Si bien la revancha del Apertura será recién al final del Clausura y, tal vez, en la definición del campeonato Uruguayo, Nacional se demostró a sí mismo que está fuerte para encarar lo que viene.
Un título es un título. Siempre. Sea cual sea tiene valor y se festeja. Por eso, sin desbordes, los jugadores tricolores celebraron el Intermedio, una copa que se jugó por primera vez y que va a parar a la sede de 8 de Octubre.
En un partido discreto, feo, mal jugado, la diferencia estuvo en un par de detalles. Lasarte detectó que el partido necesitaba a Kevin Ramírez. Y el cambio fue decisivo. Lo colocó por izquierda y el extremo abrió la cerrada defensa que planteaba Defensor. Del resto se encargó Tabaré Viudez. Cuando todos corrían, él pensó. Jugó a un toque y clarificó el ataque. Su asistencia para el gol del título fue una maravilla.
Defensor lució perturbado y sin ideas, no tuvo creatividad por el medio ni buenas sociedades por las bandas. Cuando se encontró en desventaja perdió la paciencia y el humor. Y cometió varias imprudencias.
El partido fue intenso desde el primer minuto. Los dos equipos corrieron la cancha pero no supieron cómo atacar el arco rival. En ese contexto Nacional fue superior. Una buena combinación entre Sebastián Fernández y Rodrigo Aguirre casi termina en gol.
Con Diego Arismendi destinado a la recuperación, Sebastián Rodríguez y Felipe Carballo tenían mayor recorrido para conectar con los de arriba. Pero Defensor cortó el circuito y el juego se hizo deslucido.
El segundo tiempo comenzó igual de entreverado que el primero. Solo Viudez agitaba la rutina con sus buenas asistencias. Entonces el entrenador percibió que era el momento Ramírez del partido y lo mandó a la cancha.
Por ese costado Defensor tenía problemas en el retroceso y Ramírez lo aprovechó. Apenas cuatro minutos después de haber ingresado recibió el balón por la izquierda, corrió algunos metros, encaró hacia el medio, se apoyó en Viudez y fue a esperar la devolución. La asistencia del 20 fue de un auténtico crack. Entre líneas y de primera puso el balón por el único lugar que le podía llegar a su compañero, quien cedió al medio para que Aguirre anotara el 1 a 0.
En desventaja, Defensor careció de juego para revertir el trámite. Ya sin Gonzalo Bueno, que salió muy disgustado con Eduardo Acevedo, el equipo insistió por el medio. La respuesta táctica de Nacional fue retrasar a Arismendi para acercarse a Diego Polenta y Rafael García y de esa forma cerrarle los caminos hacia el arco de Esteban Conde.
Expuesto, el violeta tomó riesgos que Nacional no aprovechó. El arquero Reyes mantuvo a su equipo en partido tras tapar un mano a mano ante Aguirre y un tiro en la entrada del área a Ramírez.
En los descuentos Defensor apeló a la épica pero esta vez no resultó. Bien agrupado atrás Nacional no tuvo problemas para asegurar la victoria y el título.
