La decisión se tomó a causa de la actuación, entre los años 2009 y 2011, de este fiscal en un caso de violación de una adolescente por parte de su padre.
Díaz definió como errores inexcusables del fiscal las dos ocasiones en que no apeló decisiones del juez de la causa que dictó el archivo del caso por considerarlo incesto y no violación.
“Nunca estuvimos ante un caso de incesto. Estamos ante un caso de violación. El incesto como figura típica requiere relaciones sexuales consensuadas entre dos personas con determinado grado de parentesco. Por eso el bien jurídico tutelado por ese delito no es la libertad sexual sino el pudor de la sociedad y por eso el Código exige la nota de escándalo público. Acá estamos hablando de una situación de abuso, no de incesto. Nunca se debió hablar de incesto. Hablar de incesto en este caso implica sostener que puede haber relaciones consensuadas entre un hombre, entre un padre de 50 años, con antecedentes por violación y una hija de 13 años, una niña de 13 años. Es absolutamente insostenible”, consideró Díaz.
El caso se planteó en enero de 2009 cuando una psicóloga que trabajaba en el barrio denunció ante una comisaría de Rivera que una adolescente estaba embarazada de su padre, que tenía antecedentes de violación. Se investigó entre febrero de 2009 y junio de 2010. El fiscal solicitó examen de ADN para la adolescente, el hijo y el padre. El 24 de junio el juez archiva el caso por tratarse de un incesto sin escándalo y el fiscal no apeló.
En 2011 nuevamente se denunció que la misma adolescente estaba embarazada de su padre, hecho que fue constatado por examen de ADN, pero nuevamente el juez consideró que se trataba de incesto sin motivos para actuar penalmente y el fiscal no apeló.
