La idea de nativos digitales surge de una publicación del profesor Marc Prensky, que lo ofrece en un marco de revisión, en la que describe a los niños como muy idóneos con la tecnología y sugiere que los que no son jóvenes quedarán relegados.
“Los que quedan fuera de eso son los que nacieron alrededor del 2000, los ‘inmigrantes’ que aprendimos a usar la tecnología pero se nos nota el acento”, relató Cobo.
Sin embargo, una investigación observó la manera en que los niños buscaban información en Internet y constató que a partir del décimo resultado de Google, la información parecía no existir.
“Fue una lectura un poco superficial. Cuando empezamos a explorar cómo eran los desarrollos cognitivos, nos dimos cuenta que hay mucha destreza en la interacción con el dispositivo pero la capacidad de análisis crítico de la información -de discriminar qué información es relevante- era muy pobre”, explicó Cobo.
A partir de entonces, varios autores hablaron de visitantes y residentes digitales, con una definición sujeta a cómo se usa y no a la edad del usuario. Debido a esta nueva información, Cobo sostuvo que “hay una suerte de segunda brecha digital, que ya no es de acceso sino de uso tecnológico”.