En total, más de 20 millones de personas viven en zonas azotadas por la sequía en Nigeria, Sudán del Sur, Somalia y Yemen, padeciendo hambre o en alto riesgo de sufrirla, en lo que se presenta como "la peor crisis que hayamos visto en 50 años".
"A pesar de que todas esas zonas atraviesan dificultades, el noreste de Nigeria es la que nos preocupa más", explicó en una rueda de prensa Denise Brown, coordinadora de situaciones de emergencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA), con sede en Roma.
En Nigeria, el PMA consigue hacer llegar su ayuda a 1,2 millones de personas "al borde del abismo" de la hambruna, pero necesita fondos desesperadamente. Aún quedan otras 600.000 personas en riesgo cerca de las fronteras con Níger y Chad, pero no consiguen llegar a ellas "a causa del conflicto en curso".
"No es tan solo una cuestión de camiones bloqueados en la frontera. Boko Haram se ha expandido entre estos países, hemos visto a centenares de miles de personas desplazadas en zonas fronterizas en Níger, Chad y Camerún, millones de Nigeria (...) Se ha convertido en un desafío regional", agregó Brown.
El PMA necesita 230 millones de dólares (unos 207 millones de euros) entre mayo y octubre para alejar la amenaza de la hambruna en Nigeria.
(AFP)