Vender y donar por Facebook: dos modalidades que se popularizan en Uruguay

Los grupos reciben más de 100 publicaciones diarias y se concreta una venta tras otra. Hay quienes lo crearon como un negocio y quienes lo hacen sin buscar nada a cambio. En los dos casos, administrar estos grupos es un trabajo que exige estar disponible full time.

Actualizado: 07 de febrero de 2016 —  Por: Redacción 180

Vender y donar por Facebook: dos modalidades que se popularizan en Uruguay

  KAREN BLEIER / AFP (Todos los derechos reservados)

En Uruguay comenzó a popularizarse la creación de grupos en Facebook para la compra y venta de artículos. Hay grupos para vender ropa, para vender autos, específicos para ropa de bebé, muebles, electrónica y un sinfín de artículos; incluso hay grupos para donar.

"Garage Sale Uruguay!" y es uno de estos grupos de Facebook en el que la gente puede comprar y vender todo tipo de artículos, desde ropa hasta casas o autos.

El interesado en vender algo publica en el grupo una foto del producto, con su precio y zona por la cual lo pueden pasar a buscar; y los que quieran comprarlo comentan “quiero” en la publicación. Luego coordinan por mensaje privado para concretar la compra. La persona no tiene que pagar nada para publicar y vender artículos.

Lucía Mesones, creó este grupo en julio del año pasado, con la idea de utilizarlo como negocio.

“Estuve viviendo por un año en Estados Unidos donde empecé a conocer estos grupos, me metí en varios, los seguí y estudié, y me di cuenta que era totalmente útil para traerlo a Uruguay. Ni bien volví lo abrí y en realidad mi proyecto era a los dos meses juntar unas 2.000 personas en el grupo para salir a buscar publicidad, para obtener una ganancia”, contó Mesones a 180.

Pero a las dos semanas ya había más de 8.000 personas en el grupo y las solicitudes de publicidad llegaron solas. Mesones lo que hace es cobrar por pauta a los que quieren poner anuncios en el grupo.

Ante el crecimiento de miembros del grupo, la creadora decidió limitar el grupo y aceptar solicitudes solo de personas que tuvieran 20 amigos en común con Garage Sale.

“Era para que sea un grupo controlado y por eso lo empecé a cerrar. Hay días que tengo listas de 200 personas para entrar y de esas entra una. Si lo hubiese dejado abierto seríamos más de 50.000 seguramente, pero no es la idea, mi fin es que puedas ir a la casa de cualquiera, toques la puerta y no haya un violador del otro lado”, indicó Mesones.  

El grupo tiene más de 400 publicaciones por día y la creadora dice que las ventas son diversas, hay muchas ventas de ropa, pero también de artículos electrónicos y el primer auto que se vendió por medio del grupo fue un Mini Cooper, por ejemplo.

En los meses de noviembre y diciembre el grupo se llenó de publicaciones de alquileres de casas de veraneo, que concretaban su temporada también por este medio.

 “A las inmobiliarias no creo que les afecte porque la gente igual va a salir a buscar, pero a las casas de second hand si las puede haber afectado un poco. Tenés que llevar la prenda, ver si te la aceptan, te sacan como 80% del precio y esperar a que se venda; entonces acá lo vendés al precio que querés y lo pasan a buscar; y si no lo vendés en otros casos lo donás”, manifestó Mesones.

Por eso creó otro grupo que es "Garage Sale Solidario", donde solo se publican cosas que se quieren donar, una especie de venta de garaje, pero online. Con este mismo fin se creó también el grupo “Si lo venís a buscar es tuyo”, que ganó popularidad esta semana al sumar 25.000 miembros a los cinco días de funcionamiento y entregarse más de cien donaciones.

Una tarea de tiempo completo

Sebastián Cáceres, creador “Si lo venís a buscar es tuyo”, contó a 180 que el grupo empezó como una forma de deshacerse de algunas cosas que tenía que sacar de su casa y pensó en armar un grupo y ofrecer los artículos a sus amigos.

Pero lejos de ser un pequeño grupo de amigos, al dejarlo abierto, creció rápidamente.

“Es una locura, llevo una semana sin dormir, es tremendamente demandante. En la primera semana el sitio había llegado a 10.000 personas, había estado todo el día enloquecido moderando comentarios y en un momento dije ‘chau muchachos, me voy a tomar una cerveza’. Una hora y media después volví y el grupo estaba al borde del colapso, por cosas que publicaba la gente y como se contestaban”, contó Cáceres.

Tanto Mesones como Cáceres aseguran que el grupo los demanda full time, ya que para que funcione correctamente hay que estar moderando comentarios, añadiendo nuevos usuarios, eliminando a los que no cumplen las reglas, etc.

“Las redes sociales son una herramienta maravillosa, pero al mismo tiempo el lugar donde toda la mezquindad del ser humano campea y circula descontroladamente. Entonces la única manera de conservar el espacio con cierta salud requiere estar encima todo el tiempo, filtrando ciertas cosas, controlando los comentarios”, añadió el administrador de “Si lo venís a buscar es tuyo”.

Cáceres no era un usuario frecuente de Facebook cuando se lanzó a armar el grupo. Sin embargo, ahora apuesta a más y está trabajando en una aplicación para continuar con el canal de donaciones online. Entiende que esta red social tiene ciertas limitaciones para ejecutar las donaciones, como poder organizarlas por tipo o rankear usuarios, por lo que próximamente pasará su grupo a una app.

Seguridad y transparencia

Una de las reglas que tienen estos grupos y pueden no agradar a ciertos usuarios es que para donar o vender un artículo hay que dar una dirección de retiro; y hay quienes prefieren no dar información sobre el lugar en que viven.

Mesones dijo que eso no impidió que se concretaran las ventas ya que, al igual que con ventas como las que se hacen por Mercado Libre, las personas pueden optar por encontrarse en un lugar neutral.

De todos modos, está la posibilidad de que se den direcciones engañosas “con segundas intenciones”, lo cual el moderador del grupo no puede controlar, sino que es responsabilidad de los propios usuarios.

En ambos grupos dicen que hay casos en que personas compran o reciben un artículo donado y luego lo venden en otros gurpos; lo cual tampoco es responsabilidad de los administradores.

Otro de los controles es la participación de niños en los grupos. “No me gusta que haya niños, por ahí pasa que uno vendió un iPod y la madre no sabía, encima le tocan el timbre y no había mayores, no tengo forma de saberlo porque pueden mentir su identidad, pero intento no aceptar niños si me doy cuenta”, indicó Mesones.