Berlín sancionará a los usuarios de Airbnb y de sus competidores

La ciudad de Berlín espera restringir considerablemente a partir del 1 de mayo el alquiler de viviendas por particulares a través de plataformas como Airbnb, so pena de una multa de 100.000 euros, una decisión que ha suscitado críticas.

Actualizado: 29 de abril de 2016 —  Por: Redacción 180

Berlín sancionará a los usuarios de Airbnb y de sus competidores

John MACDOUGALL / AFP

Según las autoridades locales, el desarrollo de Airbnb y de plataformas equivalentes como Wimdu o 9Flats ha conducido a retirar del mercado de alquiler normal bienes que son hoy en día ofrecidos a turistas, en detrimento de los berlineses, un factor que propicia el aumento del precio del alquiler. 

"Estoy totalmente determinado a poner de nuevo a disposición de la población berlinesa y de los recién llegados estos apartamentos", explicó Andreas Geisel, responsable de Desarrollo Urbano en el ayuntamiento de Berlín. 

Siendo la capital de Alemania, una de las ciudades más turísticas de Europa (30,2 millones de pernoctaciones en 2015, en constante aumento), el auge de estas plataformas de internet representa una importante pérdida para la industria hotelera local. 

Según una investigación de la consultoría alemana GBI, a las pernoctaciones oficiales habría que añadir un "mercado paralelo de 6,1 millones suplementarias". 

Las restricciones, que se votaron en 2014, preveían un periodo de transición de dos años que termina el 30 de abril. A partir del 1 de mayo ya no será posible para los berlineses alquilar legalmente una habitación del apartamento a través de portales especializados.

Esta práctica podría ser sancionada con una multa de 100.000 euros. Para aumentar la eficacia de la norma, la ciudad ha apelado al "sentido cívico" de los ciudadanos para que denuncien de forma anónima a través de una página de internet del ayuntamiento a cualquier apartamento sospechoso. 

'Lobby hotelero'

A Tim Böning, un agente de artistas de 41 años que alquila un loft en el barrio de Kreuzberg, muy de moda, no le ha sorprendido la nueva legislación pues, según él, existen muchos abusos. 

Por ejemplo, contó a la AFP, "la amable pareja que tiene dos apartamentos pequeños, se muda a uno más grande y conserva los dos que tiene para alquilarlos en Airbnb". "Esto no me parece bien y debe evitarse", dijo Böning, pues estos apartamentos quedan fuera del mercado para arrendatarios "normales". 

Marika (nombre ficticio), de 48 años, no está en absoluto de acuerdo con Tim. Ella alquila cuatro apartamentos mediante Airbnb en un barrio próximo al centro. 

Para ella, la ciudad obliga a pagar a los berlineses su dejadez en materia de política de vivienda y no hace más que obedecer al "lobby hotelero". 

"Es injusto, se nos prohíbe trabajar", se quejó. Por un lado, Marika considera que centrarse en este tipo de alquileres no resuelve para nada el problema de vivienda que tiene Berlín y, por otro, que la ley privará a Berlín de una clientela -por ejemplo, familias- que, a falta de esta posibilidad, no visitará la capital. 

Recursos judiciales

Como ella, varios arrendadores han optado por la vía judicial. Algunos se han agrupado en asociaciones como "Apartments Allianz". 

Sus miembros rechazan la etiqueta de "malvados capitalistas" que algunos les imponen y defienden la legitimidad de su oferta de alojamientos. 

"No somos actores internacionales sino que trabajamos en Berlín para Berlín", recoge la página web de "Apartments Allianz". 

Las empresas también se han movilizado. Wimdu presentó una denuncia al considerar que la ley va en contra de la Constitución de la ciudad-Estado. 

Por su parte, Julian Trautwein, de Airbnb, argumentó que el concepto "ayuda a numerosos berlineses a pagar sus alquileres". La empresa pide al ayuntamiento de Berlín que "escuche a sus ciudadanos y siga el ejemplo de grandes metrópolis como París, Londres o Ámsterdam". 

Teniendo en cuenta la cantidad de recursos presentados, el alquiler a través de plataformas especializadas no debería ser automáticamente sancionado a partir del 1 de mayo. 

AFP