El jueves 21 de enero 2016, poco después del mediodía, Alas Uruguay realizó su primer vuelo. El destino fue Asunción del Paraguay. “Nuestros sueños no tienen límites. Primero vamos a consolidar la operación regional para luego pensar en vuelos de largo alcance”, dijo en ese momento el gerente general de la aerolínea, Daniel Olmedo, al referirse a los planes de la empresa. Olmedo renunció hace algunas semanas y la empresa nunca se pudo consolidar.
Este sábado, diez meses después del primer vuelo, los funcionarios de la aerolínea fueron informados de que la empresa suspendía su actividad comercial. El último vuelo fue este lunes con la delegación oficial encabezada por el presidente Tabaré Vázquez a la Argentina.
La noticia fue comunicada por los directores Sabrina Acevedo y Nicolás De los Santos a los 170 funcionarios que tiene Alas Uruguay.
Según se les dijo, la empresa está esperando que prosperen negociaciones con inversores y por eso se decidió el camino de la suspensión. Mientras, la mayoría de los trabajadores de operaciones iría a seguro de paro y se va a quedar un personal de emergencia para mantenimiento del único avión que quedará. También habrá personal de recursos humanos y del área financiera para dialogar con los inversores.
La empresa, al suspender los vuelos, no pierde la habilitación de la Dirección Nacional de Aviación que obtuvo en octubre de 2015 y los pilotos tampoco pierden su capacitación. Además, uno de los aviones de la flota actual que consta de aeronaves Boeing 737 (versión 300-SP) se queda en la empresa –el otro será devuelto al broker que lo solicitó para alquilarlo en otro país– y se planea vender charters, por ejemplo, a la selección uruguaya de fútbol.
También se les informó a los funcionarios que el gobierno les comunicó que no puede hacer nada más. Muchos en la interna de la empresa consideran que el servicio era bueno y puntual, pero los pasajes se ponían a la venta sobre la fecha. Creen que el debe está en la parte comercial porque se apuntó a la temporada, que es la zafra, y no se llegó.
Fuentes que participaron de la asamblea contaron a 180 que ambos directores recibieron algunos cuestionamientos por la falta de información que tuvieron durante estos meses. Dicen que el directorio no les informó sobre lo que hacía, tampoco dio datos financieros ni de sus remuneraciones e incluso se plantearon reparos con algunas actitudes de los directores en momentos de crisis. Uno de ellos se fue a Miami a festear su cumpleaños mientras se definía el cierre de la empresa y en la reunión una funcionaria se lo reprochó.
Las primeras alarmas
En mayo de 2016 Alas Uruguay se quedó sin capital de giro, según le dijo una fuente del Poder Ejecutivo a 180 en ese momento.
Cuando el nuevo Fondes-Inacoop recibió la cartera de proyectos de la anterior administración de José Mujica, la empresa de los ex trabajadores de Pluna había utilizado cuatro millones de dólares y tenía para ejecutar el resto de los créditos otorgados. La línea aprobada por el Fondes era de hasta 15 millones de dólares y abril se fue la última partida.
El Fondes le negó un nuevo préstamo de la misma envergadura. Primero porque ahora tiene topes, pero además quienes están al frente del Inacoop consideran que no es viable seguir dando financiamiento desde este organismo. Según supo 180, Alas Uruguay también golpeó otras puertas del Ejecutivo pero no prosperaron los plantes.
El Fondes-Inacoop planteó en aquel momento que una asociación con otra aerolínea era la apuesta y su presidente, Gustavo Bernini, lo dejó claro en comisión de Cooperativismo de Diputados. “Nos interesa que avance, es la posibilidad de llegar a vincular a un socio que aporte capital”, dijo.
“Naturalmente, esto tiene que pasar por una negociación con nosotros, que somos el principal acreedor; de hecho, todo manejo de acciones, obviamente, tiene que ser con nosotros”, sostuvo Bernini.
Alas Uruguay no está moroso con el Fondes-Inacoop. La deuda que tiene cuenta con un período de gracia y los intereses recién se comenzarán a pagar en enero de 2017. El resto del capital a partir de enero de 2018.
Pero si Alas Uruguay no vuela más hay una pérdida para el Estado porque la empresa casi no tiene bienes y el Fondes-Inacoop solo se quedaría con las acciones desplomadas para intentar venderlas. Esta fue la mejor garantía para el peor de los escenarios que pudo conseguir el nuevo Fondes, a partir de las condiciones que le dejó la administración pasada.
