De la anestesia al gol en seis segundos

Desde que Tite tomó la dirección técnica, la selección brasileña ganó sus seis partidos, anotó 17 goles y solo recibió uno.

Actualizado: 23 de marzo de 2017 —  Por: Diego Muñoz

La realidad de Brasil es inmejorable. Puntero de la Eliminatoria y a un triunfo de asegurar su clasificación al Mundial de Rusia.

Seis segundos precisa Brasil para demoler a un rival. Toca en la mitad de la cancha hasta que acelera y es imposible de parar. Uruguay encara este jueves la difícil tarea de evitar que eso suceda en el Estadio Centenario.

Tite llegó a Brasil y le cambió la cara al equipo. El entrenador movió las fichas y maximizó el juego.

Los cambios

Una de las claves fue darle a Coutinho titularidad. Con Dunga, el del Liverpool estaba, con suerte, en el banco de los suplentes.

El mediocampista de Liverpool se convirtió en una de las piezas claves y liberó a Neymar quien hasta entonces no había marcado en Eliminatorias. Ahora lleva cuatro goles y cinco asistencias.

El DT cambió el 4-2-3-1 de Dunga, pasó a jugar un 4-1-4-1 bien definido y apostó por jóvenes como Coutinho, Gabriel Jesús y Casemiro.

Brasil se sostiene en base a un juego de apoyos, de asociación, de triangulación, de pases y de creatividad en el último tercio del campo. Las transiciones son ágiles y rápidas y los goles llegan, en su mayoría, por la izquierda.

En base a la rigidez defensiva y un mediocampo firme, Tite les deja estilo libre, de toque y precisión a los delanteros. Son rayos cuando avanzan.

 La aceleración se da solo en el último tercio del campo. Tienen tranquilidad para ejecutar el plan de juego. El ritmo de juego es pausado en transición con pases cortos y rápidos, con triangulaciones, sumado a un juego apoyado por dentro y laterales. Ahí es cuando deciden atacar y en menos de seis segundos son capaces de anotar.

Los nombres elegidos

En defensa Tité consolidó en la zaga a Marquinhos y Miranda, en detrimento de David Luiz y Thiago Silva.

Y, pese a las críticas previas, ha hecho una apuesta que le ha dado resultados en el medio: Paulinho y Renato Augusto, dos volantes que se desempeñan en el fútbol chino, se han transformado en inamovibles como interiores.

A ambos el técnico los conoce de su etapa en Corinthians y garantizan trabajo y eficacia.

Estos dos centrocampistas, además de ser piezas valiosas en la creación, aportan el despliegue defensivo sobre el que se basa el Brasil actual, al que parece casi imposible marcar un gol. De hecho, el único gol que recibió el equipo de Tite lo anotó en contra Marquinhos.

La premisa es que el equipo tenga sentido de organización en el primer y segundo tercio del campo. Este sistema potencia el juego ofensivo. Conseguir la pelota en las mejores condiciones para los delanteros, facilita la creación.