Conflictos en Sudán Sur entorpecen ayuda humanitaria

Un comunicado de Médicos Sin Fronteras advierte que el aumento de violencia en los estados de Unidad, Jonglei y Alto Nilo provocó la suspensión de servicios médicos, la destrucción de estructuras sanitarias y la evacuación del personal médico.

Actualizado: 29 de mayo de 2015 —  Por: Redacción 180

Conflictos en Sudán Sur entorpecen ayuda humanitaria

(MSF) Sur Sudán, Sala principal de la clínica de MSF en Melut.

Los enfrentamientos en Sudán del Sur se recrudecen lo cual expone a la población civil a una violencia generalizada y restringe gravemente la provisión de una ayuda.  

Paul Critchley, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán del Sur, manifestó que la violencia deja expuesta a todos aquellos que viven en las zonas de conflicto y que “además de sufrir los efectos directos de la violencia, se quedan sin la asistencia médica y humanitaria que en estos momentos precisan”.

“Todas las partes del conflicto deben respetar a los civiles y a las estructuras sanitarias para no causar aún más sufrimiento a la población”, añadió Critchley.

En el estado del Alto Nilo, si bien MSF brinda asistencia médica a heridos, no puede hacer llegar suministros médicos ni personal hasta el lugar debido a que la falta de seguridad impide que los aviones aterricen.

“La violencia ha forzado a que cientos de personas se hayan visto obligadas a buscar refugio en el centro de las Naciones Unidas para la Protección a Civiles (POC)”, informa el comunicado y detalla que se albergan allí alrededor de 30.000 personas.  

MSF destaca el estado de Jonglei, donde la ciudad está “completamente destrozada”. “Los árboles y las casas están quemadas y los edificios del colegio arrasados. El hospital, una de las principales estructuras médicas del norte del estado, está destruido”, puntualizan.

Por otro lado, en Unidad, MSF debió evacuar el hospital de la ciudad de Leer, donde quedaron sin asistencia médica las 200.000 personas que viven en la zona, y trabajadores junto con pobladores tuvieron que refugiarse en una isla de un pantano.

“Una granada propulsada por cohete cayó en el agua junto a él, pero por suerte no explotó. Nuestro compañero se pasó nueve horas en el agua. Cuando pudo volver a la isla, recuperó del agua los cuerpos de dos niños que no habían tenido la misma suerte que él y se los entregó a sus padres. Una de las mujeres del grupo ha sido secuestrada y su bebé está siendo ahora cuidado por otras personas. Están todos aterrorizados”, contó Critchley.