritarias en limpieza, tránsito y alumbrado?

LT: Cuando me hicieron las primeras entrevistas hice un diagnóstico de los problemas de Montevideo y dije que lo que más me preocupaba era el tránsito y el transporte, que van juntos. Además es un problema que tiene la mayor cantidad de ciudades del mundo. Me preocupa más que la limpieza porque en el tránsito se muere gente. Al lado del contenedor podrá haber mal olor pero no se muere nadie.

El segundo tema a encarar es la limpieza. Pero el más difícil de resolver y el más preocupante porque se me muere gente era el tránsito y el transporte.

Logramos una cosa que no se había logrado nunca: sentar a las cinco empresas concesionarias del transporte público en la misma mesa, con los trabajadores y todas dieron su opinión favorable al camino que propusimos. Eso es inédito. Creo que es muy fuerte porque tiene el respaldo de los actores y además es una respuesta a la uruguaya, no es traumática porque el sistema no se puede caer, es gradual, inclusiva y finalmente tiene un beneficio en la calidad y en el costo del transporte.

180: ¿Pero qué habría que hacer para que el transporte público sea más atractivo y desestimule el uso del auto particular?

LT: Propusimos rever todos los recorridos que datan del año 50, la ciudad se extendió y hay barrios en los que hay que ver cómo llega al transporte, rever las paradas, las frecuencias. Ya va a estar activo el centro de control por GPS y hay que utilizarlo al mango. Rever las distancias de las paradas e ir poniendo de repente unos ómnibus al mismo costo, más veloces, pero con paradas más distanciadas.

A partir de consolidar el transporte, desarrollar un pacto social para incluir el tema del costo del boleto con el control de la paramétrica y determinados ajustes. Eso se haría a través del boleto prepago porque no desestabiliza la economía de las empresas. Un boleto prepago más barato, donde vaya incluyendo franjas igual que hice con el Fonasa.

Con una oferta fuerte de este tipo que a la gente le convenga en la rutina diaria de ir a trabajar o a estudiar, dejar la moto o el auto, y subirse el ómnibus.

180: Usted no apostaría a las restricciones en la circulación por matrícula.

LT: No. He estudiado lo que pasó en Santiago de Chile y la gente se compra dos matrículas. Hecha la ley, hecha la trampa. Para el tránsito hay una cantidad de medidas complementarias pero (con la mejora en el transporte público) estoy sacando autos del tránsito.

Si yo flecho una calle y no miro la urbanización entera, conocer el urbanismos es fundamental, no me va a funcionar la circulación de la calle. Si flecho solo Rivera y no veo la rambla, Avenida Italia y Camino Carrasco como un todo el caos se arma igual. Tengo que flechar calles, con sentido urbanístico, puede ser por horarios.

Yo hablo también de un cambio bastante grande en los inspectores de tránsito y desagrego la parcela de salario que ganan por multas. Lo van a ganar por metas de gestión como otros funcionarios de la Intendencia. Entonces los pongo fundamentalmente para el ordenamiento y la prevención del tránsito y que la gente no se enoje y no vea a ese trabajador como simplemente un cobrador de multas. Preservo al funcionario y el control de multas, que tiene que haberlo, desarrollarlo por el lado tecnológico y con algún personal pero no atado al salario. Eso no puede estar más.

Todo está entrelazado. Es una propuesta compleja, lo sé. Pero yo me he tomado el tiempo de explicarlo y la gente lo entiende.

180: ¿Qué obra elegiría como central y prioritaria en cuanto a infraestructura?

LT: Es difícil decir una porque hay varias que están en la misma línea. Nosotros hemos estudiado mucho lo que se llama acupuntura urbanística. Una fuerte inversión en un punto después genera sinergias público – privado que se ensanchan en círculos concéntricos y levantan un barrio. Es el caso del Mercado Agrícola.

Nosotros tenemos tres puntos ya con financiación para inversiones de ese tipo: La Unión, Villa Española y Peñarol. Esas tres obras serían muy importantes desde el punto de vista de la ciudad pero también hemos propuesto la prolongación de la rambla hacia el oeste y el repoblamiento de los barrios.

En Montevideo hay 49.500 viviendas abandonadas. Es muchísimo y no se puede seguir tirando a la gente a la Conchinchina ni sufriendo los alquileres. Tengo que poner cuestiones inmobiliarias en competencia para que bajen los alquileres y para que la gente acceda.

180: ¿Qué propone para mejorar el funcionamiento del tercer nivel de gobierno, el de los municipios?

LT: Cuando se cambia un sistema demora en instalarse en la realidad. Los municipios tienen cinco años de vida y tratan de solucionar en la cercanía un montón de cosas y evitar ese traslado al edificio central y la concentración de poder. Hay una cantidad de trámites que se pueden hacer desde el municipio y nosotros proponemos aumentarlo al máximo posible, sumado a la generalización del expediente electrónico y una aplicación para celulares para poder seguir los trámites.

Una de las cosas que voy a hacer es llevar los bancos de materiales a los municipios que lo precisen.

Capaz que hay que afinar el rediseño de los municipios, hacerlos más accesibles, más pequeños. Otro problema que tiene el diseño de los municipios en Montevideo es que partió en tres el área rural, además no contempló el único pueblo que tenemos que es Santiago Vázquez. Esos ajustes se pueden hacer.

Otra cosa que pienso que se puede hacer es que en lugar de dotar de una partida a los municipios, plantear la misma lógica que se usa para armar el presupuesto nacional donde los ministerios proponen sus planes, metas y obras para el quinquenio. Con esa propuesta elevada, más los servicios centrales que deben permanecer, hacer la discusión presupuestal. Así los alcaldes tienen una enorme ventaja, pueden planificar. Esto es de buena gestión. Entonces en cada rendición de cuentas pueden mandar los ajustes y eso hará que los recursos sean mejor aprovechados.

180: Desde la oposición se dice que los funcionarios municipales son muchos. ¿Usted que piensa?

LT: Esa discusión es al santo botón. Se trata de que la tarea se haga y para eso necesito funcionarios. Si hago dos o tres divisiones, el PBI por la cantidad funcionarios o la población por la cantidad de funcionarios municipales, Montevideo es una ciudad completamente normal.

Hay que redistribuir funciones en el organigrama. Y reduciría al mango los cargos de confianza que debe haberlos en lo que se llama el gabinete, los jefes de departamento. Pero de ahí para abajo, si yo tengo un ingeniero, un funcionario de carrera, lo único que tengo que pedirle es lealtad a la institución y a los montevideanos, no a la intendenta.

Un gobierno departamental no es una empresa, es un gobierno. Debe gestionar bien, debe administrar bien, usar bien los recursos, que todos paguen para que finalmente podamos pagar menos, debe hacer que la ciudad funcione, la circulación, los espacios comunitarios, la cuestión de la vivienda, etc. Hay mucha cosa que incluye la administración de la ciudad. Y después hay que ser eficiente con eso. Ahora yo también tengo que capacitar al mango a los funcionarios.

Para nosotros el objetivo es que el montevideano esté orgulloso del departamento, le guste vivir en esta ciudad, que es la más turística del país, sienta que vale la pena y reciba con fuerza el mensaje de que la construimos entre todos. No hay una varita mágica, y si la hubiera no serviría para mucho, que yo la precipito sobre Montevideo y al otro día aparece todo lustrado. Eso dura lo que un lirio. Tengo que hacer una fuerte campaña cultural y de colaboración sumado a mejorar la eficiencia en la limpieza para lograr ese resultado. Ahora eso sí, si lo logro después no me tiren un papelito porque es de todos la casa de esta.

 

Video: Lucía Gutiérrez y Juan José Martí.

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