Maracanazo de Independiente

Independiente conquistó este miércoles su segunda Copa Sudamericana al empatar 1-1 contra Flamengo y aumentó así la leyenda del 'Rey de Copas', enmudeciendo de nuevo a un Maracaná abarrotado por 62.500 hinchas que pintaban de rojo y negro el templo del fútbol.

Actualizado: 14 de diciembre de 2017 —  Por: Redacción 180

Maracanazo de Independiente

AFP

Los argentinos, que llegaban con la renta de 2-1 de la ida en Buenos Aires, aguantaron el asedio de un 'Fla' que salió rugiendo, dispuesto a conquistar su primer título internacional en 18 años. La agresividad dio sus frutos y a los 29 Lucas Paquetá ponía el 1-0 para delirio de un Maracaná eufórico.

Pero la alegría duró poco para los cariocas, que vieron como el joven Ezequiel Barco ponía el empate de penal diez minutos después. 

"¡Esto es muy grande! Hacerlo en este estadio mítico, uno de los más grandes de la historia mundial (...) Independiente lo hace por tercera vez", dijo un emocionado Ariel Holan, técnico del 'Rojo', en medio de lágrimas al celebrar el título.

Llevaba 22 años esperando por esta noche el 'Mengao', que venía a redimirse a un templo loco por llevarle de la mano a vengar el pasado. Por fin podrían cerrar juntos la herida abierta en aquella velada de diciembre de 1995, cuando Independiente levantaba en ese mismo gramado la Supercopa amargándoles el centenario.

Esta era la noche para quemar la amargura del gigante venido a menos, de 16 años fuera de una final internacional y una temporada decepcionante. Con las pasiones descontroladas, que se tradujeron también en lamentables incidentes a las puertas, el templo solo le pedía una cosa a esta ardiente noche de primavera: "Vencer!". 

Así lo rezaba el impresionante mosaico con el que la mayor 'torcida' de Brasil recibió recibió a un equipo que arrancaba con el tiempo en contra. 

Precisaba morder rápido el 'Fla' ante un Independiente al que solo 90 minutos de aguante le separaban del sueño de un segundo Maracanazo, y no tardó en arañar. Si con una buena llegada Vizeu a los cuatro minutos ya se multiplicó la temperatura de un estadio que no paraba quieto, cuando Everton se plantó cara a cara con Campaña antes del cuarto de hora, Rio ya hervía.

Sonaba bien este Flamengo atrevido, que de seguir así no tardaría en sambar con su gente, como avisaban los veloces recortes de Paquetá, quien armaría el Carnaval al borde de la media hora. Fue entonces, cuando tras un saque de Diego el balón sobrevoló el área pasando por la cabeza Juan y el pie de Réver antes de que el astuto atacante la recogiera casi encima de Campaña para poner el 1-0, y a Rio en el delirio.

Pero los Reyes nunca son invitados de piedra, e Independiente ya había avisado que iba a pelear hasta el final por conquistar de nuevo Rio. También venía el 'rojo' de su purgatorio particular tras siete años sin levantar un título internacional, y con su joven camada 'diablos' sueltos le sobraba el veneno. 

Quiso controlar el peligro Cuéllar, pero se pasó de fuerza y acabó derribando a Meza diez minutos más tarde consiguiendo lo que parecía imposible: callar al Maracaná. Se quedó en silencio el templo al ver cómo el juez colombiano Wilmar Roldán marcaba un penal que valdría una Copa, y después al joven Barco caminar hacia el balón. 

Con 18 años y la sangre fría de un veterano, la joya de Independiente desarmaba a Cesar antes de desplomarse en el gramado. 

Quedaba todavía mucha final, pero el 'Rey' ya abrillantaba de nuevo su trono carioca.

"Hicimos un gran partido todos y conseguimos conquistar el trofeo. Estoy muy feliz y quiero aprovechar este momento ahora", afirmó después Barco, de quien la prensa argentina da por segura su marcha a la liga estadounidense.

Reino de 'diablos'

Como si nada de lo que había ocurrido hasta ahora fuera real, el Flamengo debía comenzar de nuevo tras el descanso. Pero el derroche de adrenalina había dejado huella en unas piernas cada vez más pesadas, y cada minuto le perforaba más el ánimo a un 'Mengao' que añoraba a los ausentes.

"Creo que en el equipo faltó en algunos momentos esa experiencia de jugadores importantes en posiciones vitales como, por ejemplo, la situación de Paolo Guerrero, o de Diego Alves", reconoció después el técnico colombiano Reinaldo Rueda, en referencia al artillero peruano sancionado por dopaje o al veterano arquero lesionado.

No abandonaba al 'Fla' un Maracaná entregado, pero al que la realidad comenzaba a aplastarle la exuberante ilusión del principio. Todavía se le encogería más el estómago cuando en el 58 el zaguero Juan salvó casi sobre la línea lo que podía haber sido la sentencia 'roja' con una gran acción de Gigliotti.

Levantarían después el ánimo los locales con una buena acción del joven Vinicius Junior, ya fichado por el Real Madrid, que salió en lugar de Trauco para tratar de refrescar un equipo cabizbajo, pero la suerte ya estaba echada y el Maracaná volvía a ser de nuevo patria de los 'diablos'.

Ganador de siete Libertadores, cuatro de ellas consecutivas en los 70, el 'Rey de Copas' suma así la segunda Copa Sudamericana a una de las vitrinas más envidiadas del continente, donde brillan ya 17 títulos internacionales.

AFP

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