“No somos especiales, somos uruguayos”

En base a constancia, compromiso y sacrificio, Edinson Cavani se convirtió en una estrella mundial y en un histórico de la selección. A horas del partido frente a Bolivia, Cavani habló con 180 de Uruguay y del incidente con Neymar.

Actualizado: 10 de octubre de 2017 —  Por: Diego Muñoz

“No somos especiales, somos uruguayos”

DANTE FERNANDEZ / AFP

El 6 de febrero del 2008 en un amistoso ante Colombia en el Estadio, Óscar Tabárez sacó a Diego Forlán y puso a Cavani. Tres minutos más tarde vino un centro al área, Sebastián Abreu bajó la pelota de cabeza y Cavani anotó su primer gol con la selección mayor. “Cuando definí sentí la alegría más grande que alguien puede sentir en el fútbol”, dijo en 2014 en una nota con el diario El Tiempo de Colombia.

El 10 de octubre de 2009 tuvo una incidencia directa en un partido clave. A Cavani le cometieron el penal que luego marcó Diego Forlán en el último minuto del partido frente a Ecuador en Quito, que la selección debía ganar para continuar en carrera para Sudáfrica.

Sin embargo, se quedó sin la posibilidad de jugar el repechaje ante Costa Rica. Desde Palermo siguió el partido por internet. “Cuando empezó el partido fue muy triste. Me acuerdo que lloré. Porque yo era parte de ese grupo y en ese momento no estaba. Lloraba delante de la computadora mientras una parte de mí estaba en el Centenario. Me acuerdo que cuando terminó, a eso de las cuatro de la mañana, desperté a mi señora y le dije que iba a estar en el Mundial. Porque ese momento fue una prueba por superar para tener la posibilidad de llegar al Mundial”, contó en El Tiempo.

Y, meses más tarde, lo jugó. Su rendimiento y su adhesión hicieron a Tabárez cambiar de decisión e incluirlo en un equipo que tenía a Forlán y Luis Suárez como intocables. Sin embargo, el técnico le encontró un lugar por el extremo.

Pasaron nueve años y medio desde aquel debut y la foja de servicios se fue llenando. Hoy tiene 93 partidos y 38 goles con la selección y es el actual goleador de la Celeste en la Eliminatoria.

Una muestra de la forma de ser de Cavani es que a Diego Lugano lo trataba de usted. “¿Cómo está capitán?”, solía decirle. “No quiere decir que en un momento no se me escape un Tota (su apodo) o un Diego, pero la prioridad es hacerlo sentir de la manera que él te demuestra”, dijo.

Así se hizo lugar en el grupo del que se siente orgulloso pertenecer.

“Yo disfruto salir a la cancha con la camiseta de la selección pero también hay cosas que la gente no ve y que por tener el grupo de personas que tenemos pasamos momentos que a veces parecen increíbles. Y no futbolísticos, sino de viajes, de movimientos cuando hay que hacer, cosas insólitas que a veces nos pasan. Y eso es por tener el carácter que nosotros tenemos, por la forma de ser. No somos especiales, somos uruguayos”, comentó a 180 en un evento organizado por Nike, marca que lo patrocina.

Las Eliminatorias

Cavani lleva nueve goles en la Eliminatoria. Hizo seis de jugada, dos de cabeza y uno de penal. Eso a pesar de que una sanción le impidió jugar las dos primeras fechas.

Jamás puso reparos para jugar donde Tabárez lo pusiera, estuvo siempre que se lo necesitó, incluso contra Chile en Santiago durante la Copa América 2015, en un partido en el que pidió estar a pesar de un problema familiar que lo tenía perturbado.

No le fue fácil ganarse el cariño de la gente. Lo hizo a partir de su adhesión, de no faltar casi nunca y de marcar goles trascendentes.

Alguna vez Tabárez comentó que no podía decirle que estuviera en un lugar porque su exuberancia física y su forma de concebir el juego hacían imposible que se quedara solo cerca del área.

El icónico partido ante Inglaterra en Brasil 2014 es el mejor ejemplo. Cavani fue el jugador que más corrió: sumó en total 11.334 metros recorridos. Cavani también fue el que más corrió cuando Uruguay no tenía la pelota (4.481 metros) y quien más sprints (piques) hizo: 53.

Asegura Cavani que Uruguay saldrá a jugarle a Bolivia este martes con esa misma convicción de aquella tarde en San Pablo.

“Uruguay va a salir a la cancha como si estuviera peleando por el repechaje. Porque eso ya es algo de nosotros. Hay momentos que las motivaciones de acuerdo a las dificultades surgen un poco más pero acá la motivación es llegar a Rusia y lo único que cuenta es ganar. Y a eso iremos. Con la intención de salir todos de ahí adentro felices”, aseguró el delantero.

Simplemente fútbol

Su primera prueba en Montevideo fue en Liverpool. Vino de Salto pero no se adaptó. Las cosas de la vida le dieron otra oportunidad. Su hermano, Walter Guglielmone, estaba en el plantel de Danubio y le consiguió una prueba. Cavani se aferró a ella. Volvió a la capital para convertirse en futbolista profesional y con los años ser un delantero de referencia mundial como su ídolo Gabriel Batistuta.

Brilló en Palermo y en Napoli, fue goleador del Calcio, pasó al PSG en una cifra record y en 2016 anotó 49 goles en 50 partidos. Además, se convirtió en el goleador histórico del equipo francés en Champions, superando a Zlatan Ibrahimovic.  

Era el dueño del equipo hasta que llegó Neymar. Pasaron unos pocos partidos hasta que el incidente con el brasileño antes de un penal recorrió el mundo. Algunos días después Cavani posteó una foto junto a Neymar y la frase simplemente fútbol.

“En el fútbol pasan muchas cosas, pero lo único que cuenta es jugar al fútbol. Después hay desacuerdos, personas que son buena gente, otras que son mala gente. Hay un millón de cosas que pasan en el fútbol que no precisa que uno esté de acuerdo con todo. Si estamos para jugar al fútbol. Son cosas que pasan en el fútbol porque es simplemente fútbol que se solucionan con una charla, a veces hablando más fuerte, a veces en amistad, hablando en el grupo o un entrenador. Son cosas que pasan en el fútbol y no cambian nada aunque terminen en una bola gigante. No precisas ser amigo, salir a cenar, salir en familia. Los puntos clave del futbolista para que sea respetuoso y profesional es dar lo mejor por el compañero ya sea un entrenamiento o un partido. Así no te lleves, así no tengas relación, ahí adentro hay que jugar por una camiseta y es lo único que cuenta”, dijo Cavani a 180.

Si en la selección convivió gustoso con Suárez y Forlán, en PSG compartió equipo con Zlatan y, ahora, con Neymar. Sea quien sea, tenga amistad o no, su lema es entrar a la cancha y entregarse al máximo. Eso le permite tener la tranquilidad de que dio todo por su trabajo. Y eso significa que dio todo por su familia y por su equipo. Ese es Cavani, el jugador que pasó de llorar frente a la computadora viendo a la selección a ser el goleador de la Celeste que jugará el tercer mundial consecutivo.