El contexto económico de la ronda de salarios según tres analistas

El cambio de escenario de la economía uruguaya que se terminó de asumir en los últimos meses con el dato de crecimiento de 15 en 2015 y pronósticos de crecimiento cercano a 0 para los dos años siguientes son una novedad, no sólo para los gobiernos del Frente Amplio que se desarrollaron hasta ahora bajo tasas de crecimiento prácticamente inéditas para la historia del país sino también para los consejos de salarios, que después de que dejaron de ser convocados en la década de los 90 volvieron al primer plano de las relaciones laborales uruguayas en el año 2005.

Actualizado: 17 de julio de 2016 —  Por: Redacción 180

El contexto económico de la ronda de salarios según tres analistas

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Hasta ahora las negociaciones se dieron, con mayor o menos claridad, bajo contextos de crecimiento económico del país por encima del promedio histórico, pero esa ya no es la historia de la sexta ronda.

En los análisis de tres economistas consultados por No toquen nada se coincide en que Uruguay está saliendo de años de crecimiento excepcional y enfrenta ahora una economía estancada o al borde del estancamiento. También coinciden en que esto pone en tensión el modelo de relaciones laborales que, en Uruguay, está fuertemente regulado por el mecanismo de los Consejos de Salarios.

Algo en lo que los economistas consultados parecen coincidir, al menos a grandes líneas, es que el crecimiento del salario real se da (o debería darse) a la par del crecimiento de la productividad. Así lo explicó Alfonso Capurro, de CPA.

"Si miramos la última década y miramos el crecimiento del 2004 en adelante, por decir algo, en ese periodo tenemos un crecimiento del salario real promedio anual del 4%. En ese periodo también tuvimos un crecimiento económico que fue muy intenso, de hecho fue uno de los procesos de crecimiento más intensos de los últimos 70 años prácticamente, la economía creció a un 5% anual y probablemente el aumento fuerte del salario tiene mucho que ver con este fenómeno de crecimiento. Lo que la teoría dice y está demostrado bastante bien es que en el largo plazo los salarios crecen al mismo ritmo que crece la productividad del trabajo. Cuando no hay crecimiento es difícil que el salario real mejore y cuando hay crecimiento económico hay que ver cuánto crece la economía y cuánto crece la oferta o la capacidad laboral. Lo razonable es que el salario en términos sostenibles crezca al mismo ritmo que crece la productividad del trabajo. En general, como tendencia a largo plazo, podríamos decir que el salario crece algo menos de lo que crece el PBI, dependiendo de cuándo esté cambiando la fuerza laboral. Si vamos al ciclo previo, por ejemplo, y si tomamos el periodo de crecimiento entre el 90 y el 99, que fue un periodo de crecimiento importante en términos históricos para Uruguay, la economía creció 3,6% anual y el salario real creció 1,4% en esos nueve años. De nuevo se vuelve a cumplir que el salario real, algo menos de lo que creció la economía. Probablemente la diferencia tiene que ver con cambios en la cantidad de ocupados en la población económicamente activa".

En términos similares Javier  De Haedo, economista que también tuvo su momento político como candidato a la intendencia del Partido Nacional hace seis años, planteó esta misma correspondencia, y agregó una crítica al PIT-CNT

"Lo que hay que tomar en cuenta es que la evolución del salario real tiene que acompañar la evolución del producto menos el empleo, es decir, la productividad del trabajo, y eso es lo que yo veo a veces que el PIT-CNT no tiene en cuenta. El PIT-CNT muchas veces dice 'el salario real tiene que subir igual que el producto', pero si el salario real sube igual que el producto no deja margen para que el empleo suba. Y el empleo en Uruguay, en los 32 años que van de democracia, ha subido al 1,5% anual. Lo que uno ve como regularidad estadística histórica es exactamente lo que dice la teoría: la variación del producto es la suma de la variación del empleo y el salario. Esa regla es así, y si uno ve las proyecciones que el gobierno hizo en la Rendición de Cuentas, respeta ese criterio. Esas cosas no se pueden evitar porque las leyes económicas son muy duras, no se pueden derogar".

De Haedo agregó que los planteos del PIT-CNT respecto a la necesidad de aumentar el peso de la masa salarial (esto es, la parte del PBI que se apropian los trabajadores a través del salario) sería una causa de más pérdida de puestos de trabajo, un fenómeno que la economía uruguaya ya está experimentando.

"La masa salarial es precio y cantidad juntos, es decir, salario y empleo. Y eso sí tiende a ser bastante estabe, si bien no es una línea recta porque el ciclo económico la mueve, pero hoy la masa salarial está en el año 2015 muy cerquita del promedio de esos 30 y pico de años. O sea que tampoco en ese sentido uno tendría que decir que estamos muy alejados. Para nada. Estamos sentados en el promedio histórico. Entonces hace bien el gobierno cuando hace su programación en establecer: crecimiento del producto es igual a crecimiento de empleo más crecimiento de salario real. El problema es que después puede ocurrir, como pasó estos últimos años, que el producto crece menos de lo previsto, y si yo mantengo la variación en el salario se pierden puestos de trabajo, que es lo que está pasando".

Respecto al escenario actual, leído con foco en la discusión sobre la evolución del salario real, Alfonso Capurro señaló que este momento significa un desafío histórico para los Consejos de Salario.

"La coyuntura actual es probablemente la primera prueba de fuego para la institucionalidad de los consejos de salarios de este nuevo ciclo, del 2005 en adelante. Desde que se reinstauraron estos consejos de salarios, la duda que uno podía tener desde el punto de vista macro era cómo iban a plantarse las negociaciones colectivas en un ciclo a la baja de crecimiento o en una recesión o en un periodo de estancamiento. Hoy tenemos dos fenómenos que probablemente ponen a prueba la institucionalidad, que es una economía que está virtualmente estancada pero que además tiene cierta heterogeneidad, porque tenemos sectores que están francamente en recesión, y otros con crecimiento moderado. La interrogante era cómo iban a reaccionar las negociaciones colectivas ante este tipo de shocks negativos, porque la realidad es que esto pone presión y pone de manifiesto la tensión que hay en cualquie mercado entre salarios y empleo. Si sacamos del medio la lógica de la negociación colectiva y pensamos en una economía de mercado, es razonable y es lo que ocurre en periodos recesivos que cuando la economía cae se destruyen empleos. Pensemos en lo que pasó en Estados Unidos en la crisis de 2008, hubo una destrucción de empleos muy importante aunque allí no hay negociación colectiva. En cualquier caso hoy estos shocks negativos que está recibiendo la economía uruguaya ponen en el límite una negociación demasiado rígida que priorice demasiado la recuperación salarial o el mantenimiento del salario real, pueda ser pagar los shocks negativos en términos de empleo, y de hecho la economía ya viene destruyendo empleo, destruyó algo más de 25.000 puestos de trabajo el año pasado, y probablemente este año el proceso va a continuar".

Respecto a este punto, Gabriel Burdín, economista investigador del Instituto de Economía de la UdelaR, actualmente de licencia por estar realizando un postdoctorado en Inglaterra, planteó una lectura diferente, en la que se considera que el ajuste del mercado se está procesando ya desde el año pasado, pero también de la existencia de incentivos desde el lado empresarial a no bajar salarios a pesar del escenario.

"Hay síntomas de que el mercado laboral está haciendo un ajuste. Si bien hay pérdidas de puestos de trabajo, ya se observa una moderación salarial muy importante, el salario real venía creciendo a tsas por arriba del 3 o 4% y el año pasado creció a tasas de 1,5. Ya hay perspectivas de que este año el crecimiento salarial va a ser bajo, es más, se alerta por posibles pérdidas de salaro real en muchos sectores. Y después hay razones en la microeconomía, por las que las propias empresas no están interesadas en bajar salarios pese a lo que las organizaciones representativas digan, porque bajar salarios implica menor motivación de los trabajadores, menor capacidad para reclutar y retener trabajadores, y al final del día menor productividad. La relación entre salarios y productividad es de ida y vuelta. Los salarios también afectan la productividad. Mayores salarios en general se asocian a mayor productividad laboral y eso las empresas lo saben. Todas las encuestas a empresas en el mundo muestran que algunas razones para no bajar salarios aún en contextos recesivos tienen que ver con este factor de motivación".

En los últimos meses la postura del PIT-CNT pasó de tener un énfasis en mantener el crecimiento del salario real a un énfasis de tratar de que no caiga el salario real. Un matiz que parece responder a la asimilación en la propia central sindical de una coyuntura y una perspectiva que hoy se ve peor de lo que se veía hace seis meses o un año. Respecto a este cambio De Haedo dijo que se trata de una adaptación pero parcial a las demandas del escenario que hoy plantea la economía

"Una adaptación parcial, porque es lógico, no van a poner en sus bases que el salario real baje tanto. Lo que no podrían hacer, si son astutos, es demasiado exigentes con ese principio que están postulando, porque corren el riesgo de que haya trabajadores que pierdan su empleo, como efectivamente está pasando. El año pasado se perdieron 33.000 puestos de trabajo. En el primer trimestre de este año hubo 5.600 menos que en el cuarto trimestre del año pasado. Y en el bimestre abril-mayo, que son los últimos datos que tenemos, se perdieron otros 18.000 puestos respecto al primer trimestre, o sea, estamos efectivamente viendo un proceso de destrucción de empleos por esa rigidez salarial que se busca a ultranza".

Desde Londres, Gabriel Burdín hizo una lectura distinta. Dijo que el problema actual para que las relaciones laborales uruguayas puedan responder de buena manera al estrés planteado por el estancamiento de la economía responde a una falta de profundidad en las reformas laborales realizadas por el Frente Amplio

"No es que hayamos ido demasiado lejos con la reforma laboral en términos de implementación de consejos de salarios y de otras medidas, sino que la reforma laboral quedó trunca. El famoso tercer nivel de negociación, el que tiene que ver con la negociación por empresa, nunca fue desarrollado. Por ejemplo, se carece de mecanismos de información, consulta y hasta co-gestión de los trabajadores a nivel de las empresas, precisamente el tipo de mecanismos que posibilitarían una mayor moderación salarial, otros mecanismos de ajuste como los que recienemente propuso la Cámara de Industria, la flexibilidad en las horas de trabajo. Todos esos mecanismos en el mundo requieren algún tipo de ámbito a nivel de empresa entre trabajadores y empresarios para que puedan implementarse, porque en general requieren compartr información que no está plenamente disponible sin la existencia de esos mecanismos. Las empresas en general no están dispuestas voluntariamente a proveer esa información porque en cualquier negociación la información confiere una ventaja estratégica muy importante, y cuando esa información se comparte, esa ventaja se pierde. Uruguay está muy atrasado en eso. Avanzamos en reinstalar los consejos de salarios pero el desarrollo de este tercer nivel den egociación a nivel empresas quedó trunco. Ese tipo de ámbitos ayudaría mucho a implementar mecanismos de flexibilidad en la parte baja del ciclo, y cuando las cosas mejoren, en el auge, asegurar que las ganancias de productividad sean compartidas entre empleadores y trabajadores".

Con base en un informe de Ricardo Leiva para No toquen nada (Océano FM)