Dos nuevos responsables de la comisión de seguridad de Peñarol que declararon ante Valetti dijeron que ahora no hay vínculos con la barra y relataron las situaciones que vivieron previo al procesamiento de cinco barras por asociación para delinquir y extorsión.
Uno es un comisario retirado al que se le preguntó si en el tiempo que lleva en el club descubrió algo.
"Básicamente, que son tres o cuatro grupos muy fuertes cuya principal actividad delictiva es el microtráfico de drogas, atención de bocas de droga y el espacio de disputa es el Club Atlético Peñarol, donde la acción delictual principal es a través de las amenazas y de las extorsiones. Llegamos a esto a partir de dos situaciones, la concurrencia el sábado o domingo previo al clásico, de los principales jefes de estos grupos delictivos a los Aromos, donde ingresaron en forma no autorizada a exigir 300 entradas y alcanzando con generar incidentes el día del clásico. No es normal que los jefes de las distintas pandillas concurran a un lugar juntos y con un mismo petitorio, esto da también la clara noción del concierto previo, ya que todos llegaron juntos demandando la misma cosa: 300 entradas”, respondió.
En entrevista con No Toquen Nada, el juez Valetti explicó por qué citó en su auto de procesamiento esta versión.
“No está probado que dentro de la Tribuna Ámsterdam se vendan estupefacientes, que haya comercialización ahí. Más bien lo que surge del contexto es que son espacios de poder que ellos van ganando para hacerse más fuertes en el ámbito territorial, barrial. La Tribuna Ámsterdam o la barra Peñarol era un territorio para después hacerse fuerte en otras áreas de Montevideo dentro de las organizaciones delictivas”, afirmó el juez.
Otro de los integrantes de la comisión de seguridad contó lo que se vivió el día previo al clásico cuando a las l6:30 le avisan que ingresó, sin autorización, a los Aromos un grupo de unos ocho hombres que decían ser parte de las barras.
"Estaba cerrado el portón, no trancado, pero con pasador, habíamos fortalecido la seguridad y en ese momento como llovía copiosamente los guardias que custodiaban el acceso único y principal estaban en una garita, por lo que no pudieron impedir el ingreso de estas personas. Junto con el resto del dispositivo de seguridad lograron impedir que se dirigieran a las instalaciones donde estaban alojados los jugadores del plantel principal y lograron mantenerlos en un garaje hasta mi llegada. Cuando llegué comenzamos a charlar y escuchar sus demandas, estaban en un tono muy alto y exigente, estaban exaltados, querían obtener entradas, por lo menos 300, además expresaron, en tono de amenaza, que de no obtener las entradas no podrían contener o manejar situaciones de violencia o disturbio dentro del Estadio Centenario, particularmente, en la tribuna Ámsterdam. Decididamente, esta Comisión no maneja ni entradas, ni dinero ni valores, entendieron que no era la vía posible de conseguir esas demandas y logramos que se retiraran pacíficamente pero insultando", señaló.
