Videojuego cooperativo uruguayo apunta a la interacción entre jugadores

Estudiantes de Ingeniería Audiovisual de la Universidad Católica desarrollaron un videojuego cooperativo de realidad virtual en el que los participantes deben ayudarse mutuamente para ganar. “Con la idea de la cooperatividad estamos intentando fomentar que las personas se hablen, y que cuando termine el juego no se vaya cada uno por su lado sino que se vean las caras y se rían un poco”, dijo a 180 Santiago Blanco, uno de los creadores.

Actualizado: 19 de noviembre de 2017 —  Por: Felipe Miguel

Videojuego cooperativo uruguayo apunta a la interacción entre jugadores

Difusión Twin Islands

Hay dos islas muy próximas, en una está el personaje rojo y en otra, el azul. El objetivo del videojuego “Twin Islands” es que los protagonistas se reúnan construyendo un puente a partir de madera, clavos y cuerda. El inconveniente es que los materiales no están repartidos de forma equitativa entre las islas, ni tampoco las herramientas para generarlos, por lo que los jugadores deben interactuar y provocar intercambios entre sí para conseguir el objetivo.

El juego, que utiliza cascos de realidad virtual, es responsabilidad de un grupo de diez estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería Audiovisual de la Universidad Católica. En el marco de la materia Proyecto Multimedia, los alumnos debían desarrollar un producto desde cero, por lo que plantearon tres ideas. Un panel los orientó para que procedieran con la que creían más llamativa: un videojuego en el que esté patente la innovación y la cooperación.

“Es un juego al que no podés jugar de a uno con una persona al lado tuyo haciendo lo mismo que vos. Esto depende de la interacción porque jugar de a uno no tiene ningún sentido”, explicó a 180 Santiago Blanco, uno de los estudiantes detrás de “Twin Islands”.

A pesar de que la carrera no se relaciona con desarrollo de software ni con videojuegos, el grupo tomó esta pauta como un desafío para poder adentrarse en una nueva zona de conocimiento. “El desafío también era aprender a hacerlo mientras lo hacíamos”, comentó Blanco.

De ovejas y catapultas

En medio de las dos islas hay un portal que lleva a los jugadores a superar el nivel. Cada isla cuenta con recursos pero no con todos los necesarios para armar el puente que llega al portal, por lo que a través de comandos de voz, los jugadores los intercambian, enviándoselos con una catapulta.

Entre ambas islas hay: árboles, de los que se extraen tablas de madera; hierro, de donde se obtienen clavos; y ovejas, de cuya lana se hace cuerda para unir las tablas. Carolina Molina, otra de las creadoras, destacó la necesidad de la cooperación en el juego. “Se necesita la ayuda del otro. No todos van a tener los mismos materiales ni máquinas en cada lado, entonces un jugador va a pedirle al otro por medio de la voz, por ejemplo, 'tengo un máquina de tablas pero no tengo madera', entonces con la catapulta le podrá enviar lo que desee a la otra isla”.

Trailer Twin Islands from Twin Islands on Vimeo.

“Esa es la idea de la cooperatividad, tener que enviarse los materiales y hablarse, que no sea algo mudo, como se da en algunos juegos. Estamos intentando fomentar que las personas se hablen y que cuando termine el juego no se vaya cada uno por su lado sino que se vean las caras y se rían un poco”, comentó Blanco.

Para la estudiante Fiorella Monetti, la necesidad de interacción “es una característica que hace que cada juego sea siempre diferente porque dependerá de la capacidad de comunicación y cooperatividad de los jugadores”.

De Montevideo a… ¿Hong Kong?

“Twin Islands” se presentará por primera vez este sábado 18 de noviembre en la Feria de Innovación Social (fiiS) y el miércoles 22, de forma oficial en la Universidad Católica.

El juego es una experiencia in situ, y no estará disponible para descargas. Una tercera oportunidad para experimentar el desafío de “Twin Islands” será en diciembre en el Aeropuerto de Carrasco, donde junto a Samsung colocarán un stand para quienes quieran jugar. Esta empresa de telecomunicaciones proveyó al equipo de los cascos de realidad virtual y los celulares.

El estudiante del grupo, Germán Da Rosa, contó que cuando presentaron la idea en el Aeropuerto les preguntaron cómo podría crecer el proyecto y surgió una posibilidad que llevaría el juego a todo el mundo. “Una de las ideas es que no solo estén en el mismo lugar físico los jugadores sino conectar a personas, por ejemplo, en aeropuertos de otras partes del mundo”, explicó, y agregó que ese tipo de añadidos al plan original se estudiarán una vez terminada esta etapa.