Joel Rosenberg

Dilma y el abuso del músculo del PIT-CNT

El PIT-CNT decidió para este viernes un paro parcial que cuenta con una gran estrella internacional invitada pero que no tiene en su consigna principal ninguna referencia a las dificultades que atraviesan los trabajadores uruguayos.

Actualizado: 04 de noviembre de 2016 —  Por: Joel Rosenberg

La convocatoria es, según señaló la central sindical en su página, “por la democracia y contra el neoliberalismo”. Agrega que, de esta manera, adhiere a una jornada continental de movilización de “la totalidad del movimiento sindical de América Latina y un importante número de organizaciones sociales de toda la región”.

La invitada, Dilma Rousseff, es el foco de la nota central del PIT-CNT para explicar el paro a la ciudadanía. Recién en el quinto párrafo, luego de un subtítulo, dice que se suma a esta jornada internacional una plataforma nacional que tiene entre sus principales temas la negociación en los Consejos de Salarios.

La problemática de los afiliados del PIT es un agregado a la movilización pro Dilma y en contra del neoliberalismo. Incluso en el primer comunicado que había enviado el secretario de prensa decía textual: “En el caso de la central sindical del Uruguay se le agrega una plataforma...”

“Se le agrega”, así dice. La principal preocupación del PIT-CNT es Dilma y el fantasma del neoliberalismo en la región, después se le agrega el temita de los Consejos de Salarios que incluye, por ejemplo, el trancazo en muchos de los 106 grupos que están negociando y el riesgo de la primera ruptura de diálogo en décadas en el sector de la construcción.

La central sindical tiene derecho a ordenar como le plazca sus reclamos. Pero también hay derecho a preguntarse por qué no hacen hoy un acto, sin paro y, en otra oportunidad, priorizan los verdaderos problemas locales. Lo que hace el movimiento sindical genera desconcierto en la población y en sus miles de afiliados.

Además, el tema local quedará tapado. La cobertura mediática de este paro y movilización girará en torno a la expresidenta de Brasil, no por capricho de los medios, es por la ponderación de la central sindical.

El PIT-CNT, además de relegar el reclamo de los trabajadores, olvida varios detalles de la presidencia de Dilma Rouseff. Esta es la mujer que puso a Joaquim Levy como ministro de Economía en 2014 para realizar una reforma con recortes de gastos sociales por todos lados. Puso a un ministro de la banca y fue tildada de neoliberal por las bases del PT y parte del sindicalismo. Esta expresidenta que hoy el PIT sube al estrado es la misma quiso llevar adelante el plan de recortes de Aecio Neves.

El PIT decide obviar esto y al mismo tiempo pega un violento regreso al pasado reciente. En la convocatoria al paro, el secretario general, Marcelo Abdala, habla de los golpes blandos “que el imperialismo norteamericano” está sosteniendo. Mientras los trabajadores se enfrentan al primer parate de la economía en 11 años, mientras pelean por su salario real, Abdala usa la nota oficial del paro para viajar en el tiempo y ver a Estados Unidos detrás del golpe a Dilma Rousseff.

Un aspecto relevante es que lo de hoy no es aislado, no es casual. El 14 de octubre Fuecys, un sindicato clave por la cantidad de afiliados en comercio y servicios, paró por el mismo motivo, por la democracia, por “la compleja situación que vive el continente”, según el comunicado. El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, dijo esta semana que en ese sector del comercio hay miles de trabajadores que ganan 10.000 pesos y preguntó: ¿cómo alguien puede pensar que un trabajador puede vivir con 10.000 pesos? Se le podría responder con otra pregunta: ¿cómo un gremio de un sector sumergido hace dos paros por la democracia -en un país que no tiene ningún problema con la democracia- en lugar de enfocarse en los serios problemas salariales que tiene?

El país enfrenta un parate económico, la economía está congelada. Le pelea de los trabajadores hoy es por mantener el salario real. Es el momento en donde el PIT-CNT tiene que mostrar toda su fuerza en la capacidad negociadora.

Y no hay dudas de que el PIT tiene fuerza, nadie lo discute. La central creció de forma impresionante en los últimos años, son decenas de miles de nuevos afiliados. Además, ganó mucho poder con la llegada del Frente Amplio al gobierno. El PIT es hoy aliado del Ejecutivo en muchas áreas y, al mismo tiempo, sus reclamos son el centro de la prensa que la central califica de derecha; sus dirigentes son figuras públicas que salen todos los días en los medios.

Es muy difícil tener tanto poder por todos lados, en el Ejecutivo y en la prensa que tildan de opositora. Pues el PIT-CNT lo tiene.

Se supone entonces que este es el momento de la estrategia, de usar la fuerza para luchar por mantener lo que tanto costó. Gastar esta herramienta de un paro parcial por Dilma es cuestionable. Gastarla ahora, en medio del trancazo de los Consejo de Salarios, a dos meses de fin de año, es incomprensible.

El PIT se parece hoy a esos muchachotes musculosos que en estos primeros días de calor nos muestran sus cuerpos inflados.

El paro que hace hoy es el “paro Dilma”. Un paro donde el PIT decidió mostrar los pectorales hipertrofiados y pasear una vedette en un carro alegórico.

 



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