El número de pescadores artesanales puede variar según quién lo determine: a juzgar por los registros de pesca hay menos de 600, mientras que el sindicato afirma que son 2.000 y los que aportan a la seguridad social no llegan a 300.
Las toneladas capturadas también son una interrogante porque el aumento en los reportes no coincide con una mayor cantidad de pescadores ni de ejemplares disponibles. Además, los trabajadores denuncian contrabando que se anota en Uruguay pero se vende en Argentina.
“La información que tenemos es para usarla como referencia, hay un ‘más-menos’ que tiene que ver con la informalidad”, dijo a No toquen nada Marcelo Crossa, licenciado en Oceanografía Biológica.
Además, sostuvo que el gasto por formalizarse es un obstáculo para los pescadores: “Más allá de la burocracia, hacen una evaluación y muchas veces les implica un costo excesivo para sus capacidades”, sostuvo Crossa.
El Boletín Pesquero de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) muestra que los pescadores artesanales capturaron casi 7.000 toneladas en 2013 y casi 9.400 toneladas (un 40% más) en 2014. El área de Estadísticas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) reportó más de 13.200 toneladas atrapadas en 2015, una suba del 40% respecto de 2014 y del 95% en comparación con 2013. Sin embargo, el registro de pescadores no aumentó y los profesionales no detectaron una mayor disponibilidad de peces.
El secretario nacional de los pescadores artesanales en el Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA), Ismael Sequeira, sostuvo que “muchos de los reportes que recibe Dinara no son reales; son para mantener ese permiso (de pesca). Muchas veces decimos ‘se capturó tanto’ pero ni siquiera hemos entrado al agua”.
Además, denunció que hay pescadores que registran sus capturas en Uruguay y lo “contrabandean” hacia Argentina, porque se trata de especies con permisos de explotación limitados para el país vecino.
“Es evidente la falta de una buena fiscalización del Estado a este sector”, advirtió Crossa.
