Cambiemos, la alianza que construyó Macri, tuvo un triunfo que se califica de “rotundo”. Tuvo más votos que en las elecciones primarias, ganó en más provincias, sumó diputados y senadores, consolidó su presencia en todo el país, además de ser el sector más votado en los principales distritos electorales: Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Por último, y quizás como señal más importante, su candidato Esteban Bullrich le ganó en la contienda al Sendo por la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, a la expresidenta Cristina Fernández. Esto, por pocos votos, no había sucedido en las primarias.
Macri lo celebró bailando, tal la costumbre en el PRO, y los analistas ya hablan de que la jornada de ayer termina de consolidor su camino hacia una reelección en 2019.
“Hoy no ganó un grupo de candidato ni un partido. Hoy ganó la certeza de que podemos cambiar la historia para siempre. Para eso tenemos que tirar todos del carro en la misma dirección, ponernos la misma camiseta, encarar los desafíos en conjunto, poniendo lo mejor de cada uno”, dijo Macri en los festejos.
En una clara diferenciación con la retórica kirchnerista, el presidente llamó a escuchar a los que piensan distinto en un país que aún sufre “la grieta”.
“A aquellos que votaron a otras fuerzas les quiero decir que siempre los vamos a escuchar. Que respetamos su opiniones y sus diferencias. Que siempre habrá una puerta abierta para las propuestas porque eso es democracia. No tenemos otra agenda que trabajar para que todos los argentinos vivamos mejor. Todos vivamos mejor”, afirmó.
El mandatario hizo hincapie en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción que desde su perspectiva está encarando el gobierno.
“Sabemos que si convivimos con ellos no hay futuro para los argentinos. Los argentinos somos mejor que eso y lo estamos demostrando. Por eso vamos bien. Vamos muy bien porque vamos juntos”, dijo.
