Nacional le dice adiós al Uruguayo

Nacional perdió con El Tanque por 2 a 1 y quedó a ocho de Defensor en la Anual. Con medio Clausura por jugar, al Tricolor apenas le queda el objetivo de clasificar a la Libertadores.

Actualizado: 15 de octubre de 2017 —  Por: Diego Muñoz

Nacional le dice adiós al Uruguayo

Antúnez y Jonatan Ramirez (Adhoc ©Nicolas Celaya)

La imagen de Polenta enojado, insultando y tomando del cuello a Ramírez es la imagen de la impotencia. Un rato antes Rolín le había servido el segundo gol al delantero de El Tanque y la derrota se había consumado.

A Nacional se le terminó el Uruguayo demasiado pronto. Queda medio torneo por jugar y al Tricolor apenas le queda pelear por un lugar en la Libertadores. Poco. Demasiado poco.

La realidad rompía los ojos. El descalabro comenzó tras el Intermedio y se profundizó con el paso de las fechas. Primero se quedó sin Libertadores y más tarde el Clausura se transformó en un calvario. Era evidente que si el equipo no mejoraba iba a perder sus posibilidades más temprano que tarde.

El mal comienzo en el torneo, la derrota en el clásico, el bajísimo rendimiento, lo ponían contra las cuerdas. Y con los triunfos de Peñarol y de Defensor el sábado, no tenía otra posibilidad de la victoria.

Pero los de Lasarte están en la mala. Y El Tanque lo aprovechó. Tan mal está Nacional que ni siquiera cuando el equipo juega un poco mejor que de costumbre puede irse tranquilo. Así como antes le ganó a Plaza y Racing sin jugar a nada ahora perdió frente a El Tanque sin merecerlo. Los de Antúnez patearon dos veces al arco y ganaron.

Nacional genera escaso juego colectivo, sus figuras están más erráticas que de costumbre y la defensa es una invitación al ataque. Entonces no alcanza con crear jugadas de gol.

Tuvo a lo largo de los 90 minutos algunas posibilidades el local. Pero las desaprovechó y los dos horrores defensivos lo condenaron. Primero fue Espino que con un cabezazo inexplicable hacia el medio le dio la chance a Alexis Ramos de anotar el 1 a 0 a los 49.

El empate cinco minutos más tarde de Álvaro González no modificó el panorama.

Siguió Nacional en la búsqueda de la victoria pero apurado, confundido. Jamás se tomó tiempo para pensar por dónde ir, qué hacer, cómo lastimar. Cerró los ojos y atacó por inercia.

Cuando el partido se iba Rolín jugó la pelota desde la mitad de la cancha hacia atrás sin percatarse que Jonathan Ramírez estaba atento. El delantero aceptó el regalo y puso el 2 a 1 que deja a Nacional sin Clausura, sin Anual y sin Uruguayo.