Nacional tiene el sufrimiento como marca en el orillo. Pero también es capaz de marcar goles en el último tramo del partido. Como si dejara arder la mecha y cuando el fuego se apagaba echa una gota de aceite para reavivarlo, el Tricolor es capaz de vagar en la intrascendencia durante buena parte del partido, exasperar a sus hinchas con un juego anodino, indolente, pero definir el juego en un abrir y cerrar de ojos en el último tramo.
Eso sí que es una virtud. Cuando la mayoría de los equipos flaquean, cuando no hay espacios para las sorpresas, los de Lasarte sacan ventaja. En base a eso está donde está. Gracias a una gran preparación física, a la forma en la que administra el plantel su técnico y al convencimiento del los jugadores, Nacional hace la diferencia.
En el Tróccoli se lo llevó el Tricolor con un gol de Silveira que lo acerca al objetivo. Si bien Defensor sigue a dos puntos, el resultado deja definitivamente relegado a Peñarol y eso es una tranquilidad en el Parque Central.
Lasarte sorprendió con Sebastián Rodríguez y Brial Lozano en el equipo. El entrenador buscó capacidad para atacar con la pelota dominada. Pero le costó conseguirlo. En el primer tiempo, como de costumbre, a Nacional le costó generar.
Fénix lo controló sin demasiados problemas. Ferrín planteó un esquema rígido en defensa, donde le negó espacios al Tricolor. Nacional no le encontró la vuelta ni por el medio ni por los extremos. Con un juego previsible, Hugo Silveira casi no entró en contacto con el balón y Darío Denis no tuvo inconvenientes para defender su arco.
Fueron los de Ferrín los que estuvieron más cerca del gol. Sin embargo, Esteban Conde respondió con acierto para evitar complicaciones.
En el segundo tiempo, Lasarte puso a Ligüera a los nueve minutos. Como si no estuviera dispuesto a perder minutos, mandó a la cancha a su jugador más talentoso en lugar de Gonzalo Porras. Con el cambio resignó marca para ganar en creación. A pesar de esto, le costó adelantarse en el campo y encontrar los espacios. Fénix se sintió cómodo a la hora de defender ante un rival sin variantes.
Sobre los 65 minutos Silveira puso el 1 a 0 en una jugada de pelota quieta desde la derecha. Diego Polenta ganó en el primer palo y Silveira anotó en el segundo.
El gol le permitió a Nacional manejar la pelota con menos apremios y esperar a Fénix para tratar de liquidar de contragolpe.
Los de Ferrín se repitieron en ataque. Con su defensa bien armada y sus volantes bien parados en el medio, el Tricolor aseguró otro triunfo sin brillo pero muy valioso.
