Por Felipe Fernández
Poco y nada se sabía de Froome hasta que en La Vuelta a España 2011 terminó segundo en la clasificación general, cuando su tarea era la de ayudar al líder de equipo Bradley Wiggins. Froome se hizo mucho más famoso cuando en el Tour del 2012 evidenció que era el ciclista más fuerte del pelotón. Sin embargo, respetó las órdenes del equipo Sky y se dedicó a colaborar en la victoria de Wiggins.
Cuentan que la manera de trabajar del equipo Sky exige un compromiso total de los ciclistas que los agota, eso fue lo que le pasó a Wiggins que ya no corrió más el Tour, y desde abril de este año se dedica al ciclismo de pista pensando en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Froome fue el líder del Sky en estos tres últimos Tour. Ganó en 2013, las incontables caídas lo obligaron a abandonar en 2014, y en 2015 vuelve a llevarse la ronda gala.
El Tour se divide en tres semanas bien diferentes, en la primera generalmente las etapas son llanas, quizá alguna con un final en alto, pero es más bien tiempo para que se luzcan los sprinters o ciclistas veloces. La segunda semana el pelotón sube y baja los Pirineos, y en la tercera, quizá la más dura de todas, los ciclistas enfrentar los empinados caminos de los Alpes. Hay un dicho repetido para definir esta carrera: “El Tour se gana en tres semanas, pero se puede perder en un día”. Froome lo ganó trabajando las tres semanas, Nairo Quintana lo perdió aquel día en Ultrecht, durante la segunda etapa, cuando el viento de costado propició que se formaran abanicos (grupos de pequeños ciclistas cortados por el viento), y Quintana perdió un minuto y medio. Mucho tiempo si tenemos en cuenta que Froome termina ganado la general por 1:12 sobre Quintana.
Froome dio un golpe de autoridad el primer día de los Pirineos. Los ciclistas dicen que el primer final en alto del Tour es impredecible, y que el día después de la jornada de descanso suelen pasar cosas. Combinados estos dos factores en la etapa 10, todos vimos como Froome se iba solo a meta luego de atacar a los favoritos y que ninguno respondiera. Aquella demostración de fuerza le valió a Froome las sospechas de parte de la prensa y el público sobre su limpieza. Tanto que el ciclista británico fue escupido por un espectador en una de las etapas, y en otra le lanzaron una bolsa de orina al grito de “dopado”. En esa etapa se distanció un minuto más del colombiano Quintana, que llegó a la semana de los Alpes a poco más de tres minutos del líder.
En los Alpes Quintana fue más fuerte que Froome, le recortó casi dos minutos, pero el Sky demostró que sin un equipo fuerte es imposible ganar el Tour. Fueron muy pocos los momentos en que su líder quedó solo: Porte, Thomas, Poels y König fueron escuderos fieles cada vez que el terreno iba hacia arriba.
Se terminó una de las ediciones más duras del Tour de France, solamente 16 ciclistas terminaron a menos de una hora de distancia del ganador. El Tour reparte cerca de 2 millones de euros en premios a los ciclistas, el Sky se llevó 560 mil y Movistar 440 mil euros. Dos de los 17 equipos acapararon la mitad del dinero, eso evidencia que fue un mano a mano entre Froome y Quintana. El primero ganó la general, la malla a lunares de líder de la montaña y una etapa. El colombiano del Movistar fue segundo en la general y se llevó la malla blanca del mejor ciclista menor de 25 años. Valverde también del Movistar fue tercero.
El británico se emocionó en el podio al recibir el maillot amarillo y acordarse desu familia y de su esposa, con la que espera un hijo a finales de año. "Siempre estaré orgulloso de haberlo merecido", dijo en una velada referencia a las acusaciones por dopaje.
